Rey Emérito

Iglesias insistirá en el debate sobre la República al margen de Sánchez

Tensión en Moncloa: el presidente sale en defensa de la Monarquía y de Felipe VI frente a la presión de su socio de coalición

Estar comprometido con la monarquía parlamentaria o pedir que se abra paso una república solidaria y plurinacional. No parecen ambos objetivos muy compatibles, ni siquiera fácilmente reconciliables. Estas dos visiones sobre el modelo de estado conviven, sin embargo, en el mismo Gobierno. La salida del país de Don Juan Carlos anunciada el lunes ha puesto en evidencia que las dos almas que dan forma a la coalición PSOE-Podemos están más lejanas que nunca en su respaldo a la Monarquía y al actual jefe de Estado.

Desde hace semanas, tal y como informó ayer este diario, Moncloa y Zarzuela han venido consensuando los pasos que se iban a seguir en la salida del Rey Emérito del país. El Jefe de Gabinete del presidente Sánchez, Iván Redondo, y el Jefe de Protocolo de la Secretaría General de la Casa de Su Majestad el Rey, Arturo Martínez Serrano, capitanearon esas conversaciones que el propio Sánchez y su núcleo de confianza ocultaron al vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, y al resto de ministros morados. Desde las filas de Podemos niegan que esta cuestión haya suscitado malestar pero confirman que no estaban al tanto de lo que se fraguaba desde principios de julio: ni sabían que Don Juan Carlos abandonaría el país ni que el Ejecutivo estaba inmiscuido en la gestión de esta crisis. Lo verbalizó la titular de Igualdad, Irene Montero: «Respeto las decisiones que el PSOE haya tomado desde La Moncloa, pero no es una decisión que ha tomado el Gobierno de coalición».

Dos horas más de reunión

El tema fue abordado en el Consejo de Ministros de ayer –que se prolongó dos horas más de lo inicialmente calculado– y, acto seguido, el presidente Sánchez ofreció ante los medios su primera valoración. Esperó a dar su visión al turno de preguntas de los periodistas –en su intervención se limitó a realizar el balance de estos siete primeros meses de legislatura– en lo que terminó siendo una encendida defensa de la Monarquía Parlamentaria y de las decisiones adoptadas hasta la fecha por Felipe VI: «Respeto las decisiones de la Casa Real, por cuanto hay detrás, por representar la decisión de distanciarse de conductas cuestionables y reprobables de un miembro de la Casa Real». Y dejó claro que el futuro de la Monarquía no es lo que está en discusión: «No se juzga a instituciones, sino a personas. Él está a disposición de la justicia, como cualquier otro español». A su juicio, «la respuesta ha sido la que corresponde a una democracia vigorosa» y cerró la puerta a cualquier clase de debate sobre el modelo de Estado: «España necesita de estabilidad y de instituciones robustas, que se abonan con ejemplaridad y transparencia. La linea marcada por la Casa Real es la adecuada. El Gobierno que presido considera plenamente vigente el pacto constitucional». Repreguntado sobre esta cuestión, subrayó su apoyo a la institución que lidera Felipe VI: «El Gobierno defiende el pacto constitucional y el pacto constitucional es la monarquía parlamentaria».

Sánchez situó la posición oficial del Gobierno en las antípodas de lo que defiende Podemos. Iglesias calificó de «huida indigna» la decisión de Don Juan Carlos y señaló que «un gobierno democrático no puede mirar hacia otro lado ni mucho menos justificar o saludar comportamientos que socavan la dignidad de una institución clave como es la Jefatura del Estado y que son un fraude a la Justicia». Desde Podemos, en su primera valoración oficial a través de un comunicado, insistieron en que «se abre paso una república solidaria y plurinacional» a partir de la «convicción democrática de que debe ser el pueblo el que decide». No se trata, argumentan en el entorno de Iglesias, de querer «derribar» ni el régimen del 78 ni la Monarquía, sino de «abrir este debate». Ésa será la posición a la que Podemos se abonará en los próximos meses: «No se puede seguir impidiendo el debate sobre el modelo de Estado». Desde el grupo parlamentario morado reconocen que es el Congreso el que debe reactivar este debate con el objetivo de cumplir su cometido como lugar en el que descansa la soberanía popular aunque aún debe precisarse si el medio para llevar el debate hasta la Cámara Baja será el de una Proposición no de Ley (sin contenido vinculante) u otra iniciativa, y si ésta podría verse acompañada por el registro para pedir una nueva comisión en torno a las polémicas en las que se ha visto envuelto envuelto el anterior monarca.

Precisamente el líder del grupo parlamentario de Unidas Podemos en el Congreso, Jaume Asens, no dudó en criticar ayer abiertamente al presidente Sánchez por la postura que fijó ayer en representación de todo el Gobierno: «La comparecencia del Presidente Sánchez ha sido decepcionante. Demuestra muy poco sentido crítico ante la huida indigna de quien fue Jefe del Estado. La ciudadanía merece que las fuerzas de izquierda estemos a la altura».

Despachos confidenciales

Al ser preguntado por las evidentes diferencias existentes en el Gobierno entre PSOE y Podemos en torno a esta cuestión y la razón por la que no informó a Podemos de la salida de Don Juan Carlos del país , Sánchez destacó que «los despachos entre el jefe del Estado y el presidente del Gobierno son discretos y en ese ámbito es en el que quedan esas conversaciones». Pese a estas discrepancias internas, Sánchez afirmó sentirse «orgulloso y satisfecho» con el trabajo de todos sus ministros y aventuró, como ya ha reiterado en estas últimas semanas, una «legislatura larga».

Al margen de ello, sobre lo que no quiso pronunciarse ayer Sánchez fue sobre el lugar de residencia elegido por Don Juan Carlos y se limitó a señalar que será la Casa Real la que haga públicos estos detalles cuando considere oportuno y eludió, a pesar de las reiteradas preguntas de los medios de comunicación, precisar si el conoce el destino.