Adiós al pasado
Apoyo mayoritario para abandonar la sede de Génova
Un 78,3 por ciento de los encuestados se suma a esa iniciativa que ha abierto debate dentro del partido
La mayoría de los votantes del Partido Popular parece dar por superada la etapa de corrupción. Un 60,9 por ciento confirma que con el nuevo equipo de dirección se ha dejado atrás a ese lastre, que tanto ha penalizado electoralmente a nivel nacional y autonómico a las siglas. Esta idea tiene más peso entre los votantes menores de 34 años, mientras que los mayores de 55 son, sin embargo, los que están más divididos respecto a si esa etapa es ya parte del pasado, tal y como refleja la última encuesta de NC Report para LA RAZÓN.
Cuando Pablo Casado llegó a la Presidencia del PP con una promesa de regeneración y ejemplaridad, consciente de que, además del desgaste de gobernar, los casos que arrastraban las siglas del PP por los tribunales habían sido una de las razones principales de la desafección del votante más de centro y desideologizado, que se había fugado mayoritariamente a Ciudadanos (Cs). En Génova están convencidos de que, liberando a las siglas de esa carga, Cs deja de ser un partido útil para el centro-derecha. La decisión de la dirección de cambiar la sede nacional del partido, que tiene una razón económica, ahorro de costes, pero también de liberar a la marca de la identificación con las etapas oscuras del pasado, consigue el apoyo mayoritario del electorado popular.
Un 78,3 por ciento se suma a esa iniciativa que ha abierto debate dentro del partido y que obligó a posicionarse, marcando prudentemente distancias, al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, por la forma en que el equipo de Casado tomó la decisión y la anunció. Fue su escudo para intentar desplazar el foco del desastre en las últimas elecciones autonómicas catalanas. Con independencia del debate interno, esta encuesta confirma que en el granero popular sí respaldan el cambio de sede nacional para desvincularse de un edificio, situado en la madrileña calle de Génova, en el que se llegó a ver entrar a la Policía Nacional para buscar documentación dentro de la investigación del juez Pablo Ruz sobre las obras de reforma, investigadas por un posible delito fiscal en el «caso Bárcenas». Y en este sentido, otro de los interrogantes que surgen ahora es qué hacer con pesos históricos del partido como Mariano Rajoy o José María Aznar.
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