Víctimas del Terrorismo
El párroco de Lemona: “Se aplaudía que se pudiera matar a un guardia civil. Luchar contra la opresión sería justo”
En el documental “Bajo el silencio”, de Iñaki Arteta, entrevista a víctimas, vecinos, expresos de ETA o al cura actual de un municipio en el que fueron asesinados dos agentes. Éste justifica los asesinatos: “No hubo otra forma de hacer”
“Bajo el silencio”, el último trabajo documental del cineasta Iñaki Artetasigue las huellas que dejó el terrorismo de ETA en el País Vasco y lo que opina la sociedad vasca de lo que ocurrió. Se estrenó el pasado 27 de octubre en la Semana Internacional de Cine de Valladolid -SEMINCI -y estará en cines comerciales a partir del 2 de noviembre.
El documental trata de dar la batalla por el relato y se entrevista a vecinos, víctimas de la banda terrorista, políticos de EH Bildu de bastiones abertzales, uno de los miembros de la mesa nacional de HB, el director de las ikastolas o ex presos de la banda terrorista. Uno de ellos asegura que no ha recibido «ningún reproche» de lo que hizo tras cumplir la condena. También preguntan a jóvenes que dicen conocer solo el atentado de Carrero Blanco, o consideran a los presos de ETA como encarcelados por un «conflicto político».
Bomba desde el campanario
En Lemona (Vizcaya) fueron asesinados en 1981 dos guardias civiles tras ser alcanzado de lleno el vehículo que ocupaban por la carga de un potente artefacto, compuesto de diez kilos de Goma 2 y abundante metralla, que había sido colocado a un lado de la carretera por la circulaba formando parte de un convoy. Cuando ocurrió, el entonces párroco de Lemona fue acusado de haber participado ayudando de manera activa a los terroristas a que activaran la bomba desde el campanario. Por ello, destaca Arteta, decidieron ir a Lemona, para comentar el hecho con sacerdote actual.
El párroco del municipio recuerda cómo se vivían los funerales en la época en la que ETA asesinaba. «Si el difunto era de un partido u otro acudían con la afluencia de ese partido». Cree que el «vasco parlante» se ha sentido «muy coartado» y que por ello se llegó a «lo que vendría a ser terrorismo», pero que «no era más que una respuesta a una opresión».
Subraya que en el pueblo «se aplaudía que se pudiera matar a un guardia civil porque comulgabas con ello". «Luchar contra la opresión sería justo».
“Guerra con bandos”
El párroco de Lemona habla de bandos y asegura que hay que ponerse en el lugar de cada uno de ellos para comprender lo ocurrido y lo justifica. «Si te pones en un bando merecido lo tenía», y por otro lado decían que «nadie merece una muerte así». «No sabes a qué atenerte». Asegura que «por una parte te alegras, porque su merecido se lleva; aunque, por otro lado no está bien». Considera que las pintadas por los presos de ETA «son pocas, debería haber más», que hay que pensar en los familiares de los presos que pueden haber perdido la vida «en la carretera» al ir a visitarlos a las cárceles.
Al párroco le «revienta» la palabra «terrorismo» y asegura que, «ante una agresión» la banda «respondía con otra agresión». «Había y hay un conflicto entre dos bandos», subraya.
¿Y qué piensa sobre los asesinosno arrepentidos? “Hay que respetarlo”, asegura.
En 1981 se acusó al párroco de entonces de haber colaborado el asesinato de los dos guardias civiles, aunque finalmente fue absuelto. El cura actual de Lemona cree que habría que ponerse en el lugar de ese párroco, y que «más nacionalistas que los españoles, que son excluyentes, y no admiten a los vascos y catalanes, no hay». Considera que eso puede hacer que sea el detonante o la «llama» que les llevó a matar. «Se puede entender, pero no admitir». Por ello se pregunta que «dónde está el límite» y se muestra convencido de que todo es debido a la «opresión al pueblo vasco que estuvo y está».
Cree que “esas circunstancias”, las de los asesinatos, necesitan de mucho “diálogo”, y reflexionar sobre el hecho de qué es lo que se hizo mal “pero no por parte de ETA, sino de todos”. Porque, justifica, que si la banda terrorista ETA asesinaba lo hacía como una forma de protesta. “Hay que comprender la circunstancia y perdonar”, porque valora que los etarras estaban tan “acorralados”, “no pudieron responder de otra manera”.“No hubo otra forma de hacer”.
Sobre los homenajes a terroristas lo ve como un recibimiento a la ausencia de personas que vuelven. “No se puede hacer otra cosa”, “no se puede encontrar otra respuesta a eso”.
¿Y cómo recordar a las víctimas de ETA?, le pregunta el joven periodista. El sacerdote del municipio vizcaino responde: "¿Como mártires? ¿Efectos colaterales? ¿Como el pecado de nuestro ser primario? No sé cómo recordarlos”. Sin embargo, tiene claro cómo recordar a lo terroristas: "Son víctimas de una política penitenciaria”.
En el documental la viuda de uno de los guardias civiles asesinados se encuentra con el párroco y hablan de lo ocurrido. “Todo fue respuesta a una represión”. El párroco de Lemona asegura a la víctima que el cuartel al que pertenecía su marido “tenía fama de cárcel y torturadores".
✕
Accede a tu cuenta para comentar