Carmen Calvo

Calvo dixit

Sesión de control al Gobierno en el Congreso
La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen CalvoJ.J. GuillénEFE

Puede que la palabra «Libertad» sea la que mayor atracción ejerza si nos referimos a los valores e ideales por los que merece la pena luchar. Ser libre es una condición irrenunciable e indisociable del ser humano, y sobre su conquista y permanencia pivota la Historia de la humanidad en gran medida.

Pero son variadas las ideas sobre la Libertad. Grande es la distancia ideológica –y geográfica– entre la simbolizada en la estatua erigida en su nombre a la entrada del puerto de NY, y la subyacente en el pensamiento de Lenin con su famosa pregunta «Libertad, ¿para qué?». O entre el concepto que de ella tienen Kant y el existencialista Sartre.

A este debate se incorpora ahora la Vicepresidenta Calvo que, preguntada por la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer, ha afirmado que «es un asunto capital para el Estado… porque afecta a la seguridad y Libertad de la mitad de la población».

Que la otra mitad sea potencialmente agresora y presuntamente culpable, no es para tomárselo a broma aunque, ateniéndonos a los precedentes, quizás sean las mujeres las que deban prevenirse. No está lejana aquella apelación a que las féminas debían asistir a las manifestaciones del 8-M «porque les iba la vida en ello». Sin duda dieron fe de esto Carmen Calvo y varias ministras que allí resultaron contagiadas por el coronavirus, dejando a medio Consejo de Ministros en cuarentena.

Mucha atención, pues, a esta peligrosísima Macroencuesta. Calvo dixit.