Masacre en Barcelona
Primer aniversario con los terroristas condenados
Ninguno de los tres procesados fue considerado autor de la masacre
Eran las cinco de la tarde cuando Younes Abouyaaqoub embistió todo lo que encontraba a su paso subido a una furgoneta de Telefurgo por las Ramblas de Barcelona sembrando el horror aunque el detonante de la historia había comenzado la noche anterior 200 kilómetros hacia el sur, en un chalé medio abandonado de Alcanar, el último pueblo de Tarragona. Allí, dos integrantes de una célula yihadista saltaron por los aires mientras manipulaban TATP conocido como «Madre de Satán», un explosivo utilizado tradicionalmente por el Estado Islámico que pretendían colocar en diferentes puntos estratégicos para causar «el mayor dolor posible» a los «infieles». Pero algo salió mal durante la delicada manipulación del producto químico y les explotó a ellos: uno sobrevivió y los otros dos terroristas murieron en el acto; entre ellos, el cerebro de todo: Abdelbaki Es Satty, el imán de Ripoll. Es en este pueblo prepirenaico de Gerona donde reclutó a sus muyahidines, unos chicos de origen marroquí aparentemente bien integrados en el municipios a quienes fue lavando el cerebro hasta convencerles de que eran los «elegidos» para luchar por la causa y gozar de una vida mejor en el paraíso. Fue en la mezquita de esta localidad y en casa de Es Satty o quedadas a las afueras del pueblo, dentro de una furgoneta, donde se fraguó el segundo atentado yihadista que ha sufrido nuestro país y del que hoy se cumplen cuatro años. Se trata del primer aniversario tras el juicio por los atentados. La Justicia solo pudo juzgar a tres terroristas de la célula porque el resto habían muerto en la explosión de Alcanar o abatidos por los Mossos en Cambrils (cinco de ellos, horas después del atropello de la Rambla) y en Subirats (Younes, autor del atropello, tras deambular varios días por Barcelona). Todos fueron tiroteados por agentes de los Mossos tras amagar con inmolarse con un cinturón de explosivos al grito de «Allahu Akbar».
107 años de prisión
Después de casi tres años de instrucción y tres meses de vista oral, la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional condenaba el pasado 27 de mayo a penas de 53, 46 y 8 años de cárcel a los tres procesados. Ninguno respondía por los asesinatos. Concretamente fueron 53 años y seis meses de cárcel para Mohamed Houli (superviviente de la explosión de Alcanar) y 46 para Driss Oukabir (a cuyo nombre se alquiló la furgoneta que atropelló a 14 personas en la Rambla) por delitos de pertenencia a organización terrorista; tenencia, depósito así como fabricación de sustancia o aparatos explosivos e inflamables de carácter terrorista; y estragos en tentativa de carácter terrorista en concurso con 29 delitos de lesiones por imprudencia grave. La Sala también condenó al tercero de los acusados, Said Ben Iazza, a 8 años de cárcel por el delito de colaboración con organización terrorista.
Víctimas, las grandes olvidadas
La sentencia, de más de mil folios, advierte de que el cumplimiento efectivo de las penas los dos principales acusados no excederá de 20 años y los familiares de las víctimas mostraron su indignación. La propia sentencia criticó el trato hacia ellas durante la instrucción y dijo que «en el presente sumario las víctimas han sido las grandes olvidadas durante la instrucción», denunciando la desorganización a la hora de estudiar la cantidad de víctimas y los perjuicios que sufrieron.
✕
Accede a tu cuenta para comentar