Pedro Sánchez

Genocidio “visónico”

Imagen de Excalibur en la terraza de su casa momentos antes de ser sacrificado
Imagen de Excalibur en la terraza de su casa momentos antes de ser sacrificadolarazon

En 2014 la auxiliar de enfermería Teresa Romero, resultó contagiada del ébola tras atender a un misionero español infectado y repatriado desde África. Las autoridades sanitarias consideraron inevitable el sacrificio de su mascota, un perro llamado Excálibur, y durante tres días diseñaron la logística especial para acceder a la vivienda con todas las garantías sanitarias, a fin de administrarle al animal la inyección letal. La pareja propietaria del can reclamó 150.000€ por «daños y perjuicios morales», que desestimó el TSJ de Madrid. Un diputado veterinario del PSOE solicitó el expediente de la eutanasia de Excálibur y, al no obtener respuesta en plazo, recurrió en amparo ante la Presidencia del Congreso.

Pedro Sánchez lideró la contestación del PSOE por la muerte de Excálibur como víctima del Ébola, a la que se sumó toda la izquierda, socialista, comunista, vegana, LGTBI, y animalista, concentrada ante el domicilio insultando a Gobierno y sanitarios por eutanasiar al perro. Aunque esto parezca el guion de una película de Ozores, es el sucinto relato de lo acontecido hace seis años con la única víctima del ébola en España. Ahora el Gobierno socialista de Aragón ha ordenado el exterminio de 92.700 visones de una granja de Teruel para prevenir el contagio de otro virus, el del Covid-19. Ante el riesgo de un alzamiento de la izquierda progresista, social y de liberación animalista por ese genocidio «visónico», se espera que se declare el Estado de sitio en España. Sería lo coherente.