Investigación

La frustración de los CDR: “Viendo cómo son el 90% de indepes, ¿para quién vale la pena ponerse en riesgo”

La Guardia Civil señala que los investigados habían “idealizado” el uso de la violencia ante el “desencanto por la falta de apoyo” del independentismo a su apuesta radical

Protesta de los CDR en Gerona durante el 1 de octubre del pasado año, tercer aniversario del referéndum soberanista ilegal del 1-O
Protesta de los CDR en Gerona durante el 1 de octubre del pasado año, tercer aniversario del referéndum soberanista ilegal del 1-OGlòria SánchezEuropa Press

La apuesta por la vía de la violencia por la que optaron los Equipos de Respuesta Táctica (ERT) de los Comités de Defensa de la República (CDR) no estaba exenta de una cierta frustración. Tres semanas antes de que la “operación Judas” desmantelase al apéndice más radical de los CDR, uno de los investigados, Alexis Codina -encargado de la manipulación de los precursores de explosivos- confesaba a otra de las investigadas, Esther García Canet, sus dudas sobre si el riesgo que asumían merecía la pena ante lo que consideraba falta de apoyo del independentismo a sus vías expeditivas para conseguir la independencia.

En varios mensajes a través de la aplicación Signal, Codina deja traslucir su desencanto. Es el 2 de septiembre de 2019. “Es todo bastante una mierda, y teniendo en casa lo que tengo y viendo como son el 90% de los indepes, me pregunto para quién quiero un país mejor y para quién vale la pena ponerse en riesgo”, asegura antes de dejar claro que su compromiso con la causa soberanista está fuera de toda duda: “Llevo 41 años deseando la libertad respecto a España”.

En el informe en el que detalla los indicios contra cada uno de los imputados, la Guardia Civil sostiene que esos mensajes revelan las “variables más emocionales” de los CDR que luego serían detenidos, “como son el desencanto por la falta de apoyo a la vía más violenta elegida”. Pero no solo eso. También ponen de manifiesto, añade, “la frustración que le provoca la no consecución de su deseo de libertad”.

Unos sentimientos que, según el Instituto Armado, condujo a estos miembros de los CDR a “una idealización del uso de la violencia y del terrorismo” que, en el caso de Codina, le servía de “motivación necesaria” para impulsarle “a llevar a cabo acciones terroristas”.

El “chef invitado”: “Dr. Chemicals”

La Guardia Civil sostiene en los informes remitidos a la Audiencia Nacional -que investiga por terrorismo a estos integrantes de los CDR- que los miembros de la supuesta organización criminal habían “superado” la actividad dentro de los CDR pasando a conformar “una organización terrorista paralela, de carácter clandestino y estable”. Su objetivo era “llevar a cabo acciones violentas o atentados contra objetivos previamente seleccionados”, utilizando para ello “explosivos o sustancias incendiarias fabricados en los dos laboratorios de los que disponían”.

Para recibir asesoramiento sobre la fabricación y elaboración de la termita -un precursor de explosivos que ha sido utilizado en nuestro país para atentar, por ejemplo, contra la Basílica del Pilar de Zaragoza en 2013-, los CDR recurrieron a un “chef invitado” (término con el que se referían a un experto químico).

De hecho, Codina y otro de los investigados, Germinal Tomás, “mantuvieron un encuentro con una persona experta en química, para que les asesorase sobre la fabricación y elaboración de la termita”, a quien identificaron como “Dr. Chemicals” y que trabajaría como bombero.

Ante las reticencias de sus compañeros, la también investigada Esther García Canet les habría explicado -según recoge la Guardia Civil en sus informes- “que en otros grupos contarían con químicos y físicos que estarían trabajando para optimizar las reacciones y así necesitar elaborar menos cantidad de sustancias para obtener los mismos resultados”.

