Partido Popular

Cayetana Álvarez de Toledo: Tres meses sin reunir a la dirección del grupo

Al servicio de Vox. Muchas sus iniciativas coincidían más con la estrategia de los de Abascal que con la del PP

Si hay algo que no se le puede reprochar a la ex portavoz del Partido Popular en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, es su frenética actividad en la Cámara Baja. Desde que arrancó la XIV Legislatura, en el mes de febrero, no ha dejado de presentar iniciativas: al menos 75, según se desprende de la página del Congreso. Todas ellas en medio de un contexto de pandemia que obligó a paralizar la actividad legislativa y redujo al mínimo las actividades de sus señorías. Álvarez de Toledo, sin embargo, estuvo siempre presente en los plenos ordinarios y extraordinarios que se celebraron desde que se declaró el estado de alarma. Su condición de portavoz del PP así lo exigía y, al mismo tiempo, le brindó el mejor trampolín para eclipsar al resto de compañeros de partido. No obstante, según reconocen fuentes del PP a LA RAZÓN, «estuvo tres meses sin reunir al Comité de Dirección del Grupo Parlamentario», el órgano que fija la estrategia.

De pensamiento liberal, nivel cultural irreprochable y oratoria de fuego, la ex portavoz de los populares cabalgaba libremente. Con sus preguntas orales en el Pleno, casi siempre dirigidas a la vicepresidente del Gobierno, Carmen Calvo, fue dibujando su seña de identidad en el hemiciclo y ganando cada vez más protagonismo, hasta el punto de deslucir las intervenciones del presidente del PP, Pablo Casado.

Y es precisamente, desde la tribuna del Congreso, donde la ex portavoz de los populares en esa Cámara se convirtió en la pirómana del principal partido de la oposición. Acaparando minutos en los telediarios, sus mensajes, en vez de situar a los populares como una opción –con sentido de estado– viable al Gobierno socio-comunista de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, les situaban cada día más cerca de la formación de Abascal.

Ideológicamente, la popular no dudó en marcar distancias con las decisiones que tomaron desde Génova. Hubo dos temas clave que la enlazaron de forma directa con los de Santiago Abascal: el rechazo al 8-M y el ataque a los medios de comunicación. Y, quizás, una de las gotas que colmó el vaso fue su ataque al padre de Iglesias en un Pleno que desvió el foco sobre un acorralado Marlaska que destituyó, sin razón, al coronel Diego Pérez de los Cobos. Tras las duras críticas que lanzó contra el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, Vox salió a defenderla –igual que hizo tras sus críticas a LaSexta–. No obstante, ella siempre fue muy crítica con los de Abascal, y aseguró en una ocasión que «Vox alienta fricciones y eso es muy propio de la política simple que siempre desemboca en frustraciones». Solo queda esperar y comprobar si las frustraciones de los de Abascal y las de Cayetana Álvarez de Toledo siguen el mismo camino.