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Ghali (II): “La lucha más limpia es la del pueblo saharaui. Nos quieren manchar con acusaciones”

En su declaración, el líder polisario negó que ordenara las torturas: “Ni sabía si existían prisiones. Sabía que había lugares de detención para los marroquíes que capturábamos, pero nada más”

Brahim Ghali, líder del Frente Polisario
Brahim Ghali, líder del Frente PolisarioDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

“Desde octubre o noviembre de 1975 me dediqué por completo al Ejército, a reorganizar la resistencia y a luchar contra la invasión, a recoger ciudadanos que huían de la invasión a pie. No tenía tiempo para ningún otro tema”. Con estas palabras,Brahim Ghali negó al juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz cualquier responsabilidad en las supuestas torturas infligidas a prisioneros en los campamentos de Tinduf (Argelia) entre 1975 y 1990, coincidiendo con la etapa en la que fue ministro de Defensa de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).

En su declaración judicial del pasado 1 de junio -a la que ha tenido acceso LA RAZÓN-, Ghali se desvinculó de las denuncias presentadas contra él por genocidio, torturas y detención ilegal, entre otros delitos, por la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos (Asadedh) y varias víctimas. “Ni sabía si existían o no prisiones. Sé que había lugares de detención para los marroquíes que capturábamos en las batallas, pero nada más. Lo ignoro por completo”, aseguró el líder del Frente Polisario, quien insistió en que “jamás” ejerció esa responsabilidad. Una denuncia que el juez Pedraz ya ha archivado, aunque su decisión ha sido recurrida ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional por Asadedh.

“Es más falsa que la anterior -mantuvo en referencia a la otra querella por torturas impulsada por el activista Fadel Breica-. No se basa en ningún fundamento real”. Ghali hizo hincapié desde la cama del hospital de Logroño donde prestó declaración por videoconferencia -donde permaneció desde el 18 de abril al pasado 2 de junio convaleciente del Covid, lo que provocó una grave crisis diplomática y migratoria con Marruecos- en que en aquellos tiempos “el pueblo saharaui atraviesa el peor momento de su vida y todos los saharauis se dedicaban a resistir, a enfrentarse al exterminio, y no se dedicaban a otra cosa”.

“No les conozco de nada”

El secretario general del Frente Polisario dijo no conocer de nada a ninguno de los querellantes -Dahi Aguai y Saadani Maoulainine, saharauis de origen español, y Hosein Baida Abdelaziz, ciudadano español residente en nuestro país, a los que posteriormente se sumarían otros cuatro denunciantes- ni a las supuestas víctimas a las que se hace referencia en la querella. Uno a uno, el fiscal Pedro Martínez Torrijos le fue recordando sus nombres. Invariablemente, la respuesta del investigado siempre era la misma. “No le conozco de nada”.

Ghali -que fue ministro de Defensa de la RASD de 1979 a 1989, cuando pasó a responsabilizarse de la segunda región militar en el enfrentamiento del Polisario contra Marruecos- negó a preguntas del fiscal que tuviera cualquier tipo de responsabilidad en la “dirección, control u organización” de las cárceles. “El ministro de Defensa ¿tenía algún cometido respecto a las prisiones?”, le preguntó su abogado, Manuel Ollé. “Ninguno, solo del Ejército. Se dedicaba por completo a la guerra, a luchar, a dirigir, a organizar, a reorganizar... -insistió el líder polisario-. Ése es su cometido y el tiempo era insuficiente para tantas tareas paralelas al mismo tiempo”.

“Entre los años 1975 a 1990, ¿ha estado en algún centro de detención en Tinduf?”, le reiteró el letrado. “Nunca, nunca”. “¿Ha ordenado o ha participado en alguna reunión en la que se ordenada torturar o maltratar a las personas que acabo de mencionar”, le planteó tras nombrarle de nuevo a los denunciantes. “No señor, ni creo que haya habido reuniones para semejante objetivo”, contestó Ghali.

El líder del Frente Polisario se mostró convencido de que el objetivo de la querella “es el pueblo saharaui, es su lucha, su dignidad, los logros que ha conseguido en su lucha”. Y aprovechó para hacer una encendida defensa de su causa: “Yo creo que la lucha más limpia que se ha librado hasta hoy es la lucha del pueblo saharaui, por eso nos quieren manchar con acusaciones que hoy día atraen la atención de la opinión pública, pero no es el caso”. “Ni el pueblo saharaui ni el Frente Polisario ni yo mismo hemos actuado (así). Todo lo contrario, hemos luchado limpiamente y continuamos nuestra lucha”, remarcó.

“Vienen a crucificar a Ghali”

La defensa del líder polisario denunció ante el juez la “caza política” puesta en marcha, según él, por los querellantes contra Ghali con el objetivo de “ir a buscar una presa”. Ollé señaló que de los once casos que se denuncian por supuestas torturas “muy pocos hablan de Brahim Ghali” y subrayó que algunos testigos comparecieron con la intención de “crucificar a Ghali y les sale el tiro por otro lado”.

