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"Escarnio" de creencias

Ratificada la condena a una de las organizadoras de “la procesión del santo chumino rebelde”

La Audiencia de Málaga avala la pena de 2.700 euros de multa que se impuso a la mujer por un delito contra los sentimientos religiosos

Un grupo de mujeres portan una reproducción de una vagina gigante ante la Audiencia de Málaga antes del inicio del juicio Jorge ZapataEFE

La Audiencia Provincial de Málaga ha ratificado la condena al pago de una multa de 2.700 euros por un delito contra los sentimientos religiosos a Elisa M., una de las organizadoras de la denominada “Gran Procesión del Santo Chumino Rebelde” celebrada en la capital malagueña en marzo de 2013, convocada por la “Hermandad del Coño Insumiso” con motivo de los actos del 8-M.

El tribunal avala la pena impuesta por el Juzgado de lo Penal número 10 de Málaga, que absolvió sin embargo a la activista feminista de un delito de provocación a la discriminación, al odio y la violencia.

Para la Sala, la mujer -que esgrimió que su comportamiento estaba amparado por la libertad de expresión- “limitó su actuación a hacer escarnio de creencias de los cristianos integrantes de la Iglesia Católica con la consiguiente ofensa de sus sentimientos religiosos”. Los magistrados entienden que “en modo alguno” puede sostenerse que la acusada “obrara guiada por un interés público y colectivo de la crítica”, sino que lo hizo “con la intención o propósito de vilipendiar o escarnecer sentimientos religiosos de los integrantes de la Iglesia Católica, cuyos obispos entendía les adoctrinaban con criterios machistas y patriarcales”.

“Versión ridiculizada” del Credo y el Ave María

La Audiencia desestima así el recurso interpuesto por la defensa de la mujer, al que se opusieron tanto la Fiscalía como la acusación que ejerció la asociación Abogados Cristianos. Y es que para el tribunal “ni la versión ridiculizada de las oraciones del Credo y el Ave María, ni la referencia a la quema de la Conferencia Episcopal tachada de machista y patriarcal” tenían “directa relación con la defensa del aborto y el feminismo referidos en algunos momentos de la marcha”.

Y es que la acusada negó que actuara con la finalidad de ofender sentimientos religiosos haciendo público escarnio de sus creencias y aseguró que lo hizo “en defensa del feminismo y con una intención crítica de lo proyectado por el Gobierno respecto de la regulación de la interrupción voluntaria del embarazo”.

Pero los magistrados subrayan que el delito contra los sentimientos religiosos se produce “cuando se acredite que se han utilizado expresiones o conceptos que aún aceptando un tono apasionado, combativo y hasta demagógico, resulten evidenciadores de escarnio a los sentimientos religiosos amparados por dicho derecho de libertad religiosa y de culto, por no guardar relación o ser innecesarios para la información o crítica que se pretende ejercitar, pues la libertad de expresión no puede en modo alguno considerarse ilimitada”.

Una vagina en procesión

Según el relato de hechos probados, la acusada, “ataviada con una peineta y con una vela grande en la mano, portaba, en compañía de otras personas no identificadas que vestían túnicas, mantillas o peinetas, lo que se antoja una imitación de un paso de Semana Santa cuya imagen es una vagina de grandes dimensiones ataviada con un pañuelo grande o manto, con flores en la base”.

Así desfilaron por algunas de las calles más céntricas de la capital malagueña, “exhibiéndose ante infinidad de personas, llegando incluso a detenerse ante la catedral y el Palacio Episcopal, portando el “paso” en todo momento la acusada, quien en compañía de los otros participantes emitía proclamas como “vamos a quemar, vamos a quemar la Conferencia Episcopal”, “viva el Santo Chumino” o “ni en el nombre del Padre, ni del hijo, sino en el de Nuestro Santísimo Coño””.

Durante la pseudoprocesión de la autodenominada “Hermandad del coño insumiso”, la mujer “no solo portaba el paso con la vagina gigante, sino que a viva voz, leyó, usando el móvil”, un texto con el siguiente contenido: “Creo en mi coño todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, creo en mi orgasmo, mi única norma, nuestro placer, que fue concebido por obra y gracia de mis pulsiones sexuales, nació de mi decisión libre, padeció bajo el terrorismo machista, fue condenado, quemado e insensibilizado, descendió a los infiernos, con el pasar de los siglos resucitó entre las represalias y subió a los cielos, esta localizado en la parte superior de mi vulva y desde allí viene a proporcionarme placer, mientras este viva y hasta que muera, creo en mi útero sagrado, me lo suda la Santa Iglesia Católica, creo en el bukake de los Santos, el pendón desorejado, la eyaculación de la carne y la corrida eterna. Himen”.

Asimismo, la acusada también proclamó: “Diosa te salve vagina, llena eres de gracia, el coño es contigo, bendita tu eres entre todas nuestras partes y bendito es el fruto de tu sexo, el clítoris, Santa Vagina, madre de todos, ruega por nosotras liberadas, ahora y en la hora de nuestro orgasmo. Hímen”.

La presidenta de Abogados Cristianos, Polonia Castellanos, asegura en un comunicado que con este caso “queda acreditado que es necesaria la protección de los sentimientos religiosos que regulan prácticamente todos los países de la Unión Europea”. “Si se permiten ataques de este tipo, no podremos vivir en democracia cuando no existe un mínimo respeto a los católicos”, alerta.

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