Cs
Arrimadas asciende a Edmundo Bal a vicesecretario general de Ciudadanos
La presidenta de la formación naranja asegura que “no tiramos la toalla” y anuncia que la Ejecutiva visitará las 17 CC AA para preparar con la militancia una convención en junio
La presidenta de Ciudadanos puso ayer al mal tiempo buena cara y afirmó, la mañana después del mal resultado del martes, que seguirá trabajando por «relanzar el centro liberal en España» un espacio político que es «absolutamente imprescindible» hoy más que nunca y que «nunca ha sido fácil de defender en nuestro país». Bastaba echar un vistazo al la expresivo rostro de Arrimadas para darse cuenta de que no ha debido ser una noche fácil para la líder de un partido que ha pasado de ser crucial en España hasta convertirse en una fuerza minoritaria en el año que ha pasado desde que sucedió a Ribera.
Inés Arrimadas deseó «suerte y aciertos» a Díaz Ayuso en una conversación telefónica y reconoció sin más dramatismos que el del 4-M es un «resultado malo» para el partido que lidera. Pese a todo quiso «agradecer a la militancia» su trabajo y asegurar a las 130.000 personas que «a pesar de todo han elegido centro que no están solas». «Estamos recibiendo el apoyo de muchas personas y entidades que son conscientes de que el centro que representamos es necesario», aseguró Arrimadas refiriéndose más adelante al grupo de los liberales europeos. El momento más emotivo fue sin duda el agradecimiento a Edmundo Bal: «Has sido el mejor candidato y te quiero dar las gracias por ello».
«Este partido es de personas valientes que no tiran la toalla», dijo Arrimadas poco antes de anunciar que ascendía a Edmundo Bal y a Daniel Pérez a vicesecretarios generales del partido porque «representan los valores de Ciudadanos» y porque son un gran activo para «seguir en este camino en relanzar este espacio de concordia». Finalmente Arrimadas hizo público que la Ejecutiva del partido realizará visitas a las 17 comunidades autonómicas «para emprender un proceso participativo que tendrá que reflejarse en una convención política en junio». Sobre este «proceso participativo» con la militancia, que en principio estaba previsto para el año pasado, explicó que se llevará a cabo ahora que se acaban de renovar las estructuras orgánicas del partido y que se acerca el final de la pandemia del coronavirus.
Durante su intervención no lanzó ni una solo autocrítica al partido limitándose a señalar como causa de que hayan desaparecido de la Asamblea de Madrid la polarización y crispación general de la campaña. Como es lógico, el incidente que supuso la primera pieza de dominó en caer –la fallida moción de censura en Murcia– no fue mencionado ni siquiera de manera velada. No era momento de lamerse las heridas sino de mirar hacia adelante –incluso de una huida hacia delante– y esperar que cambie el viento. «Seguimos trabajando porque este proyecto merece la pena y, sobre todo, porque España merece mucho la pena», manifestó al final de su intervención en lo que fue una especie de resumen de la dirección que le quiere imprimir al partido.
Casi con las mismas palabras, poco después de que Arrimadas marcara la dirección a seguir en la Ejecutiva telemática, los restos del poder autonómico y municipal que le quedan a Ciudadanos repetían el guión pactado de antemano. En concreto, la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, reiteró que Cs tiene que «coger fuerzas y rearmarse para luchar por el centro político» porque en Madrid hay más de cien mil personas que han apostado por «la moderación y el sentido común» y eso tiene que servir «de motivación» al partido. Villacís insistió en que la campaña de Cs ha sido «muy digna», como lo ha sido también el candidato, Edmundo Bal, quien encarna «todo lo que representa Ciudadanos, la esencia de la sensatez y la moderación».
Por supuesto volvió a cerrar filas con Arrimadas, algo que también hizo el vicepresidente de Andalucía, Juan Marín: «Tiene mi apoyo y mi reconocimiento por ponerse al frente de un partido en el peor momento», dijo a los periodistas al concluir la reunión. Según Marín, no hay dudas de que Cs «está más vivo que nunca» y demostró ser de esos que ven siempre el vaso medio lleno cuando dijo haber tenido un sabor agridulce por los resultados ya que si bien no han conseguido entrar en la Asamblea de Madrid, sí han logrado el respaldo de 130.000 madrileños «que han confiado en este partido».
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