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Entrevista

González Laya: “No habrá cambio de postura sobre el Sáhara y Marruecos”

La titular de Exteriores responde a los ataques a su gestión de la crisis con Marruecos: «Hay que hacer autocrítica pero también ser firme en tus convicciones y no titubear»

Tras casi un año y medio en el cargo, a González Laya le ha estallado en las manos una de las crisis diplomáticas más graves a las que nuestra diplomacia ha tenido que hacer frente en décadas. La ministra defiende la estrategia que ha desarrollado el Gobierno, incluida la autorización para dejar entrar a Brahim Ghali en nuestro país y expone su voluntad de reestablecer con Rabat un clima de entendimiento basado en el respeto.

–Viene de estar con el Rey en la Escuela Diplomática. ¿Ha hablado de la crisis en Ceuta?

–Con el Rey mantengo regularmente despachos para discutir cuestiones de relaciones internacionales. El Rey tiene un papel importante en las relaciones exteriores de nuestro país y es normal. Hoy no era un momento para hablar se estas cuestiones porque lo que importaban eran los 35 nuevos diplomáticos españoles. Pero mantengo con el una relación muy fluida.

–¿Descarta el Gobierno echar mano de la «baza monárquica» teniendo en cuenta los lazos que unen a nuestras respectivas familias reales?

–El Rey tiene un importante papel en nuestras relaciones internacionales. Si la pregunta es cuál va a ser la estrategia del Gobierno de España y con quien la va a activar y cuándo lo va a hacer creo lo mejor es seguir algo que para mi es muy importante que es la diplomacia discreta.

Ministra de asuntos exteriores Arantxa González Laya.©Gonzalo Pérez MataLa Razón

–Este Gobierno ha conseguido enfadar a Marruecos, al Polisario y a Argelia al mismo tiempo, un logro no menor...

–Yo cuestionaría esta aseveración. Lo que ha ocurrido es un rechazo por parte de nuestro vecino Marruecos de un gesto humanitario que nosotros hemos hecho hacia un individuo gravemente enfermo de Covid que ha desencadenado una respuesta unilateral en forma de crisis migratoria. Esto es lo que ha ocurrido. Todos sabemos que Brahim Ghali es el Frente Polisario y que el Frente es el Sáhara Occidental. Si la cuestión es que con ese gesto humanitario España está tomando partido en el contencioso del Sáhara Occidental la respuesta clara y rotunda del Gobierno es no. España no ha cambiado su postura. Este contencioso necesita una contención política que tiene que ser negociada en el marco de Naciones Unidas porque eso es lo que va a garantizar una legitimidad y una paz estable y duradera. Esa es la postura central española respetuosa de la legalidad internacional. Es la postura de la UE también.

–¿Realmente no se anticipó una respuesta de Marruecos tras acoger al líder saharaui?

–No concibo que a un gesto humanitario se le de una respuesta de crisis migratoria de niños muy menores como hemos visto en Ceuta. España tiene una tradición humanitaria, no lo hemos ocultado nunca. Marruecos también por cierto. También ha acogido a líderes africanos en su país. Y siempre lo ha hecho respondiendo a su tradición humanitaria. España también. Quisiera insistir: no hay que leer dentro de esta decisión autónoma de España cuestiones que no están implícitas en ese gesto humanitario. No hay que leer posicionamientos ulteriores en ninguna cuestión, sobre todo en la cuestión del Sáhara. España sabe que es una cuestión nacional en Marruecos. Por eso España ha sido tremendamente respetuosa en este tema. No hay país que haya sido más respetuoso que España en este tema porque sabemos lo importante que es para ellos.

–¿Hubo voces contrarias a la acogida a Ghali y a su entrada secreta en España dentro del Gobierno?

–Yo no diría que la entrada fue secreta, sino discreta. Como discreta es la acción humanitaria que no se realiza con fanfarria y trompetas. Cuando se toma esta decisión la toma España. Esto es una cuestión de España, no es una cuestión de personas, ni de ministerios ni de ministros. Y como tal la hemos tratado y la vamos a seguir tratando.

–¿No preocupa al Gobierno que se estén sentando precedentes y que Rabat siga explotando en el futuro nuestras debilidades siempre que les convenga?

–El tema de la migración lo hemos entendido siempre y lo vamos a seguir entendiendo como una cuestión de coresponsabilidad. Es la única manera de gestionarlo eficazmente. Y corresponsabilidad significa también que nosotros nos hacemos copartícipes de la respuesta a la migración. La inmigración es un reto también para Marruecos como lo es para España. Trabajamos con nuestro vecino Marruecos. También con Argelia, con Túnez, con Mauritania, con Senegal. Trabajamos las dos partes para que sea eficaz. Y sí eso significa una colaboración por parte de España de un acompañamiento en la financiación de equipamiento técnico o militar lo vamos a seguir haciendo. Eso es una manera eficaz de gestionar la emigración. Siempre en la UE se ha puesto en valor la manera en la que España y Marruecos han sabido construir juntos una respuesta a la inmigración. Por eso en la UE ha sorprendido tanto esta respuesta en forma de crisis migratoria. Este es un tema tremendamente sensible. Todos lo sabemos. Y España y Marruecos tienen una reputación de buen hacer.

