Terrorismo
Los presos de ETA, tranquilos y satisfechos ante los acercamientos al País Vasco
La impresión en el “colectivo” es que más pronto que tarde estarán cerca de sus casas
Los presos de ETA, salvo contadas excepciones, se hallan tranquilos y a la expectativa de su traslado progresivo a cárceles del País Vasco y Navarra. Los mensajes que reciben de sus letrados y familiares van en ese sentido, según se ha informado a LA RAZÓN en medios penitenciarios.
Los continuos traslados, con el único requisito de aceptar la legalidad penitenciaria y de un arrepentimiento (más por haber cometido unos crímenes que no han servido para alcanzar los objetivos que pretendían, que por el daño causado a las víctimas) les mantienen animados.
Algunos, incluso, saben que su traslado de prisión es in inminente, siempre en un itinerario de sur a norte, y sólo aguardan el momento en que se les comunique de forma oficial.
Uno de los motivos por los que más reacios a aceptar la llamada “vía Sortu” han terminado por acatarla es el de las negociaciones, con los resultados conocidos, que EhBildu mantiene con el PSOE, tanto a nivel nacional como en Navarra.
El hecho de que Otegui y los suyos se codeen con los “poderes del estado”, a los que los etarars combatieron con sus atentados, ha llevado a esos recalcitrantes a interiorizar la inutilidad de mantener posturas maximalistas, según las citadas fuentes.
La mejor opción es la de aceptar lo que hay que, además, les beneficia, aunque los objetivos estratégicos, de independencia y socialismo, hayan quedado, al menos de momento, aparcados, sin fecha visible en que se puedan lograr.
El Colectivo de los reclusos (agrupados en el EPPK), salvo seis o siete que están en la disidencia de ETA (ATA), mantienen una absoluta disciplina conscientes de que quién se “salga de la vía puede perder el tren” (de los beneficios).
De una situación de un cierto pesimismo e incertidumbre, la llegada del Gobierno socialista, con el anuncio de Pedro Sánchez (en el marco de la moción de censura contra Rajoy) de que se modificaría la política penitenciaria, ha cambiado por completo el panorama.
Además, y eso es muy importante para los reclusos terroristas, no tienen que pedir perdón a las víctimas ni colaborar con la Justicia en el esclarecimiento de los centenares de atentados cuya autoría se desconoce. Lo dejaron claro desde un principio: no nos vamos a convertir en delatores.
El itinerario que, por lo tanto, se les ofrece a los reclusos, es sencillo y los beneficios, importantes, con la meta, de cuya consecución no dudan, de que más pronto que tarde estarán en cárceles del País Vasco y Navarra.
Lograda esta meta, según admiten los medios consultados, los presos están convencidos que las cosas cambiarán rápidamente en cuanto a progresiones de grado, permisos y libertades.
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