Política

Abascal no será el candidato de la moción estéril de Vox

El líder de Vox reconoce que no tiene «ningún interés personal» en defender la censura. Casado no apoyará una propuesta que califica de «maniobra de distracción»

El Congreso de los Diputados se sometió ayer a su último pleno antes del descanso estival con un único punto en el orden del día: la comparecencia a petición propia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para dar cuenta del contenido del Consejo Europeo que aprobó el plan de ayudas para la recuperación tras la Covid-19. Sin embargo, fue el líder de Vox, Santiago Abascal, quien rompió la baraja y atrajo toda la atención con el anuncio de que presentará una moción de censura contra el Gobierno para el próximo mes de septiembre.

Una iniciativa para cuya presentación le dan los números –se requieren 35 diputados–, no así para ganarla. Por ello, la iniciativa se percibió desde un inicio como un órdago al PP y es que el propio Abascal se dirigió a la bancada de los populares, a quienes invitó a sumarse, al igual que a los demás partidos que «crean que aún estamos a tiempo de evitar que España caiga en la ruina, la muerte y la opresión».

No es la primera vez que Vox sopesa esta posibilidad. De hecho, el pasado 6 de mayo ya se lo propuso a la bancada del PP, instándoles a que fueran ellos los que llevaran a cabo esa iniciativa. «Los españoles no pueden entender de tácticas políticas; no pueden esperar más. Evitemos lo peor y devolvamos la voz al pueblo español». Pese a aquella declaración de intenciones, en el PP aseguraban ayer que no tenían conocimiento del movimiento que iba a perpetrar Abascal y que en ningún caso estaba pactado con ellos.

Es más, los populares respondieron al envite con un «no», ya que ven la iniciativa como una moción de facto contra su propio grupo, que sería el gran perjudicado y no Sánchez. Por ello, se adelantaron a subrayar que no cuenten con ellos. El secretario general del PP, Teodoro García Egea, cree que con ello Vox lo que hace es «salvar al soldado Sánchez» y lo ve como «una maniobra de distracción que refuerza al PSOE». Vox respondió a García Egea vía tuit: «¿Esto es lo que te pidió Zapatero cuando te reuniste con él a escondidas?», ¿qué estéis calladitos y no molestéis?».

Vox ha decidido presentar la moción de censura en septiembre y no ahora porque «ni yo, ni este grupo parlamentario tenemos ningún interés personal ni en liderarla ni en protagonizarla», aseguró Abascal. Desde las filas populares creen que Vox optaría por un perfil «moderado» tipo José Antonio Ortega Lara para defender la moción y con ello, hacerles incluso más daño, poniéndoles en un compromiso a la hora de decantarse por un «no» que les podría resultar, incluso, difícil de defender. «Muchos diputados de aquí al otoño, serán interpelados en las calles para apoyar esta moción, no lo dude», dijo Abascal.

Sin embargo, fuentes de Vox aseguran que aún no se sabe quién defenderá esa moción de censura. «Quién sabe», y al hecho de que no vaya a ser Abascal quien la haga en primera persona respondieron con ironía: «Pues ya saben más que nosotros».

El propio Abascal intentó negar que la moción fuera contra Casado, «a quien mostramos nuestro afecto y respeto», sino que es contra «Rufián, contra lo que representa, contra el separatismo, contra el chantajismo político que han instaurado». Pero la aritmética parlamentaria no da, por ello algunos tildaron la propuesta de cálculos electorales a lo que el propio Abascal respondió que no están en la batalla política para ser los primeros. «Estamos en la contienda para salvar a España. Esta no es una cuestión numérica».

El propio Sánchez le emplazó a que lo hiciera ahora. «La única duda es que si tanta prisa tiene por cambiar a este Gobierno, por qué espera a septiembre? ¿Qué pasa Sr. Abascal, que se quiere ir de vacaciones?», le espetó con sorna. Vox tiene previsto registrar dicha moción en septiembre, según fuentes del partido porque de lo contrario, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, podría convocar el debate en el mes de agosto y Abascal ya indicó que su intención es arrancar el curso político con ello.

En el Gobierno percibieron el anuncio con sorpresa, que inmediatamente pasó a satisfacción. Conscientes de que la maniobra de Vox no tendrá ningún resultado, en Moncloa creen que servirá para cohesionar a los socios del Gobierno, sino a todos los partidos de la Cámara detrás del Ejecutivo. Una imagen de fortaleza que se puede tornar decisiva para la importante votación de los Presupuestos Generales del Estado que se tramitarán a finales de septiembre, o inicios de octubre.

En el Gobierno lo percibieron como una nueva «OPA hostil» de Vox al PP ante la que su líder, Pablo Casado, tendrá que marcar distancias. «A ver qué hace usted», le emplazó Sánchez al líder popular, para apuntar inmediatamente: «Porque a riesgo de mimetizarse con la ultraderecha, van a acabar fagocitándole».