Vaticano

El recado del Papa a Sánchez: «Las ideologías destruyen la patria»

Francisco sorprende al presidente en su primer encuentro con alegato para que gobierne «con todos», huya del sectarismo y descarte las «maniobras» electorales

Pope Francis poses with Spanish Prime Minister Pedro Sanchez and his wife Maria Begona Gomez Fernandez as they meet at the Vatican October 24, 2020. Vatican Media/­Handout via REUTERS ATTENTION EDITORS - THIS IMAGE WAS PROVIDED BY A THIRD PARTY.
Pope Francis poses with Spanish Prime Minister Pedro Sanchez and his wife Maria Begona Gomez Fernandez as they meet at the Vatican October 24, 2020. Vatican Media/­Handout via REUTERS ATTENTION EDITORS - THIS IMAGE WAS PROVIDED BY A THIRD PARTY.VATICAN MEDIAvia REUTERS

No es nada común que el Papa ofrezca un discurso a un mandatario internacional que lo visita. O, al menos, eso es lo que pensamos, pues esas audiencias privadas siempre quedan ahí, en el ámbito de lo privado. Ronda de fotos oficiales y un comunicado bastante genérico sobre los temas tratados. Pero no fue eso lo que ocurrió con Pedro Sánchez. El Pontífice quiso improvisar un largo monólogo, de unos ocho minutos, y la oficina de prensa del Vaticano lo distribuyó, algo aún menos habitual. La alocución iba cargada de recados para España. «Es muy triste cuando las ideologías se apoderan de la interpretación de una nación, de un país y desfiguran la patria», le dijo Francisco a Sánchez. Y le recordó que es necesario «construir la patria con todos». El Papa argentino se sirvió de un libro llamado «Síndrome 1933», de Siegmund Ginzberg, en el que alerta del clima de enfrentamiento que dio paso al nazismo, para expresar: «Cuidado, que estamos llegando un camino parecido». «Las ideologías sectarizan, las ideologías destruyen la patria, no construyen. Hay que aprender eso de la historia», prosiguió. Francisco presentó una especie de manual del buen político, que debería «hacer progresar el país, consolidar la nación y hacer crecer la patria». «La política es una de las formas más altas de la caridad», y no se puede manejar mediante «maniobras», prosiguió el Papa, ante la atenta mirada de Sánchez y el resto de su delegación.

Desasosiego por el clima de tensión

Precisamente el jefe del Ejecutivo había acudido a Roma con la intención de remarcar que su visión política está en sintonía con la pauta marcada por Bergoglio. La intensa lectura de la encíclica papal «Fratelli tutti» a la que se han entregado en Moncloa durante las últimas dos semanas confirma esa cosmovisión. El texto doctrinal recoge una crítica al neoliberalismo y al auge de los populismos extremistas, una visión que encaja como un guante en el discurso del Gobierno. Pero en ese documento se habla, sobre todo, de fraternidad y eso es lo que quiso subrayar el Papa en su audiencia con el presidente español. En los últimos años, Francisco ya había recalcado su desasosiego por el clima de división reinante en nuestro país y ese mensaje ha debido quedar reforzado ahora. «Consolidar la nación a veces supone dificultades de entendimientos con los localismos, los dialectos», afirmó también el Papa.

Fotos sin mascarilla

Nada de esto le pareció un rapapolvo a la delegación española, que remarcó el clima de entendimiento y celebró una audiencia que colmó sus expectativas. En Moncloa había un gran interés por conseguir una foto entre Pedro Sánchez y el Papa y la consiguieron, aunque fuera sin mascarilla. El jefe del Ejecutivo acudió al Palacio Apostólico minutos antes de las 9:30 de la mañana, la hora prevista para el encuentro, acompañado de su mujer, Begoña Gómez. Ambos, vestidos de negro, salieron de un coche oscuro y acudieron al encuentro del Pontífice, en una sala donde ya todos aparecieron sin mascarilla. El Papa no suele utilizarla, pese a que su uso es obligatorio, y en Moncloa respondieron que siguieron con el protocolo. Pasados 35 minutos, concluyó la audiencia con el Papa. Sánchez celebró otra charla con el secretario de Relaciones con los Estados, monseñor Richard Gallagher, y se marchó sin hacer declaraciones.

Fotos sin mascarilla

Moncloa publicó justo después, como suele ser habitual en estos casos, un comunicado en el que expresaba que ambos líderes habían tratadotemas de «interés común como el multilateralismo, el cambio climático, las migraciones y el pacto educativo global». Sánchez y el Papa «han mostrado su sintonía respecto a la necesidad de construir un mundo basado en la colaboración y en la solidaridad», añadía la nota.

Había otros asuntos más incómodos sobre la mesa como la reforma educativa, la nueva legislación sobre eutanasia, los cambios en la ley del aborto, la Memoria Histórica, el pago del impuesto de bienes inmuebles por parte de la Iglesia o la publicación de los bienes inmatriculados del clero, un asunto con el que el Gobierno lleva amenazando desde hace año y medio pero que no termina de cumplir. Sin embargo, todos estos temas se tratan directamente entre el Moncloa y la Iglesia española, apuntas fuentes del Gobierno, y no tienen cabida en una reunión con el Papa.

Era la primera vez que un presidente español se veía con el Papa argentino desde que en 2013 Rajoy acudió al Vaticano. Como es tradición en este tipo de encuentros, se produjo un intercambio de regalos: Sánchez le trajo a Bergoglio un facsímil del Libro de las Horas del obispo Juan Rodríguez Fonseca y el Pontífice le correspondió con un relieve en bronce que representa la acogida y la fraternidad y siete escritos con sus encíclicas y exhortaciones apostólicas.