Conflicto

Rabat acusa a González Laya de poner en cuestión “el respeto mutuo entre ambos países” y advierte: “Actuaremos en consecuencia”

La embajadora marroquí en España afirmó que “la confianza entre los dos países, a los cuales ha hecho referencia el señor presidente del Gobierno español, están desgraciadamente replanteados hoy”

El conflicto diplomático que enfrenta a España y Marruecos está lejos de resolverse pese a las últimas declaraciones de la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, en las que daba a entender en que ya existían canales para buscar una solución y que la acogida en España del jefe del Frente Polisario estaba «desprovista totalmente de motivaciones políticas». Rabat anunció ayer, tras dichas declaraciones gubernamentales, que «habrá consecuencias». Fue la embajadora en Madrid, Karima Benyaich, la encargada de dar esta nueva «vuelta de tornillo» a la crisis. El asunto del Frente Polisario y del Sáhara es en Marruecos un «casus belli»; nunca mejor dicho, después de la declaración de guerra que este grupo hizo a Rabat el pasado mes de noviembre. Es un tema en el que, según fuentes diplomáticas, no existen fisuras entre los distintos partidos políticos y asociaciones, es una «cuestión nacional» y, entenderlo como un asunto personal del Rey Mohamed VI y su entorno, supone un error de interpretación.

Por ello, la acogida a Brahim Ghali fue tomada como un agravio porque, en definitiva, se daba la bienvenida a un enemigo que, si regresa a Argelia sin más problemas, volverá a ponerse al frente de sus tropas en su guerra contra nuestro vecino del sur.

Las últimas declaraciones realizadas por el Gobierno español, entre ellas las del presidente del Gobierno en sentido conciliador. no han contentado en Rabat; todo lo contrario, por más que González Laya admitiera en el Congreso de los Diputados que «somos conscientes del rechazo que provocó una decisión española que estaba desprovista totalmente de motivaciones políticas».

En Marruecos, no se entiende así; su enemigo sigue en un hospital de Logroño, no hay constancia oficial (se han dado versiones contrapuestas) de que vaya a declarar en próximo 1 de junio en la Audiencia Nacional; y, además, se dijo en su día, también desde el Ejecutivo, que volvería a Argelia en cuanto estuviera restablecida el coronavirus que sufre.

Prueba de que el malestar en Rabat persiste son las citadas declaraciones de la embajadora (ahora en su país, a donde ha sido llamada para consultas, una forma de retirada temporal), en las que ayer se dirigió directamente contra Laya. La declaración, por si había dudas de su oficialidad, la distribuyó la agencia MAP.

La diplomática deploró lo que denominó «hechos erróneos» y «declaraciones inapropiadas» formuladas por la ministra. Sin citarlo, queda claro que hacía referencia a la voluntad de Madrid de presentar la presencia de Ghali en España como un «gesto humanitario» cuando del otro lado se entiende como casi una declaración formal de enemistad.

«La señora ministra española de Asuntos Exteriores ha hecho recientemente declaraciones a la prensa y en el Congreso de los Diputados, en las cuales ha seguido presentando hechos erróneos y formulando declaraciones inapropiadas», subrayó Benyaich.

Agregó que «sólo podemos deplorar el carácter lamentable (de las declaraciones)», que se atribuyen a «la agitación y el nerviosismo que acompaña sus propósitos». Destacó también que la crisis actual «ha desvelado las verdaderas intenciones implícitas y motivaciones de ciertos círculos en España, que persisten en querer dañar a los intereses superiores del Reino, desde la recuperación del Sáhara marroquí en 1975».

«Estamos en el derecho de interrogarnos si estas últimas declaraciones son un desacierto de la ministra, o si reflejan las verdaderas veleidades de algunos círculos españoles contra la integridad territorial del Reino, una causa sagrada del pueblo marroquí y de todas las fuerzas vivas de la Nación», sostuvo.

Subrayó que “el respeto mutuo y la confianza entre los dos países, a los cuales ha hecho referencia el señor presidente del Gobierno español, están desgraciadamente replanteados hoy”.

Y concluyó en términos categóricos: «Marruecos toma nota de ello y actuará en consecuencia». El alcance de esta nueva advertencia está por determinar.