Guardia Civil

La Guardia Civil investiga si el asesino de Manuela Chavero se lesionó el brazo durante el crimen y luego se lo tatuó

El juez decretó prisión provisional comunicada y sin fianza para Eugenio Delgado, vecino de la víctima de 42 años y único detenido por su desaparición

La Guardia Civil investiga si el autor confeso de la muerte de Manuela Chavero tuvo una lesión en el brazo tras el crimen de su vecina, lo que podría ser una señal de «lucha» con la mujer que, según el detenido, se mató el su casa de un golpe accidental. Los investigadores tienen claro que el móvil del crimen es sexual y que Manoli pudo tratar de defenderse durante el forcejeo con el que después sería su asesino. Las señales en su brazo derecho serían de consideración y, de hecho, algunos vecinos de Monesterio (Badajoz) le preguntaron qué le había pasado.

Él alegó algún problema con un animal en el campo pero lo cierto es que poco después, quizás para disimular una posible cicatriz, se tatuó el brazo derecho (como se aprecia en la imagen). Los investigadores, que llevan cuatro años investigando la desaparición de Manoli, pasaron al detenido a disposición del titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Zafra antes de agotarse el plazo de 72 horas desde su detención, que se produjo el jueves a eso de las 20:00 horas de la tarde en un centro ecuestre. En ese momento, estaba acompañado de otra persona y, según fuentes cercanas a la investigación, no se mostró siquiera sorprendido, como si ya esperara su arresto desde hace tiempo.

El Equipo Central de Inspecciones Oculares de la Guardia Civil regresó ayer con Eugenio Delgado a inspeccionar su vivienda en busca de restos que puedan incriminarlo
El Equipo Central de Inspecciones Oculares de la Guardia Civil regresó ayer con Eugenio Delgado a inspeccionar su vivienda en busca de restos que puedan incriminarloJero MoralesEFE

Excavó la fosa con su tractor

Tras tomarle declaración y señalar el lugar donde enterró a su vecina, se trasladaron a la finca y se confirmó el hallazgo del cuerpo. Según pudo saber LA RAZÓN, los restos óseos se encontraban bajo un pedregal y la fosa que había excavado él mismo con la pala de su tractor, apenas estaba a 40 centímetros bajo el suelo. El proceso del levantamiento de cadáver fue complicado porque faltaba una de las vértebras, al parecer, la primera, que une la cabeza con la columna, lo que podría ser determinante para que los forenses establezcan la causa de la muerte.

Envuelta en una sábana

También estaban en la fosa la sábana y la toalla –hechas ya jirones por el paso del tiempo– con las que Eugenio dijo haber envuelto a Manuela desde su casa hasta al finca. También se halló en el lugar el plástico que, al parecer, puso en el coche para proteger la tapicería de posibles restos de la mujer. Aun así, decidió cambiarla, algo que también fue alertado por los vecinos. Los agentes también se llevaron esta tarde su coche Land Rover Discovery tras la minuciosa inspección que llevaron a cabo en al vivienda del detenido y lugar del crimen.

Hasta allí llegaron cuando pasaba media hora de la medianoche del sábado. Es en el número 29 de la calle Cerezo de Monesterio, dos casas más arriba de donde vivía su víctima. Hasta casi las siete de la madrugada han estado los agentes del Equipo de Inspecciones Oculares de la Guardia Civil, analizando centímetro a centímetro esa casa donde él mismo ha confesado que se produjo la muerte de Manoli. Eso sí, él mantiene que fue una muerte accidental mientras que los investigadores sostienen que fue homicida. La dificultad pasa ahora por sostener la acusación con pruebas científicas aunque los indicios contra Delgado son numerosos y su versión se resquebraja en muchos puntos.

Subía al tejado para ver a chicas en la piscina

Los agentes regresaron junto al detenido pasadas las 11:00 horas para continuar con el registro que se ha prolongado hasta 18:00 horas. Tuvieron que sacar para la inspección al perro del detenido, al que él mismo dijo que llevaba «cuatro meses» sin sacar de casa porque está «con depresión».

El rumor de que Delgado podría quitarse la vida pudo precipitar su detención. Además de delitos contra el patrimonio, los agentes habían recibido quejas de Delgado porque subía a los tejados a ver a las chicas en las piscinas, algo que cuadra dentro de esa descripción generalizada de quienes conocían a Eugenio, un joven, al parecer, con problemas para socializar y que no se relacionaba de forma natural con las mujeres.