“No hay un solo indicio”, recalcó el letrado. “Es todo tan genérico y tan etéreo como espurio”, añadió antes de defender que, en todo caso, los hechos están “absolutamente prescritos”. “Desde 2008 no han sido capaces de traer otra prueba que la que acredita la absoluta falsedad” de la denuncia, aseguró después de recalcar que ninguno de los tres testigos clave identificaron a su cliente como uno de los torturadores.

Respecto a uno de ellos, compañero de prisión de Aguai, dijo que tuvo “la osadía de decir que Ghali estaba por debajo de los dos máximos responsable de la cárcel. Es un insulto a la inteligencia decir que el ministro de Defensa estaba por debajo de dos mindundis”.

“Se nos acusa de un delito de genocidio -argumentó-. ¿Dónde están los testigos que puedan acreditar que el objetivo era exterminar a un grupo nacional étnico o racial?” Para el letrado resulta “materialmente es imposible” denunciar un supuesto genocidio de “los saharauis contra los saharauis”, algo que calificó de “disparate jurídico”

“Se deja traslucir un genocidio del Polisario argelino contra el Polisario proespañol y que las víctimas eran del Polisario Proespañol. Desde ese punto de vista se han equivocado”, mantuvo al insistir en que “si tiene alguien origen español en su inicio fue él”. De hecho, defendió que si se mantuviera la denuncia en esos términos a Ghali “tendrían que pasarlo a víctima”.

“Estaba al borde de la muerte”

Al igual que su cliente, Ollé ve la sombra de Marruecos detrás de la denuncia. “Es una querella política. Es significativo que el presidente de la asociación interpone la querella cuando ha sido nombrado un año después por el rey de Marruecos miembro del consejo real consultivo para los asuntos del Sáhara”, denunció. Para él todo es fruto “de la oposición frontal de Marruecos contra el Frente Polisario y la República Saharaui” porque “hay párrafos de la querella que solo destilan odio contra Ghali y el pueblo saharaui”.

“La única finalidad es atacar al presidente Ghali en su condición de jefe del estado de la RASD y del Frente Polisario”, recalcó al argumentar su oposición a la adopción de cualquier medida cautelar contra su cliente-. Fue una figura histórica en la lucha por la autodeterminación y lleva más de 50 años trabajando por la dignidad del pueblo saharaui”. Y alertó que de permanecer en nuestro país se presentarían contra él “veinte querellas más”. “De alguna forma habrá que poner coto a esos trofeos que se quieren apuntar jurídicamente determinados estados”.

El abogado negó que existiera riesgo de fuga -”solo hay que ver el esfuerzo que está haciendo para colaborar con la Justicia”- y defendió que la entrada en nuestro país de Ghali no fue irregular. “Entra con su pasaporte una persona que se está muriendo, que está inconsciente. Habrá que preguntarle si hay otro pasaporte, mejor dicho, otra identidad y por qué se dio ese pasaporte, ¿lo querían matar?”, aventuró.

“Estaba al borde de la muerte; una persona que está al borde de la muerte, que no viene más que con un pijama, ni siquiera un pijama, con el babero que te ponen en el hospital, que no tiene nada, qué sabe él cómo le han registrado... Pero lo que es evidente es que entró absolutamente con su pasaporte”.

Las acusaciones: “No declara voluntariamente”

El fiscal -que se mostró contrario a la adopción de medidas cautelares contra Ghali más allá de solicitarle un domicilio y un teléfono en España (el de su abogado)- extendió un “cierto velo de sospecha” sobre la denuncia y coincidió con la defensa del líder polisario en que los hechos que se le imputan describen “de forma muy genérica” su supuesta participación.

El representante del Ministerio Público avaló la presencia de Ghali en España “por razones humanitarias”, así como su deseo de “colaborar con la Justicia española” sometiéndose de forma “voluntaria” a la declaración, algo que según su criterio excluía “cualquier riesgo de fuga”.

“Sería deseable que esta colaboración por parte del investigado se tuviese por otros países a los que hemos emitido instrumentos de cooperación internacional”, dijo Martínez Torrijos.

Muy al contrario, las acusaciones sí solicitaron sin éxito la adopción de medidas cautelares. La letrada de Asadedh, Rosario Villas, reclamó que se acordara prisión provisional contra Ghali y, como mínimo, se le prohibiera salir de la península y se le instalase un control telemático, medidas éstas últimas que defendió el abogado de siete de los querellantes particulares, José Manuel Romero, quien señaló que el líder del Frente Polisario entró en España “bajo identidad falsa”, negando que compareciese voluntariamente. “Sólo cuando sale a la luz y se le identifica y localiza hospitalizado en Logroño es cuando dice presentarse voluntariamente”, matizó.

A diferencia de lo mantenido por la defensa de Ghali, Romero señaló que Hosein Baida, uno de los querellantes, “lo identifica como autor inmediato y directo de las torturas sufridas por él mismo” y Dahi Aguai, otro de los denunciantes, también “lo identifica de manera directa”.