–¿Espera el Gobierno un pulso largo de Marruecos o existen indicios de que esta crisis está terminando y las aguas volviendo a su cauce?

–Nosotros nunca quisimos un conflicto. Nunca lo buscamos. No lo deseamos. Y desde luego no lo alimentamos. Lo que queremos, y así se lo transmití a la embajadora [Karima] Benyaich, es mirar al futuro. Queremos trabajar juntos para que no se vuelva a producir otra crisis. Para que se produzca el retorno a Marruecos de quien ha entrado irregularmente a España como ya esta ocurriendo. Nosotros no hemos creado este conflicto y no lo queremos mantener. Y vamos a seguir trabajando en esa línea.

–Además de los contactos con la embajadora, ¿ha habido otros contactos del presidente con alguna instancia de Marruecos?

–Ha habido conversaciones de distintas personas a distintos niveles y me gustaría mantener la discreción de la diplomacia porque es lo propio de una relación madura. Nosotros queremos tener una relación madura con Marruecos, incluso cuando hay desacuerdos.

–¿Ha hecho algo mal el Gobierno con la acogida de Ghali y la estrategia con la que ha afrontado la crisis? Le doy una oportunidad de hacer autocrítica a su gestión...

–Siempre uno tiene que ser muy crítico con uno mismo. Y yo como persona humilde que soy estoy siempre haciendo autocrítica. Ahora bien: uno también tiene que ser firme en sus convicciones y no titubear.

–EE UU reconoció la soberanía Marroquí de un lugar sobre el que España aún no ha renunciado jurídicamente a su soberanía. ¿Se consultó a España antes de tomar la decisión?

–Ciertamente no. No hubo ninguna consulta con España ni por parte de Estados Unidos ni por parte de Marruecos. Nosotros respetamos a nuestro vecino y respetamos a Estados Unidos. Respetaremos siempre lo que sean decisiones estadounidenses pero también queremos que se respeten las nuestras. Podemos tener un desacuerdo siempre dentro del respeto. España no busca influir en las decisiones de Estados Unidos. Ellos tomarán las decisiones que tengan que tomar. Pero España también quiere tomar las suyas y defenderlas con seriedad y con firmeza. Como lo hace también la Unión Europea en su conjunto, que está también anclada en lo que a nosotros nos parece que tiene que ser la solución: una solución política y negociada en Naciones Unidas. Eso es a lo que nos hemos comprometido internacionalmente. Y nosotros somos un país que respeta su palabra. Cuál debe ser la solución al Sáhara Occidental eso no le corresponde decirlo a España. Nosotros hemos dicho que cualquier solución que se encuentre entre las partes de este contencioso tendrá nuestra aprobación. Nosotros no favorecemos ninguna solución. Hay algunas soluciones interesantes que están sobre la mesa y nos parece importante explorarlas. Pero no le corresponde a España decir cuál es la solución. Y por lo tanto queremos que se respete también esta postura.

–Biden sigue sin contactar con Sánchez a pesar de que ya ha hablado con más de 30 jefes de gobierno del mundo. ¿Qué está pasando?

–Yo creo que no pasa absolutamente nada. Yo creo que lo que pasa es sencillamente que tenemos entre Estados Unidos y España una relación madura, profunda y tan sólida como compartir la alianza mas estrecha que dos países pueden compartir, que es una alianza defensiva. Es cierto que no ha ocurrido esta llamada. Pero tampoco ha ocurrido con docenas de países del mundo, países con los que Estados Unidos también comparte relaciones muy sólidas. Yo quiero poner en valor la solidez de nuestra relación con Estados Unidos, una solidez que se comprueba en los constantes contactos que tenemos con ellos a todos los niveles.

Ministra de asuntos exteriores Arantxa González Laya.©Gonzalo Pérez MataLa Razón

–¿Cuál es la estrategia de España para cerrar la herida abierta de la relación con Estados Unidos?

–Yo no creo que haya una herida abierta con Estados Unidos. En ninguno de mis contactos he notado nada parecido. Más bien, al contrario: he percibido una gran cercanía. Cercanía en cambio climático. Extraordinariamente cercano en lo defensivo y militar. Cercanía entre la ministra de Defensa y el Secretario de Defensa para coordinar cuestiones tan delicadas como la lucha contra el terrorismo en el Sahel, contra Daesh en Irak, el repliegue en Afganistán. Todo desde la mayor sintonía y entendimiento. Yo no veo una herida abierta. Veo una relación madura y consolidada. No voy a ocultarle que con la administración anterior había menos sintonía. Con esta administración hay trabajo muy estrecho y además sintonía política.

