Política

«Jarabe democrático»

«Jarabe democrático»
«Jarabe democrático»DreamstimeDreamstime

El «escrache» como movimiento de protesta en España apareció en los años de gobierno del PP, en paralelo al movimiento del 15-M convertido finalmente en Podemos. Su primera y recordada actuación fue el boicoteo liderado por el actual Vicepresidente 2º del Gobierno a Rosa Díez, a la que impidieron pronunciar su conferencia en la Facultad de CC Políticas de la Complutense, donde Iglesias ejercía como profesor.

Desde entonces, proliferaron los acosos de todo tipo a viviendas de líderes políticos promovidos por la PAH y la actual alcaldesa de Barcelona Inmaculada Colau. En 2013, más de 300 personas impidieron el acceso a la vivienda familiar de la Vicepresidenta Sáenz de Santamaría.

La Audiencia Provincial de Madrid legitimó el escrache y archivó la causa al entender que era un «mecanismo ordinario de participación democrática de la sociedad civil y expresión del pluralismo político de los ciudadanos». Con ese lamentable aval judicial, fueron a más y, así, recordamos los escraches a Cristina Cifuentes, Rita Barberá, González Pons… que Iglesias calificó de «jarabe democrático de los de abajo». Ahora que ellos son la «casta», están probando el sabor de su jarabe, y se quejan agriamente.

Ni entonces estuve a favor ni lo estoy ahora y –ya que su amargo sabor disgusta a todos–, creo llegado el momento de pactar un armisticio legal, cívico y político. Con un mayor respeto mutuo, todos –especialmente la izquierda– saldremos ganando: «Quien siembra vientos, recoge tempestades».