Juicio

“El Pequeño Nicolás” niega que simulase ser enlace de la Casa Real: “Quería tirarme el pisto y parecer importante”

Gómez Nicolás rechaza que se presentase como una autoridad en una reunión con un empresario celebrada en Ribadeo en 2014 y dice que solo pretendía darse “aires de grandeza”

Francisco Nicolás Gómez Iglesias, conocido como “el Pequeño Nicolás”, ha afirmado que en la reunión que mantuvo en agosto de 2014 con un empresario en Ribadeo (Lugo) nunca se presentó como un enlace entre la Vicepresidencia del Gobierno y la Casa Real. “Quería tirarme el pisto con el empresario y hacer un viaje pomposo”, ha asegurado en el juicio que se celebra contra él en la Audiencia Provincial de Madrid por estos hechos. “De hecho, ese cargo no existe”, ha subrayado.

“Por la edad que yo tenía entonces (20 años) lo que quería era asemejarme a los mayores y parecer que era una persona importante, pero nunca una autoridad”, ha recalcado respecto a esa comida con el presidente de Alsa, a quien ha dicho que ya conocía con anterioridad.

Gómez Nicolás sí ha reconocido que alquiló los cuatro vehículos con los que la comitiva se dirigió al municipio gallego y que contactó con un cabo de la Policía Municipal de Madrid -Jorge G. H., también acusado- perteneciente al grupo de Escoltas y Protección. “Era una persona de mi confianza y le pedí como favor personal que me acompañara al viaje”, ha explicado, pero sin contraprestación alguna a cambio. Según su versión, accedió porque “ veía que me movía con concejales y muy bien rodeado”.

Sin embargo, no ha querido hacer referencia alguna a los mensajes que habría intercambiado con el agente para gratificarle por sus servicios (según la Fiscalía, con 2.000 euros). En sintonía con su abogado, ha asegurado que esa intervención de sus comunicaciones “no fue ajustada a Derecho”.

Asimismo, el acusado ha negado que telefoneara a la Policía Municipal de Ribadeo para pedir que escoltara a la comitiva ante la esperada presencia de una alta personalidad de la Casa Real en ese almuerzo. “Yo no era ninguna autoridad”, ha insistido. “No tengo capacidad para que me escolte la Policía Local cuando entro a una localidad”. Del mismo modo, ha afirmado que “nunca” utilizó las acreditaciones simuladas del Ministerio del Interior que se le incautaron y que se habrían utilizado para los vehículos según el fiscal.

“Hice eso para impresionarle y que me hiciera caso”

“¿Qué finalidad tenía ese almuerzo?”, le ha preguntado el fiscal. “Como yo hacía actos con empresarios y me parecía uno de los más importante del sector del transporte, yo quería que él tuviera la apariencia de que yo tenía poder”, ha dicho reiterando que pretendía contar con él para los ciclos de conferencias con jóvenes que organizaba.

Y en relación a si era necesario acudir a la cita con semejante comitiva ha contestado que en esa época “no tenía el pensamiento que hoy tengo debido a que estoy en tratamiento psiquiátrico -por trastorno de personalidad y narcisismo- desde hace años. Yo hice eso porque quería aumentar mi poder e impresionarle para que me hiciera caso”. “Yo quería darme aires de grandeza y cuantos más coches, mejor”, ha reconocido.

“¿De dónde sacaba usted el dinero?”, ha querido saber el fiscal. Según ha explicado, era estudiante, responsable de las juventudes del distrito de Moncloa-Aravaca y relaciones públicas de discotecas. “Me pagaban según las personas que metiera en la sala o las botellas que bebían”.

Se sentaba con ministros y embajadores

El policía municipal de Madrid que le acompañó en ese viaje, Jorge G. H., ha explicado en su declaración que con “el Pequeño Nicolás” tenía una relación de amistad “porque por mi trabajo le llevaba viendo en infinidad de actos durante años”. “Es difícil de entender todo esto si no sabemos de quién estábamos hablando. Le he visto en mesas de trabajo sentado con ministros, con secretarios de Estado, con embajadores...”.

El acusado -que ha mantenido que en esas fechas era el responsable de seguridad de los actos de la entonces alcaldesa Ana Botella- ha hecho hincapié en que ni organizó ni participó en ese dispositivo a Ribadeo y que en ningún momento se identificó como policía ante la Policía de Ribadeo “ni ante nadie”. Además, ha negado que hiciera labores de escolta para Gómez Iglesias.

