Juicio 17-A

Las horas clave de Mohamed Houli: del “prototipo de petardo” a los planes para atentar en Barcelona

Los Mossos interrogaron al único superviviente de la explosión de Alcanar minutos antes del atentado de Las Ramblas. Tres horas después, ya detenido, dio detalles sobre los explosivos

Mohamed Houli Chemlal, para quien la Fiscalía pide una condena de 41 años de cárcel, durante la primera sesión del juicio en la Audiencia Nacional
Mohamed Houli Chemlal, para quien la Fiscalía pide una condena de 41 años de cárcel, durante la primera sesión del juicio en la Audiencia NacionalPOOLREUTERS

Apenas 50 minutos antes de que Younnes Abouyaaqoub invadiera con una furgoneta el paseo central de Las Ramblas asesinando a 14 personas, los Mossos tomaban declaración el 17 de agosto de 2017 en urgencias de un hospital de Tortosa a Mohamed Houli Chemlal en relación a la explosión de la vivienda de Alcanar (Tarragona) donde los terroristas almacenaron entre 200 y 500 kilos de explosivos. Houli era el único superviviente y en esos momentos, las cuatro de la tarde, los agentes no podían ni imaginar que ese suceso estaba estrechamente ligado con los atentados que se producirían poco después en Barcelona y Cambrils.

El instructor de esa declaración ha comparecido ante el tribunal de la Audiencia Nacional que juzga esos ataques en la segunda sesión del juicio. El funcionario policial estuvo presente en ese interrogatorio, y también en el que afrontó Houli horas más tarde, a las cinco de la madrugada, ya como detenido. Y es que entre ambos se produjo un hecho crucial: el hallazgo de un pasaporte del acusado en la furgoneta utilizada por Abouyaaqoub para perpetrar el ataque.

Esa furgoneta Fiat Talento, descubrirían después los Mossos, había sido alquilada por Mohamed Houli -para quien la Fiscalía pide una condena de 41 años de cárcel y las asociaciones de víctimas la prisión permanente revisable- porque Abouyaaqoub no había podido hacerlo al no tener la edad requerida.

A preguntas de la fiscal Ana Noé, el testigo ha recordado que en esa primera declaración, que apenas duró veinte minutos, Houli -que ayer se acogió a su derecho a no declarar y se limitó a mostrar su arrepentimiento- aseguró que en la casa de Alcanar que había ocupado su amigo Youssef Aalla, fallecido en esa explosión al igual que el ideólogo de la célula yihadista, el imán de Ripoll Abdelbaki Es Satty, le llamó la atención una habitación en la que había entre 50 y 100 “fundas de almohada con pólvora” que “hacían funciones de saco”.

Además, según relató a los Mossos en esa estancia tres ventiladores se encargaban de que “la temperatura permaneciera estable para poder enfriar la habitación” (para mantener los componentes explosivos a la temperatura adecuada). Él aseguró que les preguntó qué era aquello y Mohamed Hichamy y Youssef Allaa le dijeron “que querían hacer un prototipo de petardo”.

Houli contó que en el garaje “había unas 20 bombonas de butano”, con las que según le contaron sus compañeros “querían hacer un negocio”. “Las botellas las tenían que comprar vacías, lo cual él también accedió a hacer, y se cambiarían en gasolineras por llenas”, ha recordado el agente. El herido en la explosión refirió igualmente que en la casa “había garrafas de material químico” que sabía que Hichamy había cogido de Comforsa, la empresa metalúrgica en que la que trabajaba en Campdevánol (Gerona).

Houli dijo que se habían trasladado a esa vivienda tres o cuatro días antes junto a Mohamed Hichamy (uno de los terroristas del ataque de Cambrils) y Youssef Aalla, que la conocía porque “había trabajado allí en la fruta” y la había ocupado “uno o dos años antes”. El primero se había llevado su motocicleta y Aalla y Houni se habían trasladado en un Audi.

En esa primera declaración, el testigo recordó que “hacía una noche o dos había llegado en una furgoneta blanca un amigo de Youssef Aalla, que era Abdelbakuy Es Satty”, a quien se refirió como imán de Ripoll, “que iba de camino a Marruecos y había pasado a hacer una noche y que se había ido”. Asimismo, contó que el 16 de agosto, “horas antes de que estallara la casa habían estado en Vinaroz Youssef Aalla y él mismo a vender oro y que ya no recordaba nada más. No se pudo aclarar” (antes, el ex responsable de la unidad Antiterrorista de los Mossos ha explicado al tribunal que los terroristas financiaron la compra del material explosivo vendiendo joyas robadas).

Interrogatorio de madrugada como detenido

Pero tras hallarse su pasaporte en la furgoneta de Las Ramblas (que él se prestó a alquilar con su documentación porque Abouyaaqoub no pudo hacerlo por ser menor de 23 años), Houli fue detenido tres horas y media después, a las 19:30 horas y su siguiente declaración, que finalmente se produjo a las cinco de la madrugada del 18 de agosto, tuvo un cariz bien distinto.

Ese segundo interrogatorio, ha explicado el agente, “estuvo centrado en la elaboración de los explosivos” en la casa de Alcanar. Y Houli se mostró mucho más locuaz, según el testimonio del testigo. “Allí sí que se habló de que Mohamed Hichamy era una persona que se dedicaba a hacer explosivos, que Aalla también hacía explosivos y que él los ayudaba y colaboraba con ellos para hacerlos”. Sin embargo, dijo que no participaban en esas tareas ni Younnes Abouyaaqoub ni los hermanos Moussa y Driss Oukabir (el primero abatido por la Policía catalana tras el atentado de Cambrils y el segundo, a quien en esos momentos no asociaba al grupo terrorista, acusado en este juicio).

A los agentes les explicó esta vez que la intención de sus compañeros de casa era “era atentar en Barcelona en monumentos, de manera genérica, sin concretar, por la noche y accionándolos a distancia” y que la elaboración de los explosivos “se empezó a preparar dos meses antes”.

A esas horas ya se había producido el ataque en Cambrils, donde cinco terroristas luego abatidos por los Mossos habían intentando una matanza similar a la de Las Ramblas con un Audi para después atacar a los viandantes en el paseo marítimo con cuchillos y un hacha. Pero el instructor del atestado ha asegurado que “no se hizo referencia” a esos hechos en el interrogatorio. “Sí que recuerdo que en un momento de la declaración se le pregunta si se había valorado alguna otra forma de atentar y dijo que no”, ha precisado.

Igualmente, ha recordado, Houli admitió que había estado tres veces en la casa de Alcanar: en diciembre de 2016, en junio de 2017 y cuando se produjo la explosión.

La abogada del acusado, que insiste una y otra vez (para apuntalar una atenuante ante una posible condena) en que su testimonio fue determinante para la investigación, se ha referido a que Houli siguió ampliando su declaración durante las horas que transcurrieron hasta que fue formalmente detenido, pero el testigo dijo no tener conocimiento de este extremo.

“¿Entiende que estaba facilitando datos necesarios o importantes para la investigación?”, ha reiterado la letrada. “Bueno, respondió a las preguntas, desconozco si pudo aportar algo más a los datos que teníamos en ese momento”, ha mantenido el instructor del atestado, quien además ha aclarado que Houli no explicó en ningún momento la razón por la que su pasaporte estaba en la furgoneta que había provocado el pánico de los viandantes en Las Ramblas solo unas horas antes.