Críticas

El PSOE habla de “humillación” tras la debacle y pide “reflexionar”

Dirigentes socialistas piden un debate de fondo tras el «sorpasso» de Más Madrid y cargan contra la falta de autocrítica por señalar que el resultado es para dos años y no es extrapolable a España

El candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid por el PSOE, Ángel Gabilondo, acompañado por los ministros José Luis Ábalos y Reyes Maroto, en campaña
El candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid por el PSOE, Ángel Gabilondo, acompañado por los ministros José Luis Ábalos y Reyes Maroto, en campañaBallesterosEFE

Tras el batacazo sin paliativos que el PSOE sufrió el domingo, el partido se divide entre quienes se lamen las heridas y quienes pasan a la defensiva y avanzan en una actitud autodestructiva tan propia de los socialistas. Cada uno digiere la contundente derrota como puede, pero el tono de todos los diagnósticos recabados por este diario es grave. La asunción de responsabilidades nunca se conjuga en primera persona. Todos coinciden, eso sí, en que el varapalo electoral ha sido «inesperado». «Nadie preveía un resultado tan malo», reconocen. Más, teniendo en cuenta que se negaban las encuestas adversas y se repetía constantemente que «había partido». Un partido que se ha perdido por goleada. En parte, porque subestimaron al adversario. «Se empeñaron en tratar de tonta a Ayuso y si te gana una tonta, es que tú no eres tan listo», critican con sorna. Una Ayuso que no solo ha barrido a la izquierda, sino que ha recibido el aval de los madrileños a su gestión de la crisis sanitaria, en contraposición a la del Gobierno de coalición.

Dirigentes socialistas hablan abiertamente de «humillación» por la posición en que ha quedado el PSOE, que se ha visto «sorpassado» por Más Madrid. El PSOE ha cedido la hegemonía de la izquierda y, sobre todo, ha dilapidado el capital electoral que consiguió hace solo dos años, cuando el mismo Ángel Gabilondo que ayer daba la cara, apesadumbrado, fue la fuerza más votada. El reparto de culpas va en todas direcciones. Se critica internamente que se haya puesto al candidato en el punto de mira, cuando todos sus movimientos fueron dirigidos por Moncloa y la lista electoral «se aprobó por WhatsApp».

La soledad de Gabilondo es total. Las distancias que se han marcado desde la dirección socialista y desde el Gobierno se midieron en los metros que separaban las sedes desde las que se siguió la noche electoral el 4 de mayo. Pedro Sánchez ni siquiera se movió de Moncloa. Lejos de la foto de la victoria en Cataluña, en la que los ideólogos de la campaña reclamaron su cuota de protagonismo, el domingo nadie se asomó por el Hotel Princesa Plaza en el que se vivió la tragedia, a excepción de Félix Bolaños, secretario general de Presidencia y militante socialista de Madrid.

Otros apuntan al origen de todo. A quienes propiciaron desde Ferraz el fiasco de la moción de censura en Murcia, José Luis Ábalos y Santos Cerdán, sin calibrar que un movimiento tan arriesgado tendría sus réplicas en el resto de la escena nacional. En todo caso, existe coincidencia en la necesidad de abrir un profundo debate, una “reflexión” de fondo para analizar por qué el PSOE ha dejado de ser la fuerza de referencia no solo para los madrileños, sino también para el electorado de izquierdas que se ha fugado a Más Madrid, pero que también ha encontrado refugio en el PP. A la espera de la reunión de la Ejecutiva federal que se celebra hoy en Ferraz, los pronunciamientos públicos de los totems socialistas no destilan, precisamente, autocrítica. Algo que también ha molestado en el seno de la formación.

El número tres del PSOE y secretario general socialista, José Luis Ábalos compareció desde la sede federal de los socialistas el domingo estratégicamente antes de que se propiciara el «sorpasso» para marcar distancias con la derrota. «Madrid es Madrid», el resultado de los populares no es extrapolable a España y solo es para dos años. Excusas de mal pagador tras la hecatombe sufrida, porque «los socialistas tienen puesta la mirada ya en las próximas elecciones».

El paso a un lado de Gabilondo

El batacazo deja, además, a Gabilondo en una posición comprometida de cara a su continuidad como portavoz en la Asamblea. Ayer ya se escuchaban algunas voces que aventuraban su abandono de la política, pero desde el PSOE-M se apresuraron de inmediato a desmentir esta posibilidad. «Os informamos de que Ángel Gabilondo recogerá su acta de diputado, seguirá trabajando en la Asamblea de Madrid y no se plantea dimitir. Desmentimos cualquier información que afirme lo contrario». Sin embargo, fuentes de la federación socialista detallaron que «lo más probable es que dé un paso a un lado en el momento oportuno, aunque la decisión de abandonar la política es decisión suya».