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Vox se ofrece para sustituir a Cs en Madrid: “Seremos un socio fiable”

Los de Abascal se ofrecen para que Ayuso rompa el pacto en Madrid con Ciudadanos. Casado asegura que Arrimadas le ha garantizado que no habrá moción

La reacción de Pablo Casado al ruido de futuras elecciones en Madrid confirmó ayer que en el equipo del Gobierno regional madrileño tienen menos miedo a unas elecciones autonómicas que en la dirección nacional del partido. Como ayer informó este diario, Génova no quiere oír hablar de elecciones en tanto no tenga la confirmación de que se prepara una moción de censura, y esa confirmación, como advierten desde el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, cuando la reciban, será demasiado tarde. Ni las elecciones se anuncian ni las mociones de censura se anticipan.

Casado intentó blindarse a sí mismo y blindar a su presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, con el escudo de la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas. Según reiteró, Arrimadas le ha dado su palabra de que no apoyará una moción de censura en Madrid, y por eso no hay lugar. Pero la política se mueve. Ciudadanos se está moviendo para ajustarse al nuevo tablero político y esquivar el papel de sucursal del PP, e incluso en esta nueva etapa, no exenta de riesgos, en la formación naranja se puede escuchar a la corriente revisionista de la política de alianzas que entregó al PP de Casado todo el poder autonómico en las últimas elecciones de mayo de 2019. Una jugada de diez para el PP, y bastante discutible para los naranjas, entonces sometidos a la regla del «no es no» a Sánchez.

El líder del PP se juega en Madrid mucho más que Inés Arrimadas porque era el modelo de gobierno que quería exportar a La Moncloa. Sólo que ya no puede disimular que es un Gabinete que está sometido a las malas relaciones internas entre los dos socios. De hecho, ayer Casado incluso llegó a proclamar, después de las profundas diferencias que se acaban de ver en la gestión de esta última crisis sanitaria, que las relaciones del PP de Ayuso con el partido de Ignacio Aguado son excelentes. En una entrevista en esRadio, Casado sorprendió con elogios a la «solidez» del Gobierno madrileño, del que dijo que va a cumplir con el mandato de cuatro años en las urnas.

Con independencia de lo que el líder popular dé por hecho en el debate público, en la izquierda están dejando que el Gobierno de Ayuso se cueza en la crisis política y sanitaria de esta segunda oleada de la pandemia para ver su margen de movimiento. Cuando se les pregunta por la moción de censura, la respuesta oficiosa es que «hay que esperar». Que primero pase lo importante, que es atender la prioridad sanitaria, y después vendrá la política. Aunque la política no ha dejado de estar en la crisis sanitaria desde que se activó el estado de alarma el pasado mes de marzo. La izquierda podría incluso hasta presentar una moción de censura con Ignacio Aguado como candidato, aunque lo lógico es que eligieran a sus «hombres», con Ángel Gabilondo a la cabeza.

La realidad es que durante estas semanas de restricciones, limitaciones y pulso político por las medidas de control de aforos y de movimientos hay más en juego que mantener a raya el virus. Isabel Díaz Ayuso puede salir bien parada, y hasta en condiciones de reforzar su liderazgo, o puede «quemarse», que es lo que está esperando la izquierda para moverse y aprovechar la situación. Es el juego político del ratón y el gato, a ver quién se mueve antes y engaña mejor al contrario.

Ayer, la portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio, instó a la presidenta regional a convocar elecciones para evitar que la izquierda tome la Comunidad de Madrid con una moción de censura, y le advirtió de que es fundamental rodearse de «socios fiables». En el equipo de Ayuso admiten que les podría ser más fácil gobernar con Vox que con Ciudadanos ante el estado en el que se encuentran las relaciones. «El PP cuando nos necesite en la Comunidad va a tener a Vox con lealtad. Ayuso tiene que tomar medidas cautelarísimas y convocar elecciones y Vox es un socio fiable y dice la verdad cuando se compromete a algo», anunció la portavoz de Vox.

Las encuestas que manejan en la Puerta del Sol apuntan a una subida del PP y de Vox, y a un desplome de Ciudadanos, así como la posibilidad de que el PSOE pudiese perder su condición de fuerza más votada. Hasta ahora Vox siempre se ha mantenido al margen de la gestión de gobierno y ha renunciado en las negociaciones a formar parte de los mismos. Y el PP, por su parte, la ha vetado. En el PP, la incorporación de Vox a uno de sus gobiernos autonómicos provocaría una fractura en el discurso y una crisis orgánica por el debate sobre si pueden volver a ganar elecciones alejándose del centro.