Terrorismo

30 años del día que ETA mató a cinco niños tras verles jugar en el patio del cuartel de Vic

Se cumplen tres décadas de la matanza perpetrada por el “comando Barcelona” que se saldó con 10 muertos, entre ellos cinco menores, y más de 40 heridos

Eran tres los integrantes del “comando Barcelona”. Cuando pasaron junto a la puerta del cuartel de la Guardia Civil de Vic, ahora hace 30 años, vieron que el patio estaba lleno de niños que jugaban. Aun así, deslizaron el coche bomba y causaron una auténtica masacre. Entre las 10 víctimas mortales, cinco niños. Además, hubo varias decenas de heridos.

Es una de las acciones criminales de ETA, junto con la similar perpetrada en Zaragoza, en las que la banda demostró que no le importaba matar a mujeres y menores. Su delito: ser familiares de agentes de la Benemérita y vivir en una casa cuartel

Los autores fueron Juan Félix Erezuma y Juan Carlos Monteagudo, fallecidos días después en un enfrentamiento con la Guardia Civil, que los había localizado en un tiempo record; y Juan José Zubieta Zubeldia, que resultó ileso y que narró cómo perpetraron el atentado.

Este individuo no llegó a cumplir entera su condena ya que se le aplicó la llamada “Doctrina Parot” y fue excarcelado en 2013. A la salida de prisión recibió un caluroso recibimiento de sus familiares.

En su declaración a la Guardia Civil señaló que «los preparativos del atentado contra el cuartel de Vic estaban muy avanzados. Habíamos robado un Renault 11 de color blanco, al que pusimos 12 bombonas de 18 kilos de amonal aproximadamente cada una. Monteagudo y yo fuimos a verificar la información sobre el cuartel; íbamos siempre armados con pistolas y granadas de mano». «El día acordado para realizar el atentado –agregó–, Monteagudo y yo nos dirigimos a un descampado en una furgoneta Citroën y Erezuma llevó el Renault blanco. Yo me quedé custodiando el vehículo, preparado como bomba, mientras los otros dos se fueron a robar un Renault 11 gris». «En el descampado, cambiamos las placas de la matrícula de un Renault al otro. Monteagudo y yo nos montamos en el de color gris y Erezuma en el de color blanco. Los tres íbamos armados con pistolas, metralletas y alguna “piña”(bomba de mano)». «Por la mañana, observamos cómo abrían la puerta del patio del cuartel pero después la cerraban, posponiendo el atentado para más tarde. A las 19 horas, decidimos hacerlo. Yo preparé la huida en el Renault gris, mientras Erezuma llevaba el coche bomba y Monteagudo fue el que lo accionó al observar que la puerta del patio estaba abierta. Después, nos dirigimos los tres en el Renault gris al lugar donde teníamos estacionada la furgoneta Citroën, cambiamos de vehículo, nos fuimos al chalet de la Llisa de Munt y permanecimos escuchando los informativos. Al día siguiente, fui detenido». Por supuesto observó que la puerta estaba abierta y los niños. en el patio.

La hora escogida, las siete de la tarde, era para causar el mayor daño moral a la Guardia Civil, porque sabían que los niños estarían en el patio jugando después del colegio. Lo habían comprobado en las vigilancias que habían realizado.

Deslizaron el coche-bomba por la rampa y, cuando ya estaba en el patio, Monteagudo accionó el artefacto mediante un telemando. Querían matar niños y lo consiguieron.

Las víctimas fueron:

--Rosa María Rosas Muñoz, de 14 años.

--Francisco Cipriano Díaz Sánchez, de 17 años.

--Vanesa Ruiz Lara, de 11 años.

--Ana Cristina Porras López, de 10 años.

--Juan Salas Píriz, guardia civil de 48 años de edad.

--Maudilia Duque Durán, de 78 y suegra del anterior.

--Juan Chincoa Alés, guardia civil de 30 años.

´´Nuria Ribó Parera, de 21 y esposa del anterior.

--María Pilar Quesada Araque de 8 años de edad.

Ramón Mayo García, guardia civil en la reserva que se encontraba prestando ayuda a los heridos cuando fue atropellado mortalmente por una ambulancia. Fue una v-ictima más, ya su muerte era consecuencia de los efectos del atentado.