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El Gobierno “aprieta” para evitar prorrogar los presupuestos de Montoro

Moncloa pisa el acelerador en la tramitación parlamentaria y recupera la expectativa de tener las cuentas aprobadas antes de final de año

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, durante su reunión con Ciudadanos de ayer
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, durante su reunión con Ciudadanos de ayerBorja Puig de la BellacasaEFE

El Gobierno pisa el acelerador de los Presupuestos. En Moncloa están enfocados en superar el principal hito de la legislatura –con permiso de la crisis sanitaria- y han puesto toda la maquinaria a funcionar para lograr alumbrar el proyecto de cuentas públicas antes de final de año. El horizonte temporal no es baladí, pues retrasarse hasta enero supondría de facto una tercera prórroga de los que diseñara en 2018 el popular Cristóbal Montoro. Algo que supondría un fracaso para el Ejecutivo, dado que tiene los números para sacar sus propios presupuestos adelante y porque si hasta ahora ya renegaban de aquellos, en un contexto de pandemia les son, si cabe, más ajenos. En Moncloa “aprietan” el calendario y recuperan una expectativa a la que ya habían renunciado públicamente, al valorar la posibilidad de una prórroga, aunque “para unos pocos días”. La vocación de hacerla realidad la expresó ayer el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en un acto en la Comunidad Valenciana, aunque desde su entorno ya se alimentaba esta tesis desde hace días en conversaciones con este diario.

Así, este pasado miércoles comenzó en el Congreso de los Diputados la andadura parlamentaria de las cuentas, en jornadas comprimidas y aceleradas de comparecencias que tuvieron su pistoletazo de salida con el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, para analizar pormenorizadamente el proyecto presupuestario. En solo tres días, que culminan hoy, se celebrarán casi un centenar de comparecencias en una veintena de comisiones de la Cámara Baja. A este trámite puramente económico, se añade también el político. Después de semanas de trabajo entre bambalinas, el Gobierno buscó ayer oficializar los contactos que viene manteniendo con los grupos parlamentarios para sacar las cuentas adelante. Una delegación liderada por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, inició una ronda de reuniones con los portavoces de los principales partidos que han mostrado su disposición a negociar los Presupuestos.

Dentro de este grupo están partidos considerados del bloque de la investidura: PNV, ERC, Más País, Teruel Existe o Bildu, entre otros; pero también Ciudadanos, que en su día se opuso, pero que bajo el liderazgo de Inés Arrimadas está dispuesto a tener un papel determinante en las cuentas. Los naranjas quieren que los Presupuestos lleven su impronta y no van a renunciar a negociar, ni se van a levantar de la mesa, porque a ella estén sentada otras formaciones independentistas. Salvo, eso sí, que los obstáculos sean “insalvables”. Se pone como ejemplo de estos escollos la convocatoria de la “mesa de diálogo” con la Generalitat, algo que no está en la hoja de ruta inmediata de Moncloa, pero no, por ejemplo, que se vaya a marginar el castellano en Cataluña. Por su parte, desde ERC sí se ha trasladado que son “incompatibles” con los naranjas.

El Gobierno ha priorizado a Ciudadanos sobre algunos de los socios del bloque y en Moncloa no van a renunciar a ninguna vía hasta que sea estrictamente necesario, compatibilizando la aritmética constitucionalista (Cs) con la independentista (Bildu y ERC). Quienes no se prestaron ayer a la “foto” que buscaba el Ejecutivo fueron los diputados del PNV que criticaron la escasa anticipación con la que se había agendado el encuentro y prefirieron mantener –como hasta ahora- su interlocución fluida con Hacienda fuera de los focos interesados. Montero y Álvarez se reunieron ayer con Teruel Existe, Esquerra Republicana, PDeCAT, Nueva Canarias, Compromís, EH Bildu, el BNG y Más País.

Fuentes del Ejecutivo trasladan que la baza negociadora del Gobierno es trasladar a sus interlocutores, sea cual sea su color, “la importancia de sacar adelante unos Presupuestos que están llamados a impulsar un cambio de modelo productivo en España, reforzar el Estado de bienestar, desarrollar nuevos derechos y avanzar en la imprescindible transición energética”. Entre otras medidas, el proyecto de cuentas públicas, que el Consejo de Ministros aprobó el pasado 27 de octubre, contempla una revalorización de las pensiones del 0,9% e incluye las mayores partidas jamás registradas para Sanidad, Educación, becas o dependencia.

La actividad de Moncloa se está desarrollando en dos frentes, pues mientras Montero y Álvarez testan los apoyos parlamentarios, el presidente del Gobierno realiza de manera paralela su propia ronda de reuniones con los presidentes autonómicos para tratar el reparto de los fondos europeos que irá contenido en las cuentas. No en vano, el proyecto de Presupuestos que se está tramitando actualmente en el Congreso incorpora 27.000 millones de Bruselas que se destinarán principalmente a Industria y Energía, I+D+i y Digitalización, Infraestructuras y Ecosistemas Resilientes. De esta forma, Sánchez buscará que, a través de los ejecutivos regionales, los partidos que los sustentan -en su mayoría del PP- aprecien también la necesidad de que la cuentas salgan adelante y presten, para ello, sus apoyos.

Pablo Casado volverá a tener en el trámite de los Presupuestos una nueva posibilidad de marcar distancias con Vox. Los populares siguen jugando a la ambigüedad, sin presentar una enmienda a la totalidad a las cuentas, a horas de que finalice el plazo para hacerlo. Quienes sí que han dado este paso han sido Junts per Catalunya y la formación de Santiago Abascal. No obstante, en Moncloa cuentan con que el PP se sumará a ellos. El debate sobre dichas enmiendas se celebrará la próxima semana en el Congreso y supondrá una nueva victoria para el Ejecutivo, ya que logrará salvar este trámite con una holgada mayoría.