Cataluña

Investigación

Los contactos de los CDR con Torra: “Cuando tengo que hacer una reunión con Gandalf, se encargan de cubrirme la espalda”

“Entramos por la puerta principal, a lo grande”: dos de los investigados alardearon en una conversación intervenida de contar con el apoyo de la Generalitat para el asalto al Parlament

El ex presidente de la Generalitat, Quim Torra, en el acto Luz y Libertad, que consiste en iluminar 131 agujas del macizo de Montserrat en recuerdo a los 131 presidentes de la Generalitat de Cataluña, para conmemorar del referéndum unilateral del 1 de octubre del 2017. EFE/ Susanna Sáez
El ex presidente de la Generalitat, Quim Torra, en el acto Luz y Libertad, que consiste en iluminar 131 agujas del macizo de Montserrat en recuerdo a los 131 presidentes de la Generalitat de Cataluña, para conmemorar del referéndum unilateral del 1 de octubre del 2017. EFE/ Susanna SáezLa RazónEFE

Dos de los integrantes de los Equipos de Respuesta Táctica (ERT), la rama más radical de los CDR, investigados por terrorismo por la Audiencia Nacional se refirieron en una conversación intervenida en 2018 a sus supuestos contactos con Quim Torra en sus planes para asaltar el Parlament como respuesta a la sentencia del “procés”.

En esa conversación mantenida el 8 de octubre de 2018 entre Xavier Buigas y Ferran Jolis (supuesto responsable de la seguridad informática y de las telecomunicaciones) de la organización, el primero deja claro que no tendrán ningún obstáculo para tomar la sede de la Cámara autonómica.

Buigas: El rollo es ¿cómo entramos? Entramos por la puerta principal, a lo grande. ¿Por qué? Porque se queda con gente de dentro. Porque todo esto es una cosa que va ligada con gente de dentro. Lo que vamos a hacer allí es defender el Parlament de una posible entrada...

Jolis: Cuando dices gente de dentro, me refiero al “Govern”, ¿verdad?

Buigas: Sí, claro. Y tanto.

Jolis alude a una supuesta reunión con la hermana de Carles Puigdemont (al que se refiere como “Lisa”) que se habría llevado a cabo con unas medidas de seguridad que pretenden repetir con “Gandalf” (Quim Torra). “Hicimos un operativo con emisoras, con SIM, con cacahuetes para que me entiendas” (tarjetas telefónicas seguras a nombre de falsas identidades) “y con transportes públicos e hicimos, con avanzadillas y coches por detrás para vigilancia, una reunión móvil dentro de un vehículo con ella”. Una cita, añade, “con cuatro o cinco cosas que si nos enganchaban no lo pudieran encontrar”. “Y ahora haremos lo mismo con Gandalf”.

“Va en serio. La gente con la que nos reunimos lo precisa”

Pero según asegura en esa misma conversación, los contactos con Torra ya se habrían producido. “Con Gandalf contactamos a través de Juliá con el hijo y el hijo lo que hará es gestionar una reunión parecida. Digo parecida porque como tiene el servicio de seguridad que no lo puede dejar, tendremos que hacer un (ininteligible)...”.

De hecho, Jolis llega a comentar que los integrantes de los Equipos de Respuesta Táctica, “los que son RT”, son “los que cuando tengo que hacer una reunión con Gandalf, se encargan de cubrirme la espalda”.

“De hecho tenemos hasta detectores de micros -informa Jolis a su interlocutor- El otro día conseguí uno nuevo para blindar una reunión que estaban haciendo y creían que habían metido micros. Este equipo va en serio además, la gente con la que nos reunimos lo precisa”.

La finalidad era “blindar unas vías de comunicación seguras” no solo entre Torra y Puigdemont, sino “obviamente entre ellos y sus familiares” y también “entre ellos y yo”, asegura Jolis. De ese modo, argumenta, “si tenemos que planificar algo de manera estratégica, o tenemos que hablar directamente que lo podamos hacer sin sufrir”. “Yo puedo coger señal de fuera y metértela dentro del Palacito o del Palacio Grande o como se diga, y dentro meterte el repetidor y todos los que yo quiera están conectados en esa salida de comunicación sin ningún problema”.

“Tiene que haber un contacto cara a cara”

“Esto ellos saben que lo hacemos fuera del CDR, se lo dejé bien claro”, dice Jolis respecto al asalto al Parlament. “Nosotros que estamos haciendo esto no somos CDR, aunque nos veas alguna vez en algún acto, no te diré que no, pero el equipo este de respuesta táctica está fuera”.

Pero el responsable de las comunicaciones del grupo pone condiciones: “De la misma forma que tú te jugarás el culo, o los dos nos jugaremos el culo con alguien que no conocemos, esta gente tiene que saber que si quiere la colaboración del equipo, sí o sí, tiene que haber un contacto cara a cara”.

“Eso fue lo primero que dije cuando se pusieron en contacto conmigo”, replica Buigas supuestamente en referencia al entonces presidente de la Generalitat. “Si tengo que hacer algo, con toda la gente en la que pienso tampoco vendrán veinte personas a conocerlo, pero yo tengo que saber quién es, porque si pasa algo tendré que ir a buscarlo”.

Jolis se manifiesta en idéntico sentido: “Si me la tengo que jugar tengo que saber. Contigo voy a la guerra y ¿qué necesitas? ¿Dos riñones y ya me los devolverás? Toma, te los doy ¿sabes qué quiero decir? No hay ningún problema. Pero contigo (...) a los otros no los conozco”.

Los “cacahuetes” de los CDR

Una de las funciones que ejercía Jolis en el grupo, según la Guardia Civil, era “la adquisición y posterior entrega” al resto de integrantes de la organización de los denominados “cacahuetes”, tarjetas telefónicas seguras “vinculadas a identidades falsas o usurpadas” (el usuario registrado no se corresponde con la persona que habitualmente utiliza la tarjeta).

“Este procedimiento está dirigido a mantener el anonimato en las comunicaciones, con el fin de dificultar la identificación de la persona que utiliza dicha línea telefónica”, señala en sus informes la Guardia Civil, que mantiene que “la evidencia G-4 pone de manifiesto el uso habitual de estas medidas de seguridad por parte de los investigados”.

Las referencias a esos “cacahuetes” son abundantes en las conversaciones intervenidas. El 5 de noviembre de 2018, por ejemplo, la imputada Clara Borrero le comenta a otro de los investigados, Xavier Duch, que “los teléfonos con usuarios no identificados (”cacahuetes”)” que le había distribuido “no están funcionando correctamente”. Un mes más tarde, el 14 de diciembre, Duch le traslada a Jolis que “a partir del domingo quiere que tengan los cacahuetes operativos”.