Pedro Sánchez

«Regeneración y transparencia»

Pedro Sanchez
Pedro SanchezFernando CalvoAgencia AP

Todos tenemos una idea de lo que debe ser la ética en la política, que entendemos asociada a la ejemplaridad, con plena sujeción a la ley y adecuación entre las promesas efectuadas y los deberes inherentes al ejercicio del cargo. Antes, sin ser todo un modelo de ejemplaridad, había al menos unos mínimos que se respetaban. Pero el actual Gobierno es paradigmático de la carencia de ética pública, y eso que las promesas de «regeneración y transparencia», les llevaron incluso a plantear una moción de censura con ese estandarte de ejemplaridad: un umbral de exigencia ahora reclamable porque ellos lo invocaron para justificarla.

Un claro ejemplo de falta de «transparencia» es la negativa a explicar porqué hay casi 20.000 ancianos muertos en residencias y no reconocidos aún oficialmente. En cuanto a la «regeneración», es elocuente el espectáculo dado por Iglesias con la inexistente conspiración urdida contra su formación para impedir su llegada al Gobierno, y desalojarles de él ahora. Sánchez exige respetar la justicia solo cuando no afecta a los suyos: «inquietante y perturbador» es lo que él sabe de D. Juan Carlos, e inane lo público y conocido que afecta a su socio de Gobierno.

Ellos pasarán, pero el daño hecho a la política es demoledor. Tras ellos, no habrá ni verdad ni mentira, ni ética ni moral pública. El fin justifica ya cualquier medio para alcanzar y mantener el poder, que parece será lo único importante en la política.