Legado discreto

El balance de Iglesias en el Gobierno: una agenda casi vacía y más política que gestión

Es el vicepresidente con menos actos en su agenda. Ocho en 2021, frente a los 67 de Teresa Ribera. Sale con una ley aprobada por el Gobierno y solo dos reales decretos

Llegada de Pablo Iglesias al edificio del Consejo de Ministros que se reúne por primera vez desde la formación del Gobierno de Coalición presidido por Pedro Sánchez
Llegada de Pablo Iglesias al edificio del Consejo de Ministros que se reúne por primera vez desde la formación del Gobierno de Coalición presidido por Pedro SánchezAlberto R. RoldánLa Razón

El vicepresidente segundo cruza hoy las puertas de La Moncloa por última vez para sentarse como número dos del Ejecutivo de coalición. A partir de ahora podrá verse con Pedro Sánchez o con el resto de ministros en otras dependencias, sí así lo deciden, pero no coincidirán en las reuniones del Consejo de Ministros, donde ocupará su lugar la ministra de Trabajo Yolanda Díaz, como vicepresidenta tercera.

El vicepresidente deja un legado discreto durante su estancia en Moncloa, tanto a nivel legislativo como a nivel de agenda ministerial. Un asunto clave que la oposición no ha dudado en utilizar para cargar contra él en repetidas ocasiones. En la última sesión de control al Gobierno, de hecho, fue interpelado por el PP y Cs por «a qué dedicaba su tiempo» como vicepresidente y por sí «estaba satisfecho con su labor al frente del Ejecutivo». Hasta dentro de los muros del Ejecutivo han dejado ver la idea de que «nunca ha encontrado su sitio en el Consejo de Ministros» y de que «no le gustaba la gestión», como avanzó este diario.

Y es que, la agenda que ha mantenido el vicepresidente en este último año es muy inferior a la que tienen el resto de vicepresidentas, según el análisis de LA RAZÓN. De hecho Iglesias no suele aportar agenda diaria y los escasos actos a los que acude suelen ser entre dos y tres al mes. Concretamente, el vicepresidente tan solo ha acudido a ocho actos en estos tres meses. Unos datos que chocan si repasamos la agenda de, por ejemplo, la vicepresidenta cuarta, Teresa Ribera. Es la que más agenda ha protagonizado entre los cuatro vicepresidentes, con hasta 67 actos. Le sigue la vicepresidenta tercera Nadia Calviño con 49 actos en tres meses y la vicepresidenta primera Carmen Calvo con datos muy similares, 41 en lo que llevamos de año. En cuanto a sus apariciones en los medios, el vicepresidente ha acudido a tantos actos como a platós de televisión. Solo Carmen Calvo le rebasa en número de entrevistas, con diez en estos tres meses. Si echamos la vista atrás, durante el primer año de andadura del Gobierno de coalición, en el balance, el vicepresidente sigue destacando por la ausencia de agenda, aunque ello no interfiere, en la visibilidad de la que posee.

En cuanto a su balance legislativo, el vicepresidente, como ya señaló este diario, los datos arrojan un balance también mínimo. Solo una ley aprobada. Sale del Gobierno con la ley de protección a la infancia y a la adolescencia aprobada por el Consejo de Ministros, la ley «Rhodes», pero no todavía por el Congreso de los Diputados. En el caso de la ley de protección animal, todavía no ha llegado a la reunión de secretarios y subsecretarios de Estado, donde se decide que normas pasarán a la mesa del Gobierno los martes. En estos quince meses ha aprobado dos reales decretos; el Ingreso Mínimo Vital y uno de ayudas a asociaciones y fundaciones de acción social. Se marcha, además, sin conseguir aprobar la ley de Vivienda, batalla entre ambos partidos.