Crisis

Críticos exigen que la Asamblea de Cs se reúna para verano

Hasta ahora Arrimadas era contraria a su convocatoria, así como a acometer cambios en su dirección

La presidenta de Ciudadanos Inés Arrimadas en el Homenaje a las Victimas de terrorismo en el Palacio Real
La presidenta de Ciudadanos Inés Arrimadas en el Homenaje a las Victimas de terrorismo en el Palacio RealJesús G. FeriaLa Razón

La situación dentro de Ciudadanos es crítica. El partido ha pasado en escasos dos días de tratar de resucitar al fantasma adormecido que les erigió en el pasado como herramienta bisagra capaz de decidir gobiernos a encontrarse frente a un precipicio tras el fracaso de la «operación Murcia», una apuesta personal de la presidenta naranja para tratar de tomar el timón y hacer frente a los pronósticos electorales desfavorecedores tras la debacle en Cataluña.

A 24 horas de que la presidenta de Ciudadanos se enfrente a la reprobación de su dirección tras el fracaso de la «operación Murcia» que ha supuesto que los naranjas pierdan de facto en tan solo dos días dos gobiernos autonómicos, todas las miradas apuntan sin ambages a Inés Arrimadas y a su núcleo más cercano, encabezado por su número dos, Carlos Cuadrado como principales valedores el terremoto político que ha tenido su réplica en la Comunidad de Madrid y que conduce al precipicio de los naranjas en la capital, según apuntan los últimos sondeos.

Si bien desde la dirección se apela al diálogo en la reunión de la Ejecutiva de este lunes y a resolver «como siempre» la actual situación, desde varias facciones críticas piden ya depurar responsabilidades y dimisiones, aunque, desde Renovadores Cs dudan de que Arrimadas o Cuadrado acaben dimitiendo. Existe una opinión unánime de que Cs se ha convertido en un partido «personalista piramidal y cesarista que hace que las decisiones trascendentales no puedan ser deliberadas» al entender que Arrimadas se ha rodeado de un núcleo que carece la autocrítica. El partido, consultado por este diario, rehúsa entrar en ese debate.

Sin embargo,son varias las voces críticas las que reconocen su enfado por haberse enterado por la Prensa de la moción de en Murcia y critican que la dirección «no ha calculado bien» el anuncio de la moción el mismo día que se reunía el consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid, al entender que era posible el escenario de que la presidenta madrileña contraatacase con la disolución de la Asamblea y convocara a las urnas ante la posible réplica de otra moción en la Puerta del Sol. Creen que la operación fraguada con Moncloa «tiene un alto coste» y que dieron por hecho que contaban con unos apoyos en Murcia que en realidad no tenían «bien atados». Las mismas fuentes criticas explican que la acción de los «díscolos» de Murcia que dio al traste con la moción de censura –la vicepresidenta Isabel Franco y los diputados Valle Miguélez y Francisco Álvarez– podía haberse previsto y sería, de alguna manera, «la venganza» dirigida contra Arrimadas después de que, a finales de 2020, la dirección nacional tratara, sin éxito, de apartar a la vicepresidenta en Murcia haciéndola dimitir de su cargo para aupar así a Ana Martínez Vidal, ahora candidata a presidenta de Murcia de Cs y persona de confianza de Arrimadas.

“Somos el hazmerreír”

Desde Renovadores Cs cree que la operación Murcia fue una «falta de coherencia contra ellos mismos» y ven que habría sido más práctico «salirse del gobierno y hacer oposición» y, posteriormente, presentar una moción. «Arrimadas se piensa que ha hecho lo correcto, pero somos el hazmerreír de la política», lamentan.

En cuanto a la situación nacional, desde Renovadores Cs insisten en la celebración de una Asamblea Ordinaria para el próximo 15 de junio después de que ya hayan pasado cuatro años desde la última convocatoria en la que Rivera revalidó su liderazgo. Un extremo que Arrimadas rechaza, al igual que acometer cambios en su dirección. Según refrenda, fue elegida en asamblea extraordinaria hace un año con el aval del 90% de la militancia y se defiende asegurando que aún tiene que llevar a cabo su «estrategia» para reflotar las estructuras territoriales.

Sin embargo, esta cuota crítica cree que está «incurriendo en un grave incumplimiento estatuario». Si el partido no se aviene a celebrar una Asamblea Ordinaria, valoran forzar ellos mismos la asamblea, para lo que necesitan el aval de 1/3 de la militancia según los Estatutos para la celebración de un congreso extraordinario. Otra alternativa, reconocen, es forzar una moción de censura contra el actual liderazgo. De cara a la Ejecutiva, las voces críticas insisten en la necesidad de ceses o dimisiones para asegurar la supervivencia de Ciudadanos