Gobierno
Giro en Moncloa: Iglesias ya no gana los pulsos
El PSOE impone sus tesis y marca impronta en las políticas clave
Las costuras de la coalición comienzan a sufrir el desgaste de verse sometidas a tanta presión La convivencia se ha tornado en supervivencia, porque la relación entre los socios dista mucho de ser fluida. La tensión que marcó el encuentro que PSOE y Podemos mantuvieron en privado hace dos semanas para engrasar su acción conjunta dio buena muestra de ello y el escaso efecto del cónclave es ya una evidencia. Algo ha cambiado en Moncloa. Un giro de estrategia que ya se anticipaba desde hace meses y que ubicaba dos hitos como punto de inflexión: el primero, la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. El segundo, las elecciones en Cataluña. Desde el sector socialista auguraban que superado el Rubicón de la legislatura se apreciarían nuevas pautas en su forma de relacionarse con Unidas Podemos y con el resto de actores políticos. Estas fuentes señalaban que, una vez garantizado el mandato con unas cuentas públicas de sello progresista, los socialistas ganarían en autonomía, esto es, se zafarían de su dependencia actual de los morados.
Durante los últimos meses se apreció una estrategia errática del Gobierno, que parecía aceptar todas las pretensiones de Podemos, que acababan ganando los pulsos con mayor trascendencia y visibilidad en el seno del Gobierno. Esto llegó a generar incluso críticas dentro del propio Partido Socialista de que eran los morados quienes «marcaban la agenda» al Ejecutivo. Un Pedro Sánchez siempre mediador intervenía en lo más crudo de los enfrentamientos entre ministerios para acabar pactando una solución con Iglesias, habitualmente favorable a sus intereses. Pero algo ha cambiado en Moncloa. Los socialistas han pasado al ataque, arrebatando a los morados sus banderas y rentabilizando en solitario iniciativas como la de la «Ley Zerolo» de Igualdad de Trato o adelantándose en la despenalización de los delitos asociados a la libertad de expresión en el contexto artístico. Esta última propuesta del Gobierno, no sentó bien de hecho en el grupo parlamentario que, incluso, denunció que el PSOE había «incumplido» el protocolo de funcionamiento de la coalición. Según explican fuentes de Unidas Podemos habían comunicado previamente a la vicepresidenta Carmen Calvo su intención de registrar el martes la iniciativa en el Congreso. Y horas después, el mismo lunes, el Gobierno se adelantó lanzando el comunicado con el anuncio de la reforma del Código Penal. Desde Podemos vieron el movimiento como «una declaración política». La parte socialista del Gobierno se ha mostrado, sin embargo inflexible en la necesidad de que la reforma del Código Penal en este sentido se pilote por los ministerios de Justicia e Interior y en marcar la pauta en la Ley Trans o la de Vivienda, en las que no hay acuerdo con los morados.
En esta línea, Sánchez también lanzó ayer un recado a Iglesias desde Cataluña, reivindicando que el PSOE es «la izquierda con experiencia y que se preocupa de los problemas reales» porque «el cielo está aquí en la tierra». Unas declaraciones que llegaron después de que varios ministros socialistas salieran ayer a corregir al vicepresidente después de que asegurara que en España no hay una situación de «plena normalidad democrática». Hasta ahora, los ministros socialistas preferían enmarcar las posiciones cruzadas del vicepresidente como una herramienta para marcar visibilidad. Sin embargo, ayer, se produjo un rechazo unánime a las palabras de Iglesias. Incluso la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, aunque de manera velada, respaldó que «España es un país democrático».
Ante el nuevo giro estratégico en Moncloa, en la sede morada se respira con normalidad. Son, incluso, optimistas de cara al futuro de la Legislatura, amparándose en el cumplimiento del acuerdo de coalición. Se ven, además, tranquilos en cuanto a la duración del Gobierno y creen que los socialistas no romperán la coalición, debido a la dependencia numérica. De cara a nuevas discrepancias, seguirán valiéndose de su estrategia de publicitar los temas que encallen en Moncloa. De hecho, achacan que los conflictos en el seno del Gobierno se producen «siempre que el PSOE incumple lo pactado» en el acuerdo.
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