Juan Carlos I de España

La última etapa de Juan Carlos I tras su abdicación

El Rey ha sido una figura clave en la democracia española

La abdicación de Juan Carlos I en junio de 2014 puso el broche a 39 años de reinado y marcó un punto de inflexión en su figura, que ha desembocado primero en su retirada de la vida pública hace un año y, ahora, en su marcha de España.

Desde su abdicación, el Rey ha tenido un protagonismo en actos oficiales que desembocó en su decisión de poner fin a su labor institucional en junio del pasado año con una carta enviada a su hijo, Felipe VI.

“Ha llegado el momento de pasar una nueva página en mi vida y de completar mi retirada de la vida pública”, le comunicó don Juan Carlos, quien se “despidió” en una corrida de toros en Aranjuez (Madrid), días después de su último acto oficial en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

Una decisión madurada desde que cumplió 80 años y tras el homenaje que se le rindió en el Congreso con motivo del 40 aniversario de la Constitución de 1978.

Aquel fue el último gran acto en el que participó Don Juan Carlos, después de que un año antes aireara su malestar por no haber sido invitado a la misma conmemoración de las primeras elecciones en España y tener que verlo por televisión.

“Una democracia que impulsó mi padre de forma tan decisiva y determinante”, elogió Felipe VI ante un hemiciclo que, en su mayoría, rindió una prolongada ovación al Rey Juan Carlos, ya con Pedro Sánchez como presidente.

Meses antes, en su 80 aniversario, Don Felipe también dio las gracias por “tantos años de servicio leal a España”.

Entre medias, empezaron a surgir las sospechas cuando afloró una grabación entre Corinna Larsen y el excomisario José Villarejo en la que la que fue amiga del Rey le acusaba de tener cuentas en Suiza y de utilizarla como testaferro.

Fue la espita de un cúmulo de informaciones que llevó a Felipe VI a distanciarse de su padre al renunciar a su herencia y retirarle la retribución del Estado el pasado mes de marzo, aunque manteniéndole como miembro de la familia real con la consideración de rey.

Un año y dos meses después, la brecha se ha agrandado con la decisión del Rey emérito de marcharse de España, “guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles, a sus instituciones” y a su propio hijo.

El distanciamiento con su hijo se ha reflejado también en sus apariciones juntos, que se han limitado a algún encuentro familiar, el último de ellos, el funeral de su hermana mayor, Pilar de Borbón, en enero de este año.

Desde la abdicación, Don Juan Carlos se ha prodigado más en su vida privada que en la pública, al refugiarse sobre todo en sus amigos y en aficiones como la gastronomía, los toros y, en especial, la vela.

En varias ocasiones ha disfrutado del fútbol, en el palco del estadio del Real Madrid y del Atlético de Madrid, y del tenis, animando a su amigo Rafael Nadal.

Con su movilidad cada vez más afectada, Don Juan Carlos volvió al quirófano en agosto de 2019 para someterse a una delicada intervención de corazón que se desarrolló con éxito.

La última vez que se le ha visto fue precisamente cuando acudió a una clínica madrileña para someterse a un chequeo médico el pasado 16 de junio protegido con mascarilla. Efe