Podemos
De Bescansa a Errejón: así ha sido la purga de cientos de cargos de Podemos en seis años hasta el fracaso del 12-J
El binomio Iglesias-Montero reina en solitario. Se ha eliminado toda oposición real a nivel nacional, autonómico e interno
Muchos analistas políticos sitúan en Argentina, no en Venezuela, los orígenes intelectuales de Podemos y en el peronismo, no en el chavismo, la principal fuente de inspiración para el estilo de liderazgo que, desde la fundación del partido, ha desplegado Pablo Iglesias en Podemos. Y lo cierto es que aunque solo fuera por el reguero de líderes purgados, el matrimonio Perón es un claro referente del binomio Iglesias-Montero que actualmente domina la formación morada sin oposición interna efectiva. Desde su fundación hace seis años y medio, el número de dirigentes purgados, invitados a irse o dimisionarios desencantados a nivel nacional, autonómico y municipal incluye a centenares de personas. En ocasiones eran decapitadas directivas enteras de una comunidad autónoma como por ejemplo La Rioja en abril de 2015. Ha sido tan abultado el número de críticos que las crisis se iban sucediendo y dirigentes que eran del sector oficialista en un momento determinado pasaban al sector crítico semanas después cuando se desataba la nueva purga en la que eran cesados. Y, curiosamente, ha llegado a suceder el proceso inverso: Pablo Echenique llegó incluso a ser purgado de su cargo de secretario de Organización tras los desastrosos resultados de las municipales y autonómicas de 2019 para volver a ser rehabilitado en el cargo que ocupa actualmente de portavoz en el Congreso.
Juan Carlos Monedero fue el primero de los fundadores del partido en abandonar Podemos. Fue el 1 de mayo de 2015 y aunque fue en teoría una decisión personal para proteger al partido de las críticas que estaba recibiendo por haber cobrado 425.000 euros del régimen chavista por un informe «invisible», lo cierto fue que su dimisión fue forzada por el sector errejonista. El desencanto con el proyecto cada vez más personal de Iglesias fue la causa de que Luis Alegre, miembro del núcleo duro inicial, dejara el partido el 18 de enero de 2017 después de que los errejonistas intentaran sacarle de la secretaria general de Madrid.
Otra de las fundadoras, Carolina Bescansa, dejó el partido en febrero de 2017 tras sus críticas a la política de Podemos en Cataluña y su cercanía con el independentismo. El profesor Carlos Jiménez Villarejo nunca supuso un problema interno para Iglesias, que desencadenó su marcha del partido al negarse a investir a Sánchez en 2016.
Sin embargo el proceso de purga más dañino para Podemos fue el de Íñigo Errejón, por los meses en los que se demoró en el tiempo, por el número de líderes que se llevó por delante (el propio Errejón, Rita Maestre, Clara Serra, Sergio Pascual, Lorena Ruiz-Huerta, Tania Sánchez y la «independiente» Manuela Carmena), como sobre todo por la creación de Más Madrid, una marca política nueva que prácticamente ha borrado del mapa al partido de Iglesias en la Comunidad de Madrid. Entre los cesados menos llamativos pero más valiosos estaba Eduardo Fernández Rubiño, el genio de las redes de los morados.
A nivel autonómico destaca la purga de Albano Dante Fachín en Cataluña y, sobre todo, la de José María González Kichi y Teresa Rodriguez que se han llevado consigo toda la organización del partido en una región de la trascendencia de Andalucía. Ramón Espinar, uno de los más fieles a Iglesias durante el «cisma» errejonista, acabó dimitiendo de todos sus cargos el 25 de enero de 2019. Pablo Bustinduy y Xavier Domenech también han dejado el partido más por desencanto con el estilo de liderazgo que desarrollan Iglesias y Montero que por una expulsión directa.Tras la reciente salida del europarlamentario Miguel Urbán dentro de Podemos no existe en estos momentos un sector crítico digno de ese nombre.
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