Guerra cultural
¿Por qué la izquierda se niega a condenar los crímenes del comunismo?
A pesar de la recomendación de Europa, PSOE, Podemos e independentistas han votado varias veces en contra de condenar las atrocidades cometidas por el comunismo en el siglo XX
En la pasada campaña de las autonómicas de Madrid, Ayuso lanzó una disyuntiva que dejó perplejos a muchos al inicio de la carrera electoral: “Comunismo o libertad”. Pero, más allá de un slogan con gancho, ¿hasta que punto se sostiene establecer una identidad entre formaciones políticas como el PSOE, Podemos, Esquerra o Bildu y la ideología política causante, conforme a los historiadores más templados, de atrocidades inimaginables que segaron la vida de 100 millones de personas -con nombres, apellidos e historias personales como la suya o la mía- a lo largo del Siglo XX.
Ese genocida llamado Lenin
Antes de analizar el perfil ideológico de la izquierda española conviene realizar un breve repaso de la magnitud de las atrocidades cometidas en nombres de la revolución comunista.
En el “Domingo Sangriento” de 1905, considerado uno de los principales eventos que llevaron eventualmente al triunfo de la Revolución Rusa, las tropas zaristas abrieron fuego contra un grupo de manifestantes liderados por el sacerdote fociano Georgy Apollonovich Gapon asesinando a 96 personas según las cifras oficiales, a “cientos” según cierto revolucionario llamado Trosky. Su sangre provocó a la larga la caída (y el asesinato,junto con toda su familia) del propio Zar Nicolas II y la ascensión de Lenin. Vale la pena hacer una comparación cuantitativa de lo que se desató a continuación desde noviembre de 1917 hasta enero de 1924, cuando al fin murió Lenin.
- Más de un millón de asesinatos por razones políticas o religiosas (15.000 a 20.000 sacerdotes).
- Entre 300.000 y 50.000 cosacos asesinados.
- 240.000 asesinatos solo en la represión de la rebelión de Tambov.
- Cientos de miles de trabajadores y campesinos asesinados por hacer huelga o por negarse a entregar a las tropas soviéticas sus alimentos.
- 50.000 ejecuciones a prisioneros de guerra “blancos”.
- Entre 3,9 y 7,75 millones de muertos a causa de la hambruna entre rusos, kazajos y tártaros.
Y esto antes del primer día en el que Stalin asumiera el poder en Moscú.
Iglesias: Lenin, esa “mente prodigiosa”
Es de suponer que líderes políticos tan comprometidos con mantener viva la llama de la “memoria histórica” como Pablo Iglesias, Alberto Garzón mostraran repugnancia ante semejantes carniceros. Nada más lejos de la realidad.
La opinión que sobre Lenin tiene el líder de Unidas Podemos es conocida. Cree que tuvo una “mente prodigiosa” y que su ascenso al poder es “una de las grandes lecciones del siglo XX”. En este video (minuto 5:50) puede escucharse al propio Iglesias dando su opinión sobre el revolucionario ruso en el mismo momento en el que su partido irrumpía en 2014 en la política española después de haber sido financiado su embrión político (la fundación CEPS) con millones de euros provenientes del chavismo.
El ejemplo de Europa
Hace apenas un mes los partidos que propiciaron la llegada a Sánchez a la Moncloa tuvieron una oportunidad de oro para marcar distancias cuando el PP propuso en el Congreso una condena de los totalitarismos nacional-socialista en Alemania y comunista en distintas partes del mundo. Vox, Ciudadanos, Coalición Canaria y Foro Asturias votaron a favor y el resto (el gobierno Frankenstein al completo) voto en contra por lo que la iniciativa fracasó.
La iniciativa del PP, que ya había sido presentada en noviembre de 2020, sigue la estela de la resolución condenatoria del comunismo del Parlamento Europeo de septiembre de 2019 en la que se instaba a los estados miembros a que hicieran “una evaluación clara y basada en principios de los crímenes y los actos de agresión perpetrados por los regímenes comunistas”. Para el PE “deben mantenerse vivos los recuerdos del trágico pasado de Europa con el fin de honrar la memoria de las víctimas, condenar a los autores y establecer las bases para una reconciliación basada en la verdad y la memoria”.
El texto se aprobó con 535 votos favorables, 66 en contra y 52 abstenciones. Defiende que, mientras los crímenes nazis fueron evaluados y castigados en los juicios de Nuremberg, todavía sigue “existiendo la necesidad urgente de sensibilizar sobre los crímenes perpetrados por el estalinismo y otras dictaduras, evaluarlos moral y jurídicamente, y llevar a cabo investigaciones judiciales sobre ellos”.
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