Carles Puigdemont

“Plan Puigdemont”: repetir las elecciones si gana ERC

El objetivo es evitar que Pere Aragonés se convierta en el nuevo presidente de la Generalitat

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont
El expresidente de la Generalitat Carles PuigdemontDavid BorratEFE

Las elecciones catalanas tienen fecha. Desde 2012, los ciudadanos de la Comunidad Autónoma han votado cuatro veces. La pregunta que asalta a muchos es ¿será la última en este año? Para la gran mayoría parece que sí, que los catalanes votarán y se formará un nuevo Gobierno. Sin embargo, en algunos sectores se están moviendo piezas y dibujando escenarios que hagan saltar por los aires una posible victoria, como apuntan todas las encuestas, de Esquerra Republicana. El objetivo, evitar a toda costa que Aragonés sea el 132 presidente de la Generalitat, aunque sea provocando una crisis política e institucional de grandes dimensiones, en plena pandemia y crisis económica que aboque a Catalunya a unas nuevas elecciones.

Según ha podido saber LA RAZÓN de personas que han tenido acceso a estos planes, desde Junts per Catalunya se están estudiando diferentes opciones incluida la de forzar nuevas elecciones. El escenario es el siguiente:

ERC gana por estrecho margen de diputados -la encuesta de LA RAZÓN daba 35 a ERC y 31 a JxCAT-, por lo que Pere Aragonés iniciará conversaciones con las diferentes fuerzas. Puigdemont y los suyos se quedarían sin la Presidencia, por lo que estudian poner un plan para recuperarla. Primero, plantear exigencias que ERC no pueda aceptar como fijar una fecha para declarar la independencia o para plantear un nuevo referéndum de autodeterminación, sin acuerdo con el Estado, para poner de manifiesto la desobediencia y el enfrentamiento con el Gobierno. Segundo, si ERC se niega JxCAT rechazaría formar parte del Govern y los republicanos se verían abocados a negociar con el PSC y los Comunes, una opción harto complicada.

Si ERC fracasa en su intento de Govern alternativo al independentista, Catalunya se vería abocada a un nuevo escenario electoral. Ni pandemia, ni crisis, lo único que importa en estos sectores de Junts per Catalunya es provocar la ruptura y la desobediencia, como marca su hoja de ruta política aprobada en el Congreso de este fin de semana y que fue votada sólo por el 27% de los afiliados al partido de Puigdemont. En total, 1087 votos. Una cifra bastante ridícula si se compara con cualquier otro partido político parlamentario.

Si ERC no acepta las condiciones de JxCAT será acusada de traición y de aspirar sólo a gobernar la autonomía, y JxCAT levantaría de nuevo el banderín de la pureza independentista para recuperar la victoria. Y si trata de hacer un gobierno con los autonomistas de PSC y Comunes, incluso pueden subir de tono las acusaciones. ERC no descarta verse obligada a usar este escenario, pero de entrada en la campaña electoral tendrá duros reproches con socialistas y Comunes. “Lo importante es conseguir hasta el último voto”, afirman fuentes republicanas que al tiempo descartan “cualquier tipo de gobierno tripartito de izquierdas”. En definitiva, desde JxCAT se está elaborando una estrategia para impedir que ERC asuma la presidencia de la Generalitat, erosionarla al máximo, y generar una situación -acompañada por movimientos en la calle liderados por la Asamblea Nacional Catalana- que aboque a Catalunya a unas nuevas elecciones.

Si la situación fuera a la inversa, si JxCAT ganara las elecciones por estrecho margen, se intentarían imponer condiciones inasumibles para ERC. La negativa de los republicanos de Pere Aragonés sería utilizada para justificar que el presidente de Junts no pudiera echar a andar por el camino de la independencia.

Estos escenarios, el plan de acoso y derribo a ERC, no están aprobados pero si planteados y provocan tensiones en los sectores integrados en JxCAT provenientes de la cultura de la antigua Convergència. Estos sectores no ven con buenos ojos estos movimientos, que parece cuentan con la aquiescencia de Puigdemont, y menos los movimientos que se están generando en la pelea por tener un puesto en las listas. “Ser independiente y radical, parece que es un plus”, afirman fuentes de este sector que ven como estos “independientes” pueden copar las listas electorales. Se refieren a los movimientos auspiciados desde Waterloo para incluir en las listas a Pep Andreu, alcalde de Montblanc que rompió el carnet de ERC después de 20 años de militancia como cabeza de lista por Tarragona, Ramón Cotarelo en Girona, Guillem Fusté, líder de Poble Lliure con el que Puigdemont pretende romper la CUP, o a Albano Dante Fachín, ex líder de los Comunes que se presentó en las últimas elecciones con su propia formación y se quedó en puertas de entrar en el Parlament. Por de pronto, su mujer, Marta Sibina forma parte del Consell de la República de Puigdemont, y el propio Dante Fachín estuvo de bolos presentando el último libro del expresidente exiliado.