“Minicomandos” de acción rápida

El objetivo del grupo, hace hincapié el Instituto Armado, era “atentar contra una serie de objetivos previamente determinados” (entre ellos figuraban cuarteles de la Guardia Civil, gasolineras, autopistas, la sede de la Fiscalía del TSJ de Cataluña, la Comandancia Naval y la sede del Gobierno Militar en Barcelona) para “consumar la secesión” de Cataluña.

“Mediante una estrategia planificada y organizada, pretendían alterar el normal funcionamiento de servicios esenciales, desestabilizando gravemente las estructuras básicas del Estado, mediante la realización de atentados contra vías de comunicación, estructuras económicas, instalaciones policiales y, finalmente, mediante la ocupación del Parlament de Cataluña”. Los miembros de la organización, continúa, “habían asumido las consecuencias especialmente graves que sus acciones violentas conllevarían, con importantes daños materiales y posibles lesiones para las personas”.

Para coordinar sus acciones, varios de los CDR investigados crearon un grupo en la aplicación Signal denominado “GaarRapata”, en referencia a los GAAR (Grups Autònoms d’Accions Ràpides-Grupos Autonomos de Acciones Rápidas) que habían sido constituidos en diciembre de 2018 y cuyas células tenían “carácter autónomo (que no independiente)”, llevando a cabo sus acciones “bajo una dirección estratégica común”. “El Gaar son minicomandos y que llevan a cabo acciones normalmente tipo comandos”, dejaron claro en el propio chat, que fue creado por Codina el 21 de abril de 2019 y del que formaban parte los también investigados Germinal Tomás, Esther García Canet y Joaquín Delgado.

“A por todas y en plan heavy”

Pocos días después de que creara, señala la Guardia Civil, “se produce una conversación que permite inferir el salto cualitativo en la radicalidad y violencia de las acciones que dentro de ese grupo al margen del CDR los investigados tienen planificado realizar”. El 9 de mayo de 2019, Codina traslada a Esther García su preocupación por el hecho de que su pareja se muestre contraria “a su alta implicación en las acciones que están llevando a cabo y las que tienen previsto realizar”.

Su interlocutora trata de ofrecerle argumentos para convencerla “del nuevo rumbo que el CDR”, poniendo de relieve que “van a por todas y en plan heavy” y que están dispuestos a aumentar “su radicalidad” porque su objetivo es “defender la República y obligar a los políticos a proclamarla”, poniendo de nuevo de manifiesto -subraya la Guardia Civil- que el objetivo de su acciones “es subvertir el orden constitucional fuera de las vías democráticas”.

El día 26 de julio de 2019, Codina ya tiene en su domicilio las garrafas que ha adquirido Jordi Ros, otro de los investigados, que contenían 25 litros de ácido nítrico al 60% y 25 litros de ácido sulfúrico. Desde ese momento, las visitas de Ros y Germinal Tomás a la vivienda de Codina en Sant Fost de Campsentelles (Barcelona) “se suceden de manera continua” hasta su detención, sobre todo en horas nocturnas. Lo hacían siempre observando “importantes medidas de seguridad”, hasta el punto de que Ros, por ejemplo, desconectaba el móvil mientras se encontraba en la vivienda no reactivándolo hasta encontrarse de nuevo en su domicilio en Sabadell.

Lanzacohetes artesanales

Según admitió el propio Ros en su declaración, los “trabajos” los realizaban normalmente por la noche en jornadas que se prolongaba de 30 minutos a dos horas y media aproximadamente. La elección de ese horario, explicó, se debía a la necesidad de ser “discretos” y evitar la propagación de incendios fortuitos durante las pruebas. No siempre lo consiguieron.

En el sumario constan unas imágenes grabadas el 25 de agosto de 2019 a altas horas de la madrugada en la que se aprecian “potentes destellos seguidos de grandes humaredas provenientes del patio trasero”, que utilizaban como “campo de pruebas”.

De hecho, en el teléfono movil de Codina los agentes hallaron tres vídeos sobre “pruebas en su domicilio con lanzacohetes artesanales”. Ese lanzacohetes fue intervenido en el registro del domicilio de Codina.