Tensión

El PSOE tumbará la enmienda antidesahucios de Podemos, ERC y Bildu

Los partidos que componen la coalición siguen negociando para ampliar la protección a los colectivos vulnerables antes de visibilizar sus diferencias en la votación de esta tarde

El pugilato
El pugilatoEUROPA PRESS/E. Parra. POOLEuropa Press

Una enmienda a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) ha tensionado en los últimos días la relación de los partidos que componen el Gobierno de coalición. La sensación de que Unidas Podemos fuerza en público lo que no consigue negociando en privado se ha materializado en la regulación para luchar contra los desahucios. La formación de Pablo Iglesias impulsó junto a sus socios preferentes ERC y EH Bildu una modificación a las cuentas pactadas, a su vez, con Pedro Sánchez para ir más allá de lo que se había acordado con el PSOE en la citada materia.

El gesto molestó a los socialistas, que les acusaron de “deselales” y de “incumplir lo pactado” y que hoy se opondrán a la iniciativa en la votación que tendrá lugar en el Congreso de los Diputados. Esto en caso de que llegue a votarse, ya que fuentes socialistas aseguran que si no se han sumado hasta el momento, ni la firmaron entonces, no tiene sentido apoyarla ahora. El veto del partido mayoritario hiere de muerte a la enmienda, que no prosperará. Los morados no se fían de las promesas del PSOE y a esta hora no quieren todavía retirarla, a pesar de que no tenga futuro, por lo que las negociaciones se centran en este momento en tratar de tejer un acuerdo entre los socios de la coalición antes de que se produzca la votación que visibilice sus diferencias.

Los socialistas, en la línea de lo que también han considerado los letrados de la Cámara entienden que la regulación de los desahucios no debe ir vinculada a los Presupuestos, sino a una normativa específica de vivienda en la que trabaja el ministerio de José Luis Ábalos y cuyo anteproyecto está previsto que llegue a las Cortes en los próximos meses. Sin embargo, la presión de los morados ha hecho que en el PSOE se avengan a negociar ya una respuesta inmediata que se sostenga, al menos, mientras dure el estado de alarma, pero no hasta 2023 como quieren los de Iglesias.

Las divergencias han obligado a que Sánchez y su vicepresidente segundo recuperaran su habitual reunión semanal para tratar de limar asperezas e imponer una suerte de tregua después de la discrepancias públicas que había visibilizado el Ejecutivo en la última semana. Sin embargo, estas diferencias siguen vivas y, si no logran un acuerdo in extremis, se reflejarán de nuevo esta tarde en la votación de las enmiendas a los Presupuestos.