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El personaje

Echenique: El «friki» juzgador y juzgado

Nadie sabe lo que realmente gana en el partido. Es un personaje raro, de mirada fría, voz atiplada y una invalidez que maneja con tintes sibilinos

Nadie sabe lo que realmente gana en el partido. Es un personaje raro, de mirada fría, voz atiplada y una invalidez que maneja con tintes sibilinos. PlatónIlustración

Pablo Echenique Robba nació en Rosario, Argentina, pero llegó a España con tan solo trece años. Con una discapacidad física degenerativa que le mantiene en silla de ruedas desde la cuna, cogió un día un avión para cruzar el Atlántico desde La Pampa con su madre, Irma, y su hermana Analía. Él ha contado muchas veces que su discapacidad fue una de las causas por las que emigró a España y estableció su residencia familiar en Zaragoza.

Aquí estudio Ciencias Físicas y se especializó en molecular, cuántica y biocomputación, de donde, según su entorno, le viene un cerebro muy frío y bien amueblado. Para sus críticos, sin embargo, alberga una cabeza cuadriculada, algo siniestra. «Un pequeño Lenin», dicen estos sectores, similar a la de su gran jefe Iglesias. Lo cierto es que desde que se conocieron en el Campus Río Ebro de la Universidad de Zaragoza ambos fueron inseparables. Pablo Echenique fue eurodiputado, rivalizó por la presidencia de Aragón con la popular Luisa Fernanda Rudí, alcanzo la secretaría de Organización del partido, donde impuso un estilo «chekista», y es ahora el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso. Su larga mano aparece en todos los asuntos turbios de la formación morada bajo la sombra de la consultora Neurona.

Fiel a la doble vara de medir de la izquierda, fue condenado por contratar ilegalmente, sin dar de alta en la Seguridad Social, a un asistente personal. No pasó nada y todos en Podemos callaron sin rechistar atacando, como siempre, a «las cloacas mediáticas de la derecha».

Una aureola de misterio rodea su patrimonio y su vida privada. En el año 2012 se casó con María Alejandra Nelo Bazán, una venezolana que conoció en la Universidad de Zaragoza y se define «Licenciada en Bioanálisis», aunque en su cuenta de Twitter figura como cuidadora experta en dependencia familiar. Viven en un piso bajo en el centro de Madrid, a dónde Echenique accede por una puerta independiente del edificio, con sus dos perros, Luffy y Leela. El podemita posee otro piso en Zaragoza y acciones en tres empresas, según consta en el registro de bienes en el Congreso.

Su verdadero sueldo es otro enigma, dado que percibe los honorarios de diputado, el complemento de portavoz y una ayuda de tres mil euros por discapacidad. Pero nadie sabe lo que realmente gana en el partido, al igual que toda la cúpula de Unidas Podemos. En todo caso, no parece que tenga muchos problemas para abonar los ochenta mil euros impuestos por la juez de Leganés y lo que le venga encima tras la denuncia del hermano de la víctima a quien acusó de violador, asesinado por su candidata. Echenique y el otro condenado, Juanma del Olmo, recurrirán la sentencia ante la Audiencia Provincial de Madrid.

Como un buen «friki» a veces hace cosas extravagantes. Así, un 28 de diciembre, Día de los Inocentes, anunció junto a su esposa Marialé que esperaban un hijo, lo que desmintió horas después. Es, en efecto, un personaje raro, de mirada fría, voz atiplada y una invalidez que maneja con tintes sibilinos. «A pesar de todo, tengo mucha fuerza», suele decir desafiante. Le gustan los videojuegos, películas de ciencia-ficción y el ajedrez. A decir de sus leales, tiene un cerebro privilegiado, mientras para sus críticos obedece a una mente muy retorcida. Fiel escudero de Pablo Iglesias, es un «halcón» con mano de hierro experto en redes sociales, auténtica maquinaria dónde se cuece la propaganda de Podemos. Nadie duda que siempre habla por boca de su jefe, a veces pasándose de frenada. En su última condena queda bien demostrado.

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