"Misión Baluarte"

Más de 1.000 militares siguen rastreando contagios

Los uniformados han contactado con más de 4,7 millones de ciudadanos desde septiembre de 2020

Profesionales del Ejercito de Tierra realizan tareas de rastreo en un cuartel en el barrio de Fuencarral
Profesionales del Ejercito de Tierra realizan tareas de rastreo en un cuartel en el barrio de FuencarralAlberto R. RoldánLa Razón

Las Fuerzas Armadas siguen siendo claves en la lucha contra el coronavirus y aunque ya no son tan demandados para tareas como las desinfecciones, las comunidades siguen solicitando su ayuda para rastrear contagios. A día de hoy, más de mil uniformados de los dos Ejércitos y la Armada trabajan como rastreadores en varias autonomías. Las últimas en recurrir a ellos: Canarias, Ceuta o Baleares.

Así lo ha confirmado el Ministerio de Defensa en un comunicado, en el que asegura que desde que los miembros de las Fuerzas Armadas comenzaron a desempeñar esta función (en septiembre de 2020 en el marco de la “Operación Baluarte”) han contactado ya con unos 4.750.000 ciudadanos para identificar los contactos de personas diagnosticadas positivas.

El Departamento que dirige Margarita Robles destaca ese compromiso de las Fuerzas Armadas “con la ciudadanía en la lucha contra la pandemia” y apunta que hoy, desde la Secretaria de Estado de Sanidad se ha validado la incorporación de 10 nuevos rastreadores militares para Canarias (que ya contaba con 62) y otros 30 nuevos para Ceuta (que disponía de 42).

Comunidad Valenciana y Baleares

A principios de esta misma semana, desde la Comunidad Valenciana también se solicitó la ayuda del Ministerio de Defensa con la activación de medio centenar de uniformados para rastrear posibles contagios. Y la pasada semana fue el Gobierno de Baleares el que pidió 90 rastreadores militares más, pues en esta comunidad ya estaban activados y operativos 32 efectivos. Cantabria también ha requerido el apoyo de los uniformados.

Unas solicitudes que llegan ante el aumento de la incidencia en nuestro país, principalmente entre la población más joven, lo que ha llevado a muchas comunidades a sopesar nuevas restricciones para tratar de contener esta quinta ola mientras va avanzando la vacunación. De hecho, hace pocos días Defensa confirmaba que debido al aumento en el número de contagios, en algunas comunidades autónomas se está “ampliando el horario de actividad de los rastreadores militares”, como era el caso de Castilla y León y Asturias.

En la actualidad, las Fuerzas Armadas cuentan con unos 8.000 militares formados para llevar a cabo tareas de rastreo, de los que unos 5.000 suelen estar listos para desplegarse en cuanto reciban la orden. En los peores momentos de la pandemia, antes de la llegada de la vacuna, llegaron a estar operativos cerca de 3.000.

“Operación Baluarte”

Fue a finales de junio del pasado año, tras el fin del primer estado de alarma y la “Operación Balmis”, cuando el Ministerio de Defensa comenzó a formar a militares como rastreadores dentro de su “Plan de Respuesta Temprana”. El objetivo: ponerlos a disposición de las comunidades para tratar de frenar los contagios. Poco después, en septiembre, ya estaban listos y las autonomías comenzaron a solicitar sus servicios.

Ésta ha sido una de las principales capacidades que las Fuerzas Armadas han puesto a disposición de las Administraciones en esta “Operación Baluarte”, en la que durante un tiempo también llevaron a cabo numerosas desinfecciones en instalaciones y lugares críticos. Pero en los últimos meses han realizado otro tipo de tareas, como el transporte de las vacunas, principalmente a las islas y las ciudades autónomas, o la vacunación de los deportistas olímpicos y de la selección española de fútbol.