La formación de la heredera
Leonor: operación Isabel de Bélgica
El caso de la heredera al trono Belga está sirviendo de orientación a la hora de diseñar el itinerario formativo de la Princesa de Asturias
El distanciamiento físico de la Princesa de Asturias por su desplazamiento a Gales para estudiar el Bachillerato Internacional no supondrán que Doña Leonor «desaparezca del mapa» de la vida institucional de la nación sino que, al contrario, su presencia en actos oficiales incrementará previsiblemente a lo largo del próximo año académico. Así se desprende de una mención expresa en este sentido en el comunicado que Zarzuela emitió el pasado miércoles para informar sobre el siguiente paso en la formación de Doña Leonor y, también, del lógico desenvolvimiento del papel de la Princesa de Asturias a medida que va creciendo y asumiendo más responsabilidades institucionales hasta el día, aun lejano, en el que suceda a su padre en la Jefatura del Estado. En efecto en el comunicado se pudo leer que «La Princesa de Asturias compatibilizará este periodo de su educación con el progresivo desarrollo de sus compromisos institucionales en España». En este punto se puede constatar que Zarzuela está siguiendo pautas que otras casas reinantes en Europa están siguiendo en la actualidad para ir desarrollando el papel institucional de sus herederos. Un caso en este sentido especialmente relevante es el de la duquesa de Brabante, la princesa Isabel de Bélgica que tiene cuatro años más que Doña Leonor y que finalizó el verano pasado su periplo en el mismo colegio británico en el que estudiará la Princesa española.
Apariciones públicas
En este último curso Doña Leonor estuvo presente en la conmemoración del 12 de octubre, en el homenaje en la Plaza de la Armería a las víctimas de la Covid, en los premios Princesa de Asturias y también en la entrega de medallas y condecoraciones civiles que se celebró el 19 de junio en el Palacio Real. Precisamente esta entrega de medallas de la Orden del Mérito Civil en 2019 supuso la reaparición de la heredera al trono después de seis meses sin agenda, un periodo de tiempo fuera de la atención mediática que con toda seguridad no volverá a repetirse al asumirse el creciente protagonismo que la Princesa va a tener. Sobre los actos en los que se irá concretando esta intensificación de su perfil aun no hay nada claro aunque puede darse por descontado que asistirá en Oviedo a la entrega de los premios de la fundación que lleva su nombre y, de nuevo, al 12 de octubre.
Por lo demás, poco puede sorprender el cambio de aires que los Reyes han querido imprimir a la educación de la Princesa de Asturias ya que es el mismo que siguió Don Felipe. En efecto el ahora Rey estudió en un primer momento en el Nuestra Señora de los Rosales de Aravaca para luego trasladarse a Canadá para hacer el bachillerato. En una tercera etapa realizó estudios especializados en Relaciones Internacionales en la Universidad de Georgetown. La filosofía de fondo se ha repetido en el caso de Doña Leonor: tras estar cerca de su familia en la etapa preadolescente en un colegio español cerca de su casa, se pasa ahora a un centro internacional para terminar de consolidar el dominio del inglés –lengua franca mundial en lo que a relaciones internacionales se refiere– además de conocer otros sistemas educativos y, conviviendo de cerca con compañeros de los cinco continentes, entrar en contacto con distintas visiones del mundo y ampliar horizontes culturales. Tras la decisión puede adivinarse la especial mano de la Reina. Doña Letizia tiene como principal prioridad –no podía ser de otra manera– la educación y el bienestar de sus hijas. Se comprende este especial cuidado cuando se recuerda que tanto el Rey como la Reina se criaron en hogares ni tan estables ni equilibrados como el que han procurado para sus hijas.
Atención mediática
Hay otro motivo que ciertamente habrá sido tomado en consideración a la hora de elegir el Atlantic College y que explica en parte que se haya seleccionado un centro educativo en el extranjero. Doña Leonor está entrando en una edad en la que todas las chicas de su misma edad empiezan a desarrollar más vida social con sus amigos fuera del entorno familiar. Es obvio que en Gales este tipo de actividades podrán desarrollarse con algo más de naturalidad sin la implacable atención mediática que despierta la Princesa en nuestro país. Sin duda está razón estuvo también detrás de la decisión de que Don Felipe estudiara el bachillerado en Lakefield School de Canadá, donde se incorporó en 1984 con 16 años, los mismos que tendrá Doña Leonor cuando arribe en el Castillo de San Donato, sede del Atlantic College.
En cualquier caso parece claro que esta institución aparenta haber sido diseñada al milímetro para aportar precisamente la educación que los Reyes quieren para su hija. Desde el martes han ido publicándose detalles del tipo de educación que Doña Leonor va a recibir en esta institución, un centro exclusivo, pero ajeno al lujo, que promueve valores como la diversidad cultural y en el que los alumnos comparten un «espartano» dormitorio con otros tres alumnos de su mismo sexo.
El director del Atlantic College, Peter Howe, se congratulaba en una entrevista concedida a la agencia Efe de los principios que inculcan en el programa de bachillerato internacional. Entre sus aulas y sus dormitorios –gracias, también, a un programa de ayudas– «estudiantes de orígenes increíblemente difíciles, como refugiados, estudian junto a otros que provienen de vidas privilegiadas». Los alumnos de esta última categoría, donde se encuadraría la primogénita de Rey Felipe VI y la Reina Letizia «en su día a día no tendrían la oportunidad de conocer, vivir y aprender juntos», según el «Dambledore» del Atlantic. «Cuando se gradúen a los dos años (los alumnos) sabrán mejor quiénes son; tendrán una mejor idea de los desafíos que el mundo presenta y de que trabajando juntos podrán erradicar esos problemas», aseguraba.
El internado, fundado en 1962 en el idílico valle galés de Glamorgan, centra sus objetivos principales en inspirar a su alumnado internacional para protagonizar el cambio mediante el «servicio a la comunidad» y el «compromiso social». Pero huye de la ostentación. De hecho, el centro presume de ser «ajeno a los lujos», pese a que la matrícula de los dos años que pasará Leonor empapándose de sus enseñanzas asciende a 67.000 libras (76.500 euros), sufragada en su totalidad con la asignación anual de sus padres, los Reyes de España.
De hecho, la princesa española, como el resto de alumnos, «compartirá una habitación espartana, con otras tres estudiantes, donde tendrá su cama, un armario, una cajonera y no mucho más. Desde luego, nada lujoso», advierte Howe. «Uno de nuestros valores es la comprensión intercultural y tratamos de poner juntos a estudiantes que hablen diferentes idiomas y sean de países distintos», señala en este sentido. Y aclara que tampoco recibirá un trato preferencial por ser quien es: «Absolutamente, no será tratada de manera diferente. De hecho, de eso nos enorgullecemos», se congratula.
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