Pedro Sánchez
Sánchez en La Mareta
La víspera del 8-M, Sánchez publicó un tuit –ya desaparecido– animando a asistir en toda España a las manifestaciones «feministas» –en realidad, por la ideología de género LGTBI– y Calvo afirmaba en TV que había que acudir «porque a las mujeres les iba la vida en ello», profetizando sin saberlo. El día 8 la consigna gubernamental se concretó en diez ministros encabezando la marcha de Madrid. Ya sabemos qué sucedió después, pero conviene recordarlo para concienciarnos de la gran operación de marketing informativo urdida y encaminada a pasar pagina en beneficio de Sánchez e Iglesias. El control informativo establecido por el RDL durante el estado de alarma, nos sometió a un bombardeo constante de consignas, un verdadero lavado de cerebro en una operación propagandística digna de Goebbels, que nos hizo creer que «unidos saldríamos más fuertes». Pero diferentes organismos evaluadores independientes nos dan la peor nota en la gestión de la pandemia. Sin ir más lejos, el imparcial informe anual sobre Desarrollo Sostenible de la prestigiosa universidad de Cambridge valora la actuación gubernamental española situando a nuestro país en el último lugar de entre los 33 de la OCDE, y colocando a Corea a la cabeza. Sánchez, Illa y don Simón continúan sin «ubicar» a casi 20.000 compatriotas muertos, quizás por haberlos enterrado clandestinamente. Pero ahora el problema es la Corona y, por eso, Sánchez se va de vacaciones al palacio donado por Don Juan Carlos. Mientras florecen los brotes.
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