Juicio 17-A

Los terroristas de Cambrils se fueron a jugar a la ruleta horas antes del atentado

Dos ex empleados del casino de Salou recuerdan su actitud “chulesca” y que uno de ellos llevaba “un cuchillo metido en el culo” cuando fueron expulsados por faltar el respeto a una trabajadora

Los terroristas que en la madrugada del 18 de agosto de 2017 perpetraron el atentado de Cambrils (Tarragona) estuvieron horas antes jugando a la ruleta en el casino Las Vegas de Salou. Así lo ha ratificado ante el tribunal que juzga los atentados una ex empleada del casino que ha recordado que vio a cuatro de ellos “tres o cuatro veces” ese mismo día y en la semana previa al ataque en el paseo marítimo de la localidad tarraconense, donde los hermanos Mohamed y Omar Hichamy, El Houssaine Abouyaaqoub (hermano del atentado de Las Ramblas), Said Aalla y Moussa Oukabir, que era menor de edad, asesinaron a una mujer y dejaron heridas a otras once personas. “Ese mismo día les vi y en días anteriores también”, ha manifestado la mujer.

La testigo ha recordado que tenían “una actitud un poco chulesca” y otro extrabajador del local de juego que desarrollaba tareas de seguridad ha explicado a la Sala que en una de sus visitas los tuvo que echar del casino. Según su versión, formaban parte de un grupo de unas siete personas y “estuvieron viniendo varias veces” en los días previos al atentado.

Una noche, ha rememorado, “estaban jugando a la ruleta y crearon bastante conflicto”, por lo que su compañera “tuvo que actuar por un percance que hubo en el juego”. Lejos de calmarse, ha añadido, “se metieron con ella y le faltaron al respeto. Tuve que actuar y llamarles la atención varias veces por varios motivos y discutir con ellos hasta el punto de que ya no me quedó más remedio que coger y echarlos”.

Al testigo, que se encargaba del control de accesos y negó la entrada a uno de los jóvenes, que era menor de edad (que luego ha identificado como Moussa Oukabir, hermano de uno de los acusados), le llamó la atención -ha dicho- que “un DNI era de Melilla”, porque el resto eran todos de localidades catalanas. Según ha explicado, se vio obligado a enfrentarse a ellos varias veces. “En uno de los enfrentamientos había uno que llevaba un cuchillo metido en el culo. Se lo tuve que retirar y desalojarlos de allí. El del cuchillo me decía “aquí no, amigo, aquí no” y yo claro le preguntaba “¿a dónde vas con eso?”. Claro, y luego echas cuentas de todo”. Según su versión, el terrorista “se resistió al principio, pero luego no, porque tenía más que perder que de ganar”.

En la sesión también han comparecido varios mossos que realizaron informes fotográficos con los objetos hallados en las inmediaciones del lugar donde fueron abatidos los terroristas tras embestir con un Audi A3 a un vehículo policial a la entrada del club náutico y herir posteriormente a varios viandantes armados con cuchillos y un hacha.

“Todos los cadáveres tenían al lado un cinturón de explosivos simulado”, ha asegurado uno de los agentes, que ha explicado que se componían de “un tubo de plástico de color amarillo con cinta americana de color gris plateada y en algunos casos de una especie de detonador con cable o con botón”. Los mossos también encontraron a unos diez metros de los cadáveres “un hacha de unos 30 o 40 centímetros de mango que parecía nueva” y un cable “con lo que presumiblemente parecía un cinturón simulado”.

Tres de los terroristas, ha recordado, tenían una especie de pañuelo rojo al cuello (que presumiblemente confeccionaron con los jirones de un jersey cuyos restos fueron hallados en la masía de Ruidecanyes que ocuparon).

Al agente le llamó la atención que uno de los autores del atentado llevaba sobre la pernera de los pantalones, a la altura de los tobillos, “cinta adhesiva transparente”. Junto al vehículo que conducían y que terminó volcando tras el impacto con el coche policial, había igualmente un cuchillo y un poco más lejos, a veinte metros, “se encontró en una papelera una hoja de cuchillo de 22 centímetros de longitud manchada de una sustancia que presumiblemente era sangre”. Los mossos también recogieron tres teléfonos móviles.