Moción de censura

Retorno al bipartidismo

El presidente del PP, Pablo Casado, interviene durante la segunda sesión del pleno en el que se debate la moción de censura
El presidente del PP, Pablo Casado, interviene durante la segunda sesión del pleno en el que se debate la moción de censuraEUROPA PRESS/E. Parra. POOLEuropa Press

El globalismo plutocrático ya es demasiado poderoso como para darle facilidades con una frontal moción contra él, y ayer Abascal pareció olvidar la astucia necesaria para «moverse entre lobos». Ello aunque las mujeres portavoces –o «portavozas»– de UP, dieron con sus discursos muchas facilidades para apoyar la moción, reivindicando la República con el color de sus vestimentas, el comunismo y un feminismo tan alejado de la igualdad y el sentido común, que mostró la insolvencia que supone para España el que formen parte de su Gobierno. Con esos mimbres, Sánchez se erigió en «salvador de la democracia», exigiendo un cordón sanitario en torno a Vox. Es la dictadura de la corrección política que él encarna, como distribuidor de avales democráticos, consiguiendo colocar a Casado tan frontalmente contra Vox que daba la impresión de estar dirigiéndose a Sánchez, y no a Abascal con su «brillante» discurso, como lo calificó Iglesias.

Dicen por ahí que «pareciera que de Bruselas llegan órdenes de alinear posturas entre PSOE y PP, y cargarse a Podemos y Vox para volver al bipartidismo. Ya han acordado el poder judicial. Casualmente. Lo siguiente son los presupuestos. A ver si Sánchez aprovecha para deshacerse de Podemos con la alfombra roja de Casado».

Se non è vero, è ben trovato: Remató Sánchez anunciando que paralizaba la iniciativa para reformar las reglas para elegir el CGPJ, en justa correspondencia a su exigencia de que el PP votara en contra. Objetivo conseguido: puentes volados entre «las derechas». La última palabra, los votantes.