Cataluña

Sánchez y Aragonés se reunirán a partir del 18 de junio en Moncloa

Moncloa valora que Junqueras asume “un coste muy importante” por renunciar a la vía unilateral

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i) y el president de la Generalitat, Pere Aragonés (d)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i) y el president de la Generalitat, Pere Aragonés (d)David ZorrakinoEuropa Press

La agenda catalana del Gobierno se comenzará a desplegar a partir de que se celebre la reunión bilateral entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès, que tienen previsto cerrar para este mismo mes de junio. De hecho, en el Ejecutivo cuentan con que se producirá a partir del próximo día 18. Fijan este horizonte temporal, porque el jueves 17 de junio Sánchez recibe en el Palacio de la Moncloa al presidente de Andalucía, Juanma Moreno, con quien todavía no había tenido este encuentro oficial. Entienden que, tras esta reunión, la recepción de Aragonès será prácticamente inmediata o el mismo día 18 o ya la siguiente semana.

Este encuentro entre Sánchez y Aragonès permitirá sentar las bases para la convocatoria de la «mesa de diálogo» entre ambos gobiernos, que solo se ha reunido una vez en febrero de 2020, antes de que se desatara la pandemia. En el Gobierno daban prioridad a esta primera reunión con el presidente de la Generalitat, porque creen que el desbloqueo del foro de diálogo depende, en gran medida, de los integrantes del Govern, dado que Junts nunca ha sido muy proclive a sentarse a dialogar.

En Moncloa creen que la carta que publicó Oriol Junqueras el lunes es un «punto de inflexión», un «gesto muy importante» con el que entienden que el líder de ERC asume un «coste muy importante» tanto dentro de su partido, donde también tendrá que hacer pedagogía y abrir un debate, como en el espectro del independentismo.

Sin embargo, el optimismo cunde en Moncloa y, aunque reconocen que «no les queda más remedio» que confiar en lo que señaló el líder de ERC en prisión, creen que «no hay vuelta atrás». «Lo ha dejado por escrito», recuerdan, dando más peso a esas palabras que a otras contradictorias del pasado. Se aferran a ese giro de guion y mantienen la confianza en que Junqueras, que nunca estuvo convencido del desafío ilegal al Estado, no sucumba a la presión de Junts y la CUP que viven mejor en la confrontación. Mientras, el Gobierno sigue haciendo pedagogía.