Redes sociales
Ligar en Tinder o hacer un Tiktok vestido de policía tiene “castigo”
La exhibición en páginas de internet y perfiles de redes sociales de agentes luciendo uniforme y placa ha ido en aumento en los últimos años
Exhibir el uniforme de un cuerpo de seguridad como reclamo para ligar en Tinder, hacer un baile en TikTok o el “postureo” en Instagram tiene castigo. Las normativas de Policía Nacional o la Ertzainzta contemplan de una u otra forma sanciones, mientras que la Guardia Civil tiene a punto una completa regulación para dar respuesta al fenómeno.
La moda de los “selfies” policiales empezó a crecer hace cinco o seis años, pero ha sido hace menos cuando la exhibición en páginas de internet y perfiles de redes sociales de agentes luciendo uniforme y placa ha ido en aumento, en paralelo al incremento en el uso de las nuevas tecnologías.
Al problema de seguridad que pueden conllevar estas instantáneas, pues cualquiera podría ver la dotación de un agente como el arma reglamentaria o ubicaciones donde localizar a ese funcionario se le suma otro prisma: la imagen que da el uso frívolo del uniforme.
Sanciones por lucir “palmito”
Fuentes policiales de distintos cuerpos consultadas por Efe coinciden en que la vestimenta de un efectivo de seguridad representa a ese cuerpo y, por tanto, quien la viste ostenta la autoridad. El mal uso del uniforme puede menoscabar ese respeto y la imagen de la institución.
En esa línea van las normativas de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, con más o menos concreción sobre la limitación del uso del uniforme.
Así, la Policía Nacional dictó en 2015 que los funcionarios que dispongan de cuentas o perfiles personales en redes sociales se abstendrán de dotarlos de elementos que puedan inducir a error al resto de usuarios sobre la oficialidad de los contenidos.
Este precepto no responde a la casuística concreta de lucir el uniforme en redes con el objetivo de presumir, alardear o incluso ligar, pero sí se entiende que este comportamiento puede causar “descrédito notorio a la institución” y, por tanto, se considera por régimen disciplinario falta grave, castigado con entre cinco a tres meses de empleo y sueldo.
La estricta Guardia Civil
La Guardia Civil quiere ir más allá y tiene sobre la mesa un borrador sobre el uso de la uniformidad que responde a este tipo de comportamientos.
Si bien no es definitivo, la última versión de la norma a la que ha tenido acceso Efe, contempla de forma específica prohibiciones y limitaciones al uso del uniforme en diferentes situaciones "ajenas al servicio".
Entre ellas, el borrador determina la prohibición de exhibir la vestimenta oficial “en las tecnologías de la información y las comunicaciones o cualquier otro medio de difusión pública utilizando cuentas y canales de uso privado, salvo con autorización previa”.
Pero no solo en internet, la futura norma también fija que un guardia no podrá ir uniformado sin autorización a actos públicos, publicitarios o que tengan por finalidad solicitar fondos para una causa o ante la jurisdicción ordinaria en calidad de presunto responsable penal o civil, investigado, inculpado o procesado.
Fuentes consultadas aseguran a Efe que este borrador está en el periodo de "correcciones" y que el sentir mayoritario entre los agentes -ahora se encuentra en manos de las asociaciones de guardias civiles- es la necesidad de regular y limitar comportamientos que perjudiquen la imagen de la institución.
Ahora bien, las fuentes advierten de que el debate es más complicado de lo que a simple vista pueda parecer pues se pueden llegar a afectar derechos fundamentales. “Hay agentes que no enturbian los valores del cuerpo en internet ni tampoco se puede perseguir a todos los agentes con perfiles personales en redes”, comentan.
De hecho, lo que hasta el momento está sucediendo en distintas fuerzas de seguridad es que son los propios compañeros los que denuncian a otros al ver cómo exhiben incorrectamente el uniforme.
Ertzaintza y Policía municipal
Mientras que la normativa de Mossos d’Esquadra no contempla por el momento este debate -la ley es de 1995 cuando se antojaba lejana la irrupción de las redes sociales-, la instrucción de la Ertzaintza de 2011 relativa a la imagen corporativa de los agentes, el saludo policial o el cuidado de material y dependencias policiales sí introduce limitaciones genéricas pero claras.
“Se prohíbe la utilización del uniforme o de cualquiera de su elementos fuera de servicio, salvo petición razonada y autorización expresa de la dirección operativa de la Ertzaintza”, dicta la norma.
Muy similar es la regulación de los agentes del Ayuntamiento de Madrid, que solo pueden usar uniforme en horario laboral. De querer exhibirlo fuera de él tendrán que pedir autorización a sus superiores.
Laura Camacho / EFE
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