Pactos
El ex president insiste en la vía unilateral si no hay referéndum
Se desmarca de Junqueras y ve su plan de ruptura «legítimo»
El ex presidente de la Generalitat Carles Puigdemont defendió ayer la legitimidad de la vía unilateral para alcanzar la independencia de Cataluña si Moncloa rechaza pactar un referéndum de autodeterminación. «Nadie que se niegue a negociar con Cataluña el derecho a la autodeterminación tiene el derecho después a negar el derecho a la unilateralidad», aseguró desde la isla italiana de Cerdeña, donde fue detenido el jueves por la policía italiana y puesto en libertad un día más tarde.
«La unilateralidad es una vía no violenta y, por lo tanto, es legítima», defendió el expresidente catalán. Puigdemont insistió en su intención de internacionalizar el conflicto catalán e hizo un llamamiento a colaborar entre «todos los pueblos que no se acaban de sentir representados en esta Europa oficial». «La crisis catalana es una crisis europea», añadió.
Desde Alguer, donde el sábado se reunió con las autoridades locales y se dio un baño de masas entre los asistentes al festival de la cultura catalana que se celebra en la ciudad sarda este fin de semana, Puigdemont se desplazó a la localidad de Oristán, donde se reunió con un grupo de alcaldes y concejales defensores de la secesión de Cerdeña, que recibieron a Puigdemont como un héroe, con aplausos y gritos de «independencia».
Durante su tour propagandista por la «Cataluña sarda», Puigdemont recibió el apoyo de las autoridades locales, especialmente del alcalde de Alguer, Mario Conoci, y del gobernador regional, Christian Solinas, que incluso se presentó en la cárcel de Sassari para mostrar su «solidaridad» al ex mandatario catalán durante su detención. El presidente de Cerdeña es representante del Partido Sardo de Acción, una formación secesionista, originalmente de izquierdas, que ahora gobierna en una coalición de derechas.
La detención de Puigdemont ha dejado en evidencia las desavenencias en la derecha italiana. Solinas es el socio privilegiado en la isla de la Liga de Matteo Salvini, quien nunca ha disimulado sus simpatías hacia el independentismo catalán. Todo lo contrario que Giorgia Meloni, líder de Hermanos de Italia. El partido, aliado de Vox en la UE, ha recordado estos días que «Puigdemont está acusado del delito de sedición y debe responder ante la Justicia española». Por su parte, el Gobierno italiano que preside Mario Draghi ha evitado pronunciarse. «No es un asunto bilateral ni político», zanjó el subsecretario de Italia para Asuntos Europeos, Vincenzo Amendola.
El de este domingo es uno de los últimos actos oficiales de Puigdemont en Cerdeña. El líder independentista volverá a Bruselas hoy mismo para cumplir con sus compromisos como eurodiputado, pero regresará a Italia para presentarse el 4 de octubre ante el Tribunal de Apelación de Sassari, que deberá decidir si entrega o no a España al expresidente catalán.
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