Cataluña

"Mesa de diálogo"

Sánchez y Aragonés se reúnen durante casi dos horas en la Generalitat

Ambos presidentes se citan a solas antes de que se celebre la “mesa de diálogo” entre las delegaciones

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, recibe al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su llegada al Palau de la Generalitat en Barcelona.
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, recibe al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su llegada al Palau de la Generalitat en Barcelona.Quique GarcíaEFE

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Generalitat, Pere Aragonès, se han reunido durante casi dos horas en el Salón de Diputados del Palau de la Generalitat. La cita bilateral entre ambos líderes tiene lugar con carácter previo a que se produzca posteriormente la “mesa de diálogo” en la que tendrán representación las delegaciones de Moncloa y de una parte del Govern, dado que los miembros de Junts no asistirán a la misma. Sánchez y Aragonès se han saludado, chocando los puños, y posteriormente han hecho parada ante la Guardia de Honor de los Mossos d’Esquadra en el patio de carruajes y han subido la escalinata hasta la galería gótica, donde comparecerán ante los medios al término de este breve encuentro.

Se trata de su primer encuentro en la Generalitat, después de que en junio en presidente catalán viajara a Madrid para la reunión protocolaria tras ser investido en el Parlament. Entonces, ambos acordaron fijar en la semana del 13 de septiembre una nueva convocatoria del foro de interlocución. La cita supone, además, una primera toma de contacto antes de que se reúnan los equipos en la “mesa de diálogo” propiamente dicha, que Sánchez y Aragonès abrirán pero de la que luego se ausentarán. Con este gesto, Moncloa demuestra que dota de máxima trascendencia al encuentro, en su apuesta por el entendimiento con Cataluña. Una apuesta que cobra más relevancia, si cabe, ahora que el independentismo se muestra más dividido que nunca en este flanco.

La reunión llega precedida de unos días intensos en la política catalana: primero con la manifestación independentista de la Diada, que sirvió para arremeter contra la vía negociada de Esquerra; y, segundo, con la colisión entre ERC y JxCat por la composición de la delegación de la Generalitat. Los posconvergentes han tratado de dinamitar hasta el último momento la mesa, pero no han conseguido doblegar la voluntad de Aragonès por poner a rodar el foro de negociación y obtener su primera fotografía con el presidente del Gobierno en Barcelona.

Sánchez, por su parte, llega a Barcelona con la agenda del reencuentro que ya le presentara a Quim Torra en febrero de 2020 (se descarta abordar El Prat), una enumeración de las tradicionales demandas independentistas que en el Gobierno ven materializables. Ni referéndum de autodeterminación ni amnistía. Ambas partes son conscientes de que de la reunión debe salir algún resultado concreto que les permita vender avances frente a quienes cuestionan la idoneidad o la utilidad del foro del diálogo.