"Cuando toque"

Los ministros se vacunarán contra la Covid a partir de marzo

Los primeros en recibir la dosis serán Castells, Celaá, Robles y Planas, dentro del grupo de mayores de 64 años. Las últimas: Montero, Calvo y Darias, si siguen inmunizadas

«Estamos ante el principio del fin, aunque quedan meses duros». Así se refirió el ministro de Sanidad, Salvador Illa, a la histórica jornada de vacunación que ayer se inició en España, con el objetivo de pertrechar a los ciudadanos con la inmunidad suficiente para hacer frente a la Covid-19 en el futuro. El Gobierno ha diseñado y aprobado en el seno del Consejo Interterritorial de Salud –en connivencia con las comunidades autónomas– un plan estratégico que se desarrollará en tres fases y que organiza a la población en 15 grupos, en función de su acceso prioritario a la vacuna. La primera etapa, que se inició ayer y que se extenderá hasta marzo, es la única que está absolutamente cerrada y, dado que el número de dosis es todavía limitado, se centrará en los colectivos más vulnerables.

Esto es, en primer lugar, se atenderá a los residentes y personal sanitario y sociosanitario que trabaja en residencias de personas mayores y de atención a grandes dependientes, quienes ayer comenzaron ya a recibir las primeras vacunas. En un segundo grupo, se encuentran el personal de primera línea en el ámbito sanitario y sociosanitario. En un tercero, el personal sanitario y sociosanitario restante; y para finalizar, personas consideradas como grandes dependientes (grado III de dependencia, es decir, con necesidad de intensas medidas de apoyo) que no estén actualmente institucionalizadas. En función de este plan estratégico se establece que las primeras dosis disponibles se utilizarán para vacunar a los dos primeros colectivos –en el orden anteriormente descrito– y, tras completar estos grupos y en la medida que haya más disponibilidad de dosis, se vacunará al resto del personal sanitario y a los grandes dependientes.

Así se cerraría la primera fase de vacunación que se espera que pueda dilatarse hasta el mes de marzo, según los plazos descritos y siempre dependiendo de la disponibilidad de las vacunas. Desde las instituciones se apela a la necesidad de que la sociedad confíe en la vacunación, como un medio eficaz para combatir al coronavirus. Sin embargo, en la actualidad uno de cada tres españoles no quiere vacunarse –un porcentaje que se ha reducido, con la aprobación de las vacunas, respecto a meses anteriores, en los que llegó hasta el 47% de contrarios a las mismas–. A día de hoy la vacuna no es obligatoria y a esto obedece la necesaria labor de pedagogía que los representes públicos de todo el mundo han iniciado para lograr que la opción de la vacunación sea la mayoritaria. Sin embargo, en el Gobierno español han preferido cumplir a rajatabla la estrategia fijada con las CC AA y priorizar a los colectivos vulnerables, antes que servir como ejemplo para la población.

Esto, a pesar de que el propio presidente del Gobierno se mostró recientemente dispuesto «sin ninguna duda» a vacunarse públicamente, en la línea de lo anunciado por otros líderes mundiales, aunque «no como presidente, sino como ciudadano» para demostrar la plena garantía que suponen las vacunas. También otros ministros del Ejecutivo se han pronunciado en el mismo sentido, asegurando que «no tendrían problema» o que estarían «encantados», pero finalmente, fuentes gubernamentales confirman a este diario que se optará por respetar los pasos estipulados en el plan de vacunación y que lo harán «cuando toque», porque «hay grupos que tienen prioridad». En función de este calendario, a los integrantes del Ejecutivo no les tocaría recibir su dosis hasta, al menos, el mes de marzo, cuando comenzaría –según las previsiones– la segunda fase del plan estratégico, que se dilatará hasta junio. En este caso, serían los mayores de 64 años, quienes accederían en un primer término a las dosis y cuatro son los ministros que cumplen este requisito generacional: el titular de Universidades, Manuel Castells, de 78 años; la de Educación, Isabel Celaá, de 71; el de Agricultura, Luis Planas, de 67, y la de Defensa, Margarita Robles, de 64 años.

Por orden de prioridad, se prevé que las últimas en recibir las vacunas sean aquellas personas que ya han padecido la Covid-19, si mantienen la inmunidad. Dentro del Ejecutivo hubo tres ministras que sufrieron el coronavirus durante los momentos más duros de la pandemia: la vicepresidenta y ministra de Presidencia y Memoria Democrática, Carmen Calvo; la ministra de Igualdad, Irene Montero, y la de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darias, por lo que, de mantener los anticuerpos, ellas tres serían las últimas en vacunarse dentro del Gabinete. El resto del Consejo de Ministros, en función de sus circunstancias personales y sanitarias, quedaría a la espera de que se fijasen nuevos criterios de vacunación en base a los grupos restantes ya estipulados: colectivos de riesgo, personas que viven o trabajan en entornos cerrados, personas pertenecientes a grupos vulnerables, personas que trabajan en actividades consideradas esenciales, personal docente, población infantil, población adolescente y joven, conjunto de población adulta, población en áreas con alta incidencia o en situaciones de brote y embarazadas y madres con lactancia natural.

En Moncloa prevén que, en agosto –cuando ya se habrá iniciado la tercera fase del plan estratégico– el 60% de la población española podrá estar inmunizada. Solo en la primera fase que se inició ayer, se espera alcanzar a 2,3 millones de personas. A partir de hoy, habrá entregas semanales a los al alrededor de 50 puntos habilitados por cada comunidad, que en total recibirán 4,5 millones de dosis en 12 semanas, 350.000 cada siete días. Se requiere dos dosis separadas por 21 días para adquirir la inmunidad.