–¿Cómo valora la situación de los menores migrantes?

–Me preocupa enormemente y me ha dolido mucho ver estas imágenes de bebés, de niños de cuatro años perdidos buscando a sus hermanos. Este es el drama que podríamos haber evitado y que deberíamos trabajar para evitar en el futuro. En estos momentos estamos trabajando con Marruecos para que estos niños puedan volver con sus familias. Muchos están pidiendo volver con sus familias, muchas familias están pidiendo que vuelvan sus hijos. Se han visto envueltos en una crisis migratoria que probablemente ni quisieron ni entendieron. Estamos trabajando con las autoridades marroquíes para que puedan volver cuanto antes con sus familias.

–¿Cree que han sido utilizados por Marruecos?

–Quiero ser muy prudente en mis pronunciamientos. Lo que sí quiero es poner en valor la humanidad de nuestros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que han sido un ejemplo de humanidad y de humanismo a la hora de tratar un tema tan sensible como es el tema migratorio. Lo que sí es cierto es que en Ceuta antes de que Marruecos cerrara la frontera a causa del Covid existía un espacio en el que los ciudadanos se movían con una cierta libertad. Había niños marroquíes que estudiaban en Ceuta. Enfermos que acudían a recibir tratamientos en Ceuta. Había una convivencia en un espacio con tradición de movilidad y de convivencia que ha sido truncada. Mucho de lo que hemos visto es fruto de esa exasperación y crisis causada por el Covid. Y esto quizá sea una lección de cómo podemos construir prosperidad compartida trabajando juntos.

–¿Hay alguna señal de que existe por parte de Marruecos voluntad de se que restablezca una relación como la que existía hasta ahora?

–En estos momentos el restablecimiento de una relación normal necesita de un espacio de discreción y me gustaría poder guardar este espacio y comentarios con un poco más de detalle en un momento posterior.

– ¿Cómo van las negociaciones del acuerdo Reino Unido y UE sobre Gibraltar?

–La preparación del mandato de negociación va por buen camino. Precisamente ayer tuve la ocasión de hablar de este tema con el vicepresidente de la Comisión encargado de la preparación de este mandato. Avanza y en breve veremos la conclusión de este mandato para que lo pueda asumir la Comisión y pueda ser ratificado por los Estados miembros y así pueda comenzar la negociación con entre la Unión Europea y el Reino Unido. En este tema de Gibraltar lo que tenemos muy claro es que no renunciamos a la soberanía española sobre el Peñón, pero también que nos interesa un acercamiento de Girbraltar a la Unión Europea a través de la resolución de cuestiones prácticas como la movilidad, una competencia fiscal más leal, un mejor respeto del medio ambiente y una mejor cooperación policial.

–¿Cree que Bruselas va a permitir una paraíso fiscal –no nos engañemos, Gibraltar lo es por mucho que quieran maquillarlo–, dentro del espacio Schengen?

–En mis discusiones con mis homólogos europeos ponen en valor que finalmente este acuerdo puede ayudar a resolver estas cuestiones que son prácticas pero que a ellos también les interesan. Si hay una competencia fiscal más justa porque se han adoptado una serie de medidas por este acuerdo a ellos también les beneficia y así me lo transmiten.

– Ha sido criticada la postura del Gobierno en referencia a Gibraltar en el sentido de que necesitamos una colonia extranjera para que la zona prospere. ¿No podemos hacerlo nosotros?

–Hay un territorio que aun no se ha descolonizado que se llama Gibraltar. Durante 300 años se ha mantenido eso como un mantra sin resolverse una batería de cuestiones prácticas que tienen que ver con el día a día cuya resolución no implica un debilitamiento de las pretensiones soberanas sobre ese territorio. Eso es lo que se puede hacer ahora. E insisto sin debilitar las pretensiones de soberanía de España. El pacto lo alcanzamos de buena fe pero en eso no se queda la cosa: pondremos mecanismos de verificación para que si una parte no cumpla pueda haber una respuesta. No somos ingenuos.

–¿Va a haber un certificado de movilidad este verano?

–Sí. Un rotundo sí. El certificado Covid es uno de los requisitos para garantizar la movilidad y el turismo en nuestro país y este Gobierno esta comprometido con la reactivación del turismo.

–¿Ha hecho las paces con Madrid después de las criticas a Ayuso?

–Mi critica era a los responsables de la gestión de la pandemia, no un ataque a los madrileños, que yo también lo soy porque me han acogido, vivo entre ellos.

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