Felipe VI: “España ha demostrado su mejor espíritu”

Los Reyes han presidido en la Plaza de la Armería, frente al Palacio Real de Madrid, el homenaje de Estado a las víctimas del Covid que ha comenzado puntualmente a las 9 de la mañana. Se trata de una “ceremonia civil de Estado” sin precedentes según Presidencia del Gobierno.

Además de Don Felipe y Doña Letizia, la Princesa de Asturias y la Infanta Doña Sofía han asistido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez junto al resto del Gobierno. También estarán presentes los presidentes del Congreso, Senado, Tribunal Constitucional, Consejo General del Poder Judicial, los 17 presidentes de las Comunidades Autónomas, ex presidentes del Gobierno (Aznar, Rajoy y Zapatero), jefe de la oposición, presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, alcalde de Madrid, junto a las fuerzas parlamentarias y una amplia representación de hasta 100 personas de las familias de las víctimas y de la sociedad civil.

El acto comenzó con la llegada de autoridades poco antes de las 9:00 y a esa hora exactamente arrancó un homenaje que ha evitado “madrugando” las altas temperaturas que se esperan hoy en la capital. En primer lugar la orquesta de RTVE ha interpretado el himno nacional y a continuación se ha encendido la llama en recuerdo de las víctimas.

Tras la intervención de estas dos personas se ha procedido a la entrega de una rosa blanca a la llama ceremonia por parte de las autoridades presentes a continuación mientras la orquesta interpretaba el dramático adagio para cuerdas Op.11 de Samuel Barber y la “Geistlicheslied” Johannes Brahms.

“Hoy es un día que quedará grabado en nuestros corazones” ha dicho el Rey al comienzo de su discurso. El Monarca ha afirmado asimismo que el sentido del homenaje era también “reconocer ensalzar a miles de ciudadanos cuyas conductas han sido el mejor ejemplo de los valores cívicos y morales de nuestra sociedad y la mejor razón para nuestra esperanza colectiva”. “Este acto no puede reparar el dolor de muchas familias por no haber podido estar a su lado en sus últimas horas; ni mucho menos atenuar la tristeza por su ausencia; pero sí hacer justicia a su vida, a su contribución a nuestra sociedad, a su memoria”, ha dicho Felipe VI.

Además de para recordar y agradecer, el Rey quiso subrayar el ejemplo que ha dado la ciudadanía al afrontar la pandemia: “Creo también, que es momento de sentirnos orgullosos por la responsabilidad de la que ha dado muestra el conjunto del pueblo español en este tiempo tan duro y difícil”, ha dicho al respecto. “Ha sido difícil, muy difícil. Porque a esa situación se han sumado sentimientos lógicos de temor, de miedo por la salud de familiares y amigos, de preocupación por el empleo; de cansancio, de abatimiento... de incertidumbre”.

En otro momento del discurso Felipe VI se refirió a “la responsabilidad, la fuerza moral, la determinación frente a la adversidad y el espíritu de superación del pueblo español nos muestran el camino a seguir para afrontar y vencer las dificultades”. “España ha demostrado su mejor espíritu”, concluyó.

Pero antes del Jefe del Estado hablaron los representantes de los familiares de las víctimas y de los sanitarios. El primero en tomar la palabra ha sido Hernando Calleja, hermano del periodista José María Calleja, fallecido víctima de la Covid-19. Una enfermedad que definió como “una ejecutora fría, cruel y destructora”. Calleja inició su intervención recordando a otras víctimas famosas fallecidas por coronavirus, una enumeración que interrumpió para sentenciar que el objetivo de este acto no e “honrar glorias, si no la memoria desnuda de quienes se fueron brutalmente en los meses de la pandemia”. Sí quiso Hernando Calleja dedicar unas palabras especiales hacia su hermano, a quien consideró “un hombre valiente y honesto, pero la Covid-19 no distingue entre seres humanos y los mejores también se han ido”, aseguró. Calleja reconoció su dolor en el del resto de familiares y amigos de víctimas, “compatriotas con quienes compartió ilusiones y esperanzas y junto a quienes padecí el mismo dolor”. El hermano del reputado periodista aseguró que “no vamos a olvidar, porque la memoria es un deber y el mejor homenaje”, así que pidió que “descansen en paz y queden en la memoria de todos, en la memoria de España”.

A Hernando Calleja le siguió en el uso de la palabra Aroa López, enfermera supervisora del área de Urgencias del hospital Vall d’Hebrón de Barcelona. Lo hizo en representación de los sanitarios y todos aquellos que representaron “la primera línea” de lucha contra el virus en los meses más duros de la pandemia, “miles de hombres y mujeres que cuidaban con su trabajo a los millones de personas que estaban confinados”. Aroa López agradeció el “honor” de participar en el acto, un honor que calificó de “privilegio triste” y reconoció que los momentos vividos han sido “muy duros” y se han sentido “impotentes”. La enfermera aseguró que “hemos dado todo lo que teníamos y lo hemos hecho también al límite de nuestras fuerzas, algunos, incluso, llegando a dar la vida por ello”. Aroa López reivindicó que quienes estaban dentro de los EPIs no eran héroes, sino personas y pidió responsabilidad para que “su esfuerzo no haya sido en vano” y medios para defender la Sanidad y garantizar su dignidad, “porque si no cuidamos a quienes nos cuidan, quién nos va a cuidar”.

Tras las palabras del Rey se escuchado una grabación del actor José Sacristán leyendo el poema “Silencio” de Octavio Paz y, posteriormente, ha tenido lugar el minuto de silencio.

Durante todo el acto se han escuchado esporádicos gritos de “Viva el Rey” desde la adyacente calle Bailén.

Numerosas autoridades europeas e internacionales han estado presentes también en el homenaje. Entre ellos hay que incluir al presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, el alto representante de la UE, Josep Borrell, así como también el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus y el secretario general de la Organización Mundial del Turismo, Zurab Pololikashvili.