Estado de alarma

La “espantada” de Sánchez en el debate del estado de alarma

El presidente del Gobierno, que ha evitado intervenir en el Pleno, abandonó el Congreso tras el discurso de Salvador Illa

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su llegada al Congreso que este jueves debate y vota la prórroga del estado de alarma durante seis meses. Junto a él, la portavoz socialista, Adriana Lastra.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su llegada al Congreso que este jueves debate y vota la prórroga del estado de alarma durante seis meses. Junto a él, la portavoz socialista, Adriana Lastra.ZipiEFE

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, delegó en el ministro de Sanidad, Salvador Illa, la defensa en el Congreso de los Diputados del estado de alarma y la petición de la prórroga de seis meses. Un gesto incomprensible, que podría calificarse incluso de error estratégico, si tenemos en cuenta la contundencia y excepcionalidad de una medida que busca dar respuesta a la segunda ola de la pandemia. Un liderazgo en esta respuesta que sí han asumido en primera persona otros dirigentes europeos como Emmanuel Macron o Angela Merkel.

La excusa oficial que argumentó Moncloa para que el jefe del Ejecutivo sorteara el debate es que tenía una videconferencia del Consejo Europeo a las 18:30 horas, casi diez horas después, para no subir a la tribuna de la Cámara Baja. En Moncloa se defienden, asegurando que Sánchez está sometido al control de la oposición cada semana en las sesiones que a este fin se producen en el Congreso con las interpelaciones de la oposición. Sin embargo, Sánchez sorprendió a todos hoy al aparecer en el Pleno para escuchar la intervención de Illa y arropar a su ministro.

Una corta presencia que se limitó a escuchar su discurso, ya que una vez finalizado se escabulló del hemiciclo. Una “espantada” que le impidió asistir a alocución del líder del PP, Pablo Casado, que decidió intervenir -aunque no estaba previsto- para responder a las apelaciones directas que hizo Illa a su partido y rentabilizar el vacío que había dejado el presidente del Gobierno con su ausencia.

Las alusiones a la “espantada” del jefe del Ejecutivo fueron constantes por prácticamente todos los partidos que intervinieron, tanto Casado como Santiago Abascal se refirieron a su escapismo en la rendición de cuentas ante la Cámara e incluso sus socios criticaron su “mutis por el foro”. Una delegación en las explicaciones que Sánchez quería hacer también extensiva a la vigencia del estado de alarma y que, los partidos que le apoyaron en la investidura, le han afeado. Finalmente, estos partidos han conseguido forzar que comparezca cada dos meses en el Parlamento para explicar la evolución de la pandemia.