Disturbios en campaña
Batalla campal tras el mitin de Vox en Vallecas con 14 heridos
Santiago Abascal carga contra el Gobierno y el ministro de Interior por amparar la violencia. Dos personas fueron detenidas
La extrema izquierda ya avisó de sus intenciones de boicotear el acto electoral de Vox de ayer en el madrileño barrio de Vallecas. Y así fue incluso antes de que diese comienzo con ataques e insultos a algunos de los periodistas que se encontraban en la plaza de la Constitución, más conocida como la «plaza Roja» debido a sus adoquines y por las manifestaciones que allí suelen celebrarse.
Ya desde las 18:00 horas el ambiente comenzó a caldearse cuando los operarios de la formación verde empezaron a montar el set en el que el presidente de Vox, Santiago Abascal, y la candidata a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio, tenían previsto ofrecer su mitin.
Poco a poco fue llegando más gente con pancartas y banderas que no cesaron de gritar consignas como «¡Fuera fascistas de nuestros barrios!» o «Madrid será la tumba del fascismo». Todos llegados tras el llamamiento hecho por colectivos como Vallekas Antifa, Bukaneros o Vallekas se Defiende.
De hecho, Merche –una vecina que acudió a escuchar a Vox– que había «gente que nunca he visto por el barrio». Reconocía tener miedo porque «que tengan que venir los antidisturbios porque se celebre un mitin (sea del partido que sea) es querer radicalizar. Ver así el barrio me da vergüenza».
La tensión fue en aumento cuando los manifestantes comenzaron a insultar y acosar a los periodistas que nos encontrábamos en la plaza para cubrir el acto y las protestas. Gritos de «hijos de puta» o «manipuladores» recibían a los informadores y uno de ellos, Cake Minuesa, tuvo que abandonar el lugar escoltado por la Policía, mientras le tiraban objetos y no dejaban de increparle.
En la zona se desplegó un importante dispositivo policial para evitar incidentes y numerosos agentes trataron de impedir que los simpatizantes de Vox se encontrara con los manifestantes. Los primeros, los seguidores de la formación de Abascal, repitieron consignas como «Vallecas también es España» o «Libertad, libertad».
A eso de las 18:30 hizo su aparición el secretario de organización de la formación, Javier Ortega Smith, quien aseguró que «a muchos de nuestros seguidores no les han permitido llegar» hasta la plaza Roja para escuchar los mensajes de la formación verde. Ortega-Smith saludó y se fotografió con todo aquel que se lo pidió en medio del caos. «Los barrios también son nuestros», gritó el periodista Cake Minuesa.
Un poco más tarde de los previsto, el líder nacional del partido, Santiago Abascal, y la candidata de la formación en la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio, llegaron con escolta policial al acto de precampaña, donde fueron recibidos entre los abucheos de los manifestantes en contra, que llegaron a encender petardos y bengalas, y los aplausos de apoyo de los simpatizantes de la formación allí congregados. «Vamos a hacer el acto hasta el final le pese a quien le pese», gritó Abascal, ya desde la tribuna situada en medio de la plaza.
«¡Marlaska eres un ministro criminal! 18 pasos nos separan de los que no creen en la libertad y nos lanzan objetos. Sois los brigadistas de los Gobierno», le dijo a los manifestantes que intentaron boicotear el acto y que no se celebrase.
«Que nadie os arrebate vuestra palabra como hoy estamos viendo en esta plaza», continúo Abascal que recordó que en su pueblo –Amurrio (Álava)– «hay una minoría que decide quién puede hablar», en referencia a los grupos terroristas que durante años sembraron el terror en el País Vasco.
«Buenas tardes valientes», empezó diciendo la candidata a la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio. «He querido empezar la campaña en Vallecas porque también tenemos derecho a estar aquí y no nos van a quitar la libertar y el derecho a disentir y discrepar».
Ambos líderes basaron su discurso en la defensa de la clase obrera, de los pequeños comerciantes y «toda esa gente que lo está pasando mal debido a las consecuencias de la pandemia». Asimismo, acusaron al Gobierno y al ministro del Interior de amparar la violencia. Es más, intentaron comunicarse con el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska pero, según dijeron, «no contestó al teléfono». Además, el líder de Vox, se acordó del ex vicepresidente y candidato de Podemos al 4-M. «Iglesias, esto es un escrache y no lo de Galapagar», le dijo a la par que denunció la lluvia de objetos –piedras y palos– que los radicales lanzaron sobre la comitiva de Vox.
El ambiente ya estaba caldeado y fue a más, tanto que el acto tuvo que suspenderse durante varios minutos, obligando a la Policía a cargar. Los grupos de radicales de izquierda lanzaron todo lo que tenían contra los agentes y no dudaron en agredirles, como al que propinaron patadas tras caer al suelo. El balance, cuatro detenidos –tres menores y un adulto, tres chicos y una chica, por atentado, desobediencia y resistencia a la autoridad– y al menos 14 heridos atendidos en el puesto sanitario instalado en la plaza de la Constitución de Vallecas, la mayoría por brechas, contusiones y abrasiones, todas de carácter leve. Tres de los heridos fueron trasladados al hospital, entre ellos un policía nacional con luxación de hombro, como confirmó Emergencias, y hubo 17 agentes contusionados. Entre los heridos también se encuentra un miembro de Vox, Ángel López, diputado por Guadalajara, que fue atendido en La Paz por una pedrada en la mano.
Los que participaron en la algarada «fueron 500», por una parte anarquistas, que se citaron en la plaza vieja, y antifascistas, en la plaza Roja. La mayor preocupación de las Fuerzas de Seguridad fue garantizar la llegada y salida, tanto de los líderes como de los simpatizantes de Vox, y se consiguió, salvo el herido. Se realizaron 80 identificaciones, según fuentes policiales.
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