Crisis afgana
España solo aprueba el 5% de peticiones de asilo
La media de reconocimiento en Europa es del 33%, con Grecia y Alemania a la cabeza
España se ha erigido como adalid de los derechos de las personas que necesitan protección internacional. La rápida decisión del Ejecutivo de Pedro Sánchez de levantar un «hub» internacional para reubicar a los afganos susceptibles de recibir el estatus de refugiado recibió este fin de semana el aplauso de las autoridades europeas, que tacharon la iniciativa española de «ejemplo del alma europea». Sin embargo, la rápida respuesta del Gobierno choca de bruces con las estadísticas.
Según el balance de la Oficina de Asilo y Refugio del Ministerio del Interior recogido por CEAR, correspondiente a 2020, España recibió 88.762 solicitudes de protección internacional, un 25% menos que el año anterior (118.446), de las que únicamente 5.758 fueron favorables: 4.360 fueron concesiones de estatuto de refugiado y 1.398 de protección subsidiaria, es decir, tan solo un 5% del total. Estas cifras contrastan con los datos de nuestros países vecinos. Por ejemplo, Grecia, un país mediterráneo como el nuestro que también comparte la peculiaridad de ser puerto de entrada de inmigración a través de sus costas y con unos índices económicos parecidos resolvió de manera positiva el 55% de las 40.560 peticiones, según datos de Eurostat. En el caso de Alemania, país que durante la crisis de refugiados de 2015 impulsó una política de fronteras abiertas, reconoció el 44% de las 121.955 solicitudes. Desde CEAR señalan en su informe que España «mantuvo una tasa de reconocimiento de la protección internacional del 5%, muy alejada de la media comunitaria (33%) y una de las más exiguas de toda la UE». Entre los aspectos llamativos del sistema de protección español está que el grueso de los reconocimientos los reciben ciudadanos latinoamericanos, en parte, por los lazos históricos y linguísticos que nos unen. Así, Nicaragua, Honduras y Colombia fueron las nacionalidades que recibieron mayor reconocimiento en 2020.
España no es el destino preferido de refugiados afganos si se atiende a la estadística de los últimos años, cuando ya fueron abandonando el país miles de personas ante el avance de los talibanes y el anuncio de la salida de las tropas internacionales. Según los datos de la Oficina de Asilo y Refugio, dependiente del Ministerio del Interior, 987 afganos solicitaron desde el año 2008 protección internacional en España antes de que el avispero afgano estallara. De ellas, 533 solicitudes fueron resueltas de manera favorable –lo que representa el 70%–. En 2020, coincidiendo con la pandemia, se atendieron 34 solicitudes de asilo procedentes de este país, una cifra irrisoria si se compara con las 28.365 de ciudadanos venezolanos que se recibieron ese mismo año o las 27.576 de colombianos.
354 solicitudes de afganos
Sobre las solicitudes en el campamento de la base aérea de Torrejón de Ardoz, el Ministerio del Interior cifró en 354 los afganos que solicitaron protección internacional en el primer trámite realizado a su llegada al «hub». Sobre el perfil de las personas que están llegando conocemos algunos detalles que están ofreciendo las autoridades, no obstante, al tratarse de ciudadanos que huyen de la barbarie yihadista se está intentando proteger su identidad para evitar que sus familiares en Afganistán tomen represalias. De entre los ciudadanos afganos que han llegado a Madrid, cerca de 300 son colaboradores de España y sus familias; 150 pertenecen al grupo de colaboradores del Servicio de Acción Exterior de la UE, y más de un centenar son colaboradores de EE UU. Unas 400 personas permanecen a día de hoy en el centro de acogida temporal, sin contar con las 260 que aterrizaron esta noche. Alrededor de 160 ya salieron hacia otro destino dentro del Sistema de Acogida Español y hacia países de la UE.
Entre quienes abandonaron Madrid y ya dibujan una nueva vida fuera del yugo talibán está la capitana de la selección afgana de baloncesto en silla de ruedas, Nilofar Bayat. Durante una rueda de prensa desde Bilbao relató que al llegar al aeropuerto fue la primera vez que habló con los talibanes, que «agredieron a muchas personas, nos golpearon a mí y mi marido. Fue un día muy difícil». Tras pedir ayuda a dos soldados alemanes, consiguieron acceder al aeropuerto. Allí pasaron dos días sin poder dormir y sin comida hasta que pudieron embarcar en un vuelo a Alemania y luego llegar a España. Un testimonio desgarrador que describe el sufrimiento y la angustia que viven los afganos que aguardan para ser evacuados.
✕
Accede a tu cuenta para comentar