Sí ha recordado un detalle indicador de la expectación que despertó la visita del “Pequeño Nicolás”. “Me dice el alcalde que cómo me tengo que dirigir a Gómez Nicolás”, ha explicado, porque al regidor le habían dicho que “era un enlace de Casa Real y Presidencia del Gobierno”. “Tú no te tienes que dirigir a él de ninguna manera, que es un chaval de 19 años...”, le contestó según su versión. Respecto a la esperada presencia de un miembro de la Casa Real en la comida, que nunca se produjo, el agente ha asegurado que algunos “decían que era el hijo de Marichalar...”.

La Fiscalía pide siete años de cárcel

La Fiscalía pide para Gómez Iglesias una condena de siete años de cárcel por usurpación de funciones públicas, falsedad en documento oficial y cohecho, y el pago de una multa de casi 81.000 euros, por hacerse pasar por un enlace entre el Gobierno y la Casa Real ante un empresario en una reunión mantenida en la localidad gallega de Ribadeo (Lugo) en agosto de 2014.

Un encuentro para el que supuestamente falsificó varios documentos oficiales y recurrió a dos policías municipales de Madrid y Torrijos (Toledo) a cambio de una gratificación (2.400 euros en total), para quienes el Ministerio Público reclama una pena de cinco años y medio de prisión, que le habrían proporcionado los medios policiales necesarios para hacerse pasar por un cargo público y dar una pátina de oficialidad al encuentro.

El agente municipal de Madrid habría retirado de las dependencias policiales -mantiene la Fiscalía- “varios rotativos luminosos, aparatos de transmisión y pinganillos”, que habría incorporado a la comitiva -asegura el fiscal- para darle esa apariencia de oficialidad. “Yo no he aportado ningún pinganillo”, ha negado el agente al juez en su declaración, precisando que solo llevó unos transmisores para mantener en contacto a los vehículos durante el trayecto.

Acreditaciones de Interior

La Fiscalía mantiene en su escrito de acusación que Gómez Iglesias propuso organizar una reunión a un empresario al que le hizo creer que actuaba en calidad funcionario público, en calidad de enlace entre la Vicepresidencia del Gobierno y la Casa Real. Un encuentro que finalmente se celebró el 13 de agosto de 2014 en un restaurante del citado municipio gallego y al que, según aseguró el acusado al empresario, acudiría también “una persona muy importante de la Casa Real”.

Según la Fiscalía, esa reunión con el empresario, presidente de la empresa ALSA, tenía la finalidad de ganarse su confianza, “sin que conste con certeza si pretendía obtener de él un beneficio económico directo” o que se le encomendase “algún tipo de intermediación en la adjudicación de alguna concesión pública” o cualquier otra finalidad.

Gómez Iglesias, quien en todo momento se identificó -según la Fiscalía- como enlace entre la Vicepresidencia del Gobierno y la Casa Real, solicitó incluso a la Policía Municipal de Ribadeo que les acompañara en la comitiva, llegando a telefonear al presidente del Club Náutico para informarle de la visita de una alta personalidad de Casa Real.

Para rodearse de la apariencia de oficialidad, mantiene el Ministerio Público, alquiló cuatro vehículos con sus respectivos conductores, reservó tres mesas en el restaurante a nombre de Presidencia del Gobierno y hasta confeccionó en un ordenador personal acreditaciones del Ministerio del Interior para esos coches.

Otro juicio pendiente

Sobre las cinco de la madrugada del 13 de agosto, la comitiva partió desde Madrid, identificándose los dos agentes, Jorge G. H., y Carlos P. L. D., como policías que realizaban labores de escolta a una autoridad y viajando en todo momento con acreditaciones oficiales del Ministerio del Interior en dos de los vehículos.

En el restaurante donde se había concertado la cita, “el Pequeño Nicolás” fue recibido por el alcalde de Ribadeo, a quien también se presentó como enlace entre Vicepresidencia y Casa Real. Durante esa comida, uno de los agentes avisó a Gómez Iglesias de que tenía una llamada de la vicepresidenta del Gobierno, facilitándole un teléfono para que atendiera la llamada. Una llamada que, según el fiscal, “era totalmente simulada y no existió en realidad”. Una vez concluido ese almuerzo, la comitiva regresó a Madrid.

Posteriormente, cuando el 15 de agosto de 2014 La Voz de Galicia publicó una noticia titulada “Al final no era Juan Carlos I quien estaba comiendo en Ribadeo”, Gómez Nicolás telefoneó al periodista que firmó la información y le pidió que la retirase porque se trataba de un asunto de seguridad nacional.

Gómez Iglesias fue absuelto de un delito de injurias y calumnias al Centro Nacional de Inteligencia (CNI), pero a partir del próximo día 20 afronta un nuevo juicio, en este caso por haber urdido supuestamente que un amigo suyo se examinase de la selectividad por él en 2012, unos hechos por los que la Fiscalía pide para “el Pequeño Nicolás” cuatro años y medio de prisión.