Gobierno

Moncloa “esperaba” el fallo del Supremo y se reafirma en las palabras de Sánchez

El presidente defiende que es “tiempo para la concordia” porque el “tiempo del castigo” ya ha pasado

El informe del Tribunal Supremo supone un punto de inflexión para la concesión de los indultos, al agotar el trámite legal de recabar informes. Con ellos sobre la mesa, la pelota ya está en el tejado del Gobierno, que tendrá que tomar una decisión. El sentido del mismo, desfavorable y muy duro, era “esperado” en el Palacio de la Moncloa, porque no cabía que, en este caso, el tribunal sentenciador se “autoenmendara” y obliga al Ejecutivo a no conceder el indulto total, algo que tampoco se preveía.

Fuentes del Ejecutivo recuerdan que el informe del Supremo es “preceptivo” y “no vinculante”, por lo que el Gobierno no tendría por qué pronunciarse en la línea que le ha indicad el Alto Tribunal. No obstante, sí hace que Pedro Sánchez tenga que remar a contracorriente, si concede los indultos, al hacerlo contra el criterio de Fiscalía, Tribunal Supremo y de los propios condenados, que abogan por la amnistía y que ni siquiera pidieron directamente la medida de gracia, sino a través de intermediarios.

Tras el informe del Supremo, en Moncloa no dan un paso atrás respecto a las declaraciones de las últimas hora del presidente. De hecho se reafirman en la apelación a la “concordia” y al “diálogo” en contraposición a la “venganza” y la “revancha”. Hoy mismo en la sesión de control al Gobierno, el jefe del Ejecutivo, ha vuelto a insistir en que “hay un tiempo para el castigo y un tiempo para la concordia” y ha pedido “lealtad” al PP.

Desde el programa “Las Cosas Claras” de TVE, el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, ha mantenido la misma línea del Ejecutivo y ha tratado de hacer pedagogía sobre la medida de gracia, asegurando que “si se adopta”, se hará para buscar la “normalización de la vida política en Cataluña” y bajo principios de “utilidad pública” y de “interés general”. El también secretario de Organización del PSOE ha señalado que la eventual concesión del indulto es un “proceso ajustado a derecho” y que se rige por “valores constitucionales” y ha recordado que, aunque “estamos hablando de informes que deben acompañar a la deliberación del Consejo de Ministros, deben contribuir a la deliberación del Consejo de Ministros, pero obviamente es una decisión del Consejo de Ministros”.

La “herencia de Rajoy”

Frente a este ejercicio de pedagogía, desde el Gobierno también se destila cierto victimismo y se recuerda la “herencia recibida” de Mariano Rajoy, bajo cuyo mandato se convocaron dos referéndums ilegales, entre ellos el del 1-O del que trae causa este proceso judicial. En Moncloa definen esta etapa como una “gestión nefasta” del “conflicto político” en Cataluña, que se “recrudeció” y se “judicializó” sin que esto contribuyera a “resolver el problema”.

En todo caso, el presidente del Gobierno recuerda que cuando él estaba en la oposición apoyó al PP en la aplicación del artículo 155 de la Constitución para suspender la autonomía en Cataluña, tras el desafío de los líderes del “procés”. En Moncloa creen que esta posición de entonces, cuando se aplicó “el castigo”, le legitima para abrir ahora el “tiempo de la